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Yago Gallach nos trae un nuevo episodio de su serie sobre Susa Buesa
Como una auténtica loba, la buena de Liuba había olido a ajedrez desde La Torre hasta el acueducto. Fue nombrarla y apareció, paseando con su hatillo, en una estampa a la par bucólica y cómica (¡menos mal que no llevaba enaguas!). ¿Se hacía la encontradiza, quería realmente que la adoptaran? ¿Por qué sonreía tanto con sus ojillos chispeantes? ¿Cómo había logrado bajar tan rápido (o no había sido tan rápido)?
A veces, hay meses en los que parece que no ocurre nada. ¡Y hay días en los que pasan meses! (aquí estamos).
Pedro Ladrador se alegró mucho al verla. Pero lo de Paco Mordedor no tuvo parangón, ¡ni que fuera su nieto! No sólo se relamió por la comida que acaban de acometer en casa de Liuba, sino que fue a recogerle el hatillo y la invitó a formar parte del equipo de investigación del C4S0:
—¿Consultora, no, Susa? —le propuso a su jefa.
—Consultora —accedió—. Ya formalizaremos. Bajamos a Paterna —y dirigiéndose a Itziar y a los dos agentes que la acompañaban—: Alcaldesa, compañeros… Insisto una vez más: por favor, enviadnos un informe cronológico con su qué y su dónde, y tratad de ver qué piezas no encajan en vuestro rompecabezas. Cualquier cosa puede resultar útil… o inútil, pero no lo sabemos aún. Si no sabemos que tenemos opciones, no podemos decidir —y, haciendo un gesto amplio hacia el paisaje—: Para nosotros, todo esto es nuevo.
—Descuida —contestó Itziar, comprendiendo—, y cuidadme a Liuba. En Alpuente decimos que debería ser patrimonio de la humanidad.
—Se viene conmigo a casa —zanjó Mordedor, para que no hubiese dudas.
Tras unos cuantos besos, abrazos, y achuchones múltiples, nuestros tres investigadores más la consultora adjunta Liuba finalmente bajaron a todo yas (¡claro!, ¿si es fútbol, por qué no es yas?) hacia Paterna.
Para sorpresa de la inspectora Buesa y sus acólitos, los agentes Ladrador y Mordedor, durante el regreso, con el ronroneo del motor, Liuba resolvió ambas posiciones mientras Mordedor tomaba notas en su libreta. La primera fue la más sencilla:
—La solución lineal es 1 a7 Txh6+ 2 Th4!! Ta6 3 a8D+! Txa8 4 Th8+!, y cae la torre de a8 —explicó Liuba—. Pero hay carreteras secundarias. Por ejemplo, el jaque 1 … Td2+, que no funciona. Las blancas tienen dos damas potenciales y es complicado anularlas a ambas. Tampoco vale 1 … Ta6 por 2 h7! Y volviendo a la variante principal, la deseada 2 … Txh4+ no les resuelve el día a las negras porque después de 3 Rg3!!, la torre no puede atravesar el peón para llegar a a4. Aunque no es muy complicada, parece una composición: todo está por algo.
En el espacio en blanco de la última página escrita del día, a Mordedor le dio por dejarse unas cuantas preguntas abiertas:
¿Quién es quién en este C4S0? ¿Por qué h2 está tan concurrida? ¿Por qué tantas maniobras de torres? ¿También cada jugada tiene un significado?
Seguro que esa noche iba a dormir bien.
