La jugadora boliviana nos cuenta el pequeño milagro que logró que su pequeño pueblo fuera un paraíso para el ajedrez y sus aspiraciones dentro y fuera del tablero. Admira a las hermanas Botez y a Ana Cramling
Conocí a Alexandra Prado en Formentera, donde acudió con su hermano, con el que vive en París. La jugadora boliviana es una de las ‘streamers’ más famosas del panorama internacional. Está presente en todos los canales posibles, con 250.000 seguidores en Instagram y 300.000 en YouTube. En el Sunway Chess Festival coincidió con varias colegas más, incluidas las hermanas Botez, que ya tienen cifras millonarias.
La moda del ‘streaming’ es tan fuerte que en Formentera hay media docena de jugadoras que emiten en directo sus partidas. Tienen mesas fijas asignadas, como Magnus Carlsen, para poder tener su material de grabación preparado. Es algo que no gusta a todo el mundo, igual que el propio gran maestro noruego ha recibido críticas por ese privilegio.
En los últimos tiempos, también ha habido cierta polémica por la popularidad de varias jugadoras, como la propia Alexandra Prado, cuyo nivel ajedrecístico está lejos del de un gran maestro. A su favor, es imposible no valorar lo que ayudan a difundir el ajedrez y a captar aficionados, con más éxito que muchos maestros de primera fila. Por otro lado, no obligan a nadie a ver sus vídeos y quienes prefieran comentarios de jugadores más avanzados tienen un amplio abanico de posibilidades, empezando por el canal de Hikaru Nakamura, a quien critican por otras cosas.
Alexandra, cuéntanos cuáles son tus aspiraciones dentro del ajedrez y en tus actividades como ‘streamer’.
Recientemente volví a competir y a jugar torneos y la verdad es que me llena. Me siento muy feliz y me doy cuenta de lo que me gusta jugar al ajedrez. Vine haciendo ‘streaming’ y creando contenido, pero jugar torneos también me encanta y veo que puedo superarme, porque yo ya pensaba que ya no mejoraba.
Pero eres muy joven. (Alexandra Prado tiene 28 años).
Sí, pero pensé que ya no tenía esas aspiraciones. Ahora me doy cuenta de que no es tan difícil como imaginaba. Es una cuestión de compromiso conmigo misma. Si sale, bien, pero si no sale como quería, al menos fui feliz haciéndolo. Estoy muy motivada y quiero mejorar. Antes jugaba torneos casi sin propósito, solamente por diversión. Ya no vivo en mi país, en Bolivia, y también estaba desmotivada por eso, porque fue muy difícil jugar torneos. Aquí es caro y ya no puedo jugar los clasificatorios de mi país. Pensé en cambiarme de federación, pero la verdad es que Bolivia me tira y ahora me doy cuenta de que no es tan difícil ser una de las mejores de mi país. Ahorita estoy en el ranking 6 o 7.
¿Entonces, estás estudiando mucho?
No tuve el tiempo de estudiar mucho, pero he estado jugando bastante y también haciendo práctica porque me di cuenta de que estaba muy oxidada porque nadie te dice o nadie te vigila. Tienes que respetarte a ti misma y a tus tiempos y no estar distraída.
¿Tienes alguna meta concreta?
Sí, quiero ir a la Olimpiada, si no puede ser este año, en dos años.
Ya has competido antes en alguna, si no me equivoco.
Sí, fui dos veces, hace bastante tiempo, pero dejé el ajedrez y cuando volví ya era muy difícil ir a la Olimpiada porque las niñas mejoraron su nivel. Me pasaron y después no me sentía muy bien. Decidí dejarlo y estudiar mi carrera. Me vine a Europa, empecé con el ‘streaming’.
¿Tienes una puntuación Elo en la cabeza que quieras alcanzar?
Mi meta ahorita es superar los 2000 de rating. Nunca he pasado los 1900 y por eso me siento estancada y que ya no puedo mejorar, pero viendo mis últimas partidas, me doy cuenta de que es cuestión de actitud. Siempre dije: OK, soy 1800, pero juego mejor, pero luego juegas con los niños y te hacen sentir que eres muy mala.
«Justo antes de la pandemia, me encontré a mi entrenador y me dijo que yo era perfecta para hacer ‘streaming’. Le pregunté qué era eso»
Alexandra Prado
¿En qué momento empezaste a hacer ‘streaming’ y cómo lo descubriste?
En Bolivia, justo antes de la pandemia, yo estaba de casualidad en el bus y encontré a mi entrenador de entonces, que me dijo que yo era perfecta para esto. Me preguntó si había visto ‘streaming’ alguna vez y pregunté qué era eso. Me empezó a explicar y le dije que sí. Empecé para un canal de Bolivia, más nacional que otra cosa y en español. Después, pasó la pandemia y lo estaba haciendo una vez o dos por semana. No era mi actividad principal, pero cuando me vine a Francia, Chess24 vio mi trabajo y me contrató como ‘producer’ y ‘content creator’. Después decidí hacerlo por mi cuenta y ahora cada vez está mejorando.
«Después de ‘Gambito de Dama’ hay mucha gente, sobre todo mujeres, que han empezado a jugar. Ahora, con las ‘streamers’, también»
Alexandra Prado
¿Prefieres ser independiente?
Me gustaría colaborar con alguien. Quisiera tener un ‘partner’ o algo así. Me gusta ser independiente, pero también quiero compartir ideas.
¿Por qué lo haces en inglés y no español?
Porque fue como un reto para mí empezar a hacerlo en inglés, aunque no lo hablo muy bien y cometo muchos errores. Decidí lanzarme y me ayudó mucho, mejoré muchísimo.
Supongo que hacer ‘streaming’ es más rentable que jugar al ajedrez, salvo que seas gran maestra.
Como ‘streamer’ y ‘content creator’ tienes más alcance y eso es lo importante para los eventos, que llegan a más personas. Por ejemplo, el año pasado en Reikiavik fueron ‘streamers’ como Alexandra Botez y Anna Cramling y al año siguiente todo el mundo quería jugar ese torneo y tener vivir esa experiencia en sus vacaciones.
¿Crees que con todas las ‘streamers’ que hay ahora saldrán más niñas que quieren jugar al ajedrez?
De hecho, pienso que eso es muy importante y me sorprendí mucho porque después de ‘Gambito de Dama’ hay mucha gente, sobre todo mujeres, que han empezado a jugar. Ahora, con las ‘streamers’, también. Siempre juegan un 90% de hombres, pero cada vez hay más mujeres y eso me alegra mucho.
Hace poco hicieron una encuesta entre varias jugadoras que creían que en menos de 10 años podría haber una campeona del mundo absoluto. ¿Lo ves posible?
En tan corto plazo… Pienso que aún nos queda camino, pero todo es posible, así que sí.
Tú vives en Francia y justo de allí salió la carta de las jugadoras hablando de problemas de acoso sexual o verbal que sufren las chicas en los torneos. ¿Has tenido alguna mala experiencia?
Si, he tenido malas experiencias. Una vez estaba en Inglaterra, jugando en un pub con un amigo, y se acercó una persona y le preguntó si quería jugar. Él le dijo que no, pero que yo sí y esa persona respondió que no era normal que las mujeres jueguen al ajedrez, que no quería jugar conmigo.
¿Te has sentido incómoda en los torneos o en los clubes? Pueden ser un sitio difícil, aunque solo sea porque hay demasiados hombres.
Muy rara vez. Honestamente, casi nunca me sentí incómoda. En otros sentidos sí me sentí frustrada, porque no me tomaban en serio. Era muy joven o mujer y sentí que no respetaban mi palabra o algo así.
¿Crees que el ajedrez está un poco más estancado en tu país o en América Latina en general que en Europa? ¿Hay algún motivo para eso?
Yo creo que es por la cantidad de torneos que se juegan y por causas económicas. No pueden viajar a muchos torneos, pero ahora eso está cambiando bastante. En mi país ahora es una asignatura en el colegio y todos los niños están obligados a aprender lo básico. Creo que de ahí van a salir muchos más buenos jugadores. Se está masificando incluso en las pequeñas comunidades, donde prácticamente no hay ni siquiera agua potable o luz, pero ya está llegando el ajedrez. Es importante, porque si hay más personas y más torneos, entonces se mejora. Yo jugaba como seis torneos al año y eso no era suficiente. Te quedas estancado y es muy difícil pasar de 2100 puntos Elo. En Europa tienen la facilidad de viajar, que es más barato, y jugar con grandes maestros, etcétera.
¿Consideras necesario crecer como ajedrecista para que te respeten más como ‘streamer’ o no tiene nada que ver?
Mi opinión es que sí es importante ser una buena jugadora. Yo he notado que si eres carismática, la gente te quiere y conectas con tu audiencia, pero también es importante ofrecer un buen ajedrez. Creo que sí es importante para que más personas lleguen a ti. La verdad es que estuve pensando bastante en eso y quiero trabajar en mi ajedrez.
¿Tienes alguna persona que te inspire especialmente en este trabajo?
Las hermanas Botez. Me gusta mucho su trabajo y también el de Anna Cramling. Para empezar, son buenas jugadoras y han sido parte del equipo olímpico. También son muy inteligentes. No solo saben jugar muy bien, son mujeres de negocios, carismáticas.
¿En algún momento te planteaste dedicarte a otra cosa completamente distinta?
Sí, me gustan mucho los niños. Me encanta jugar con ellos, pero como eso también es posible dentro del ajedrez, me gustaría ser una profesora para niños. Tal vez en el futuro lo haga.
Alexandra Prado: una infancia feliz
¿Cómo fue tu propia infancia?
Fue muy feliz. Viví en un pueblo pequeño, muy seguro. Podía caminar en la noche. Con seis o siete años iba al colegio sola. Mis padres me enseñaron buenos valores y tuve la oportunidad de viajar bastante por el ajedrez. Me encanta mi infancia, vivir en la naturaleza en buena relación con mi familia.
¿Quién te enseñó a jugar?
Un día un señor alemán abrió una escuela de ajedrez en mi pueblo. Era el palacio del ajedrez, un lugar como un hotel muy grande, muy hermoso. Era imposible no verlo en un pueblo tan pequeñito. Es increíble. Todos los niños iban a jugar y a aprender. Yo iba por las tardes, porque mi mamá y mi papá no querían que las pasara viendo televisión.
De un lugar así habrán salido más jugadores.
Sí. Cuando jugábamos en Bolivia éramos las de Samaipata, las samaipateñas. Pasaba como ahora con los niños que vienen de la India. De ahí salieron varios buenos jugadores y maestras FIDE. Una de las ganadoras del Campeonato absoluto de Bolivia absoluto es mujer y es de Samaipata. Eso es muy raro. Hicimos una investigación y creo que solo ha pasado como tres veces en todo el mundo.
Le cuento la anécdota del año en que Olga Alexandrova y Miguel Illescas perdieron el título por hacer tablas en la última ronda del Campeonato de España, donde pensaron que hicieran lo que hicieran, muchos iban a pensar mal. El tema de las trampas le trae un mal recuerdo a Alexandra Prado.
Yo viví algo muy doloroso, pero prefiero no tocarlo ahora.
La conversación sigue un rato, pero siento que Alexandra Prado, pese a que sigue respondiendo con la misma amabilidad, se ha enrocado por culpa de ese salto al pasado. Si algún día lo quiere contar, tiene la oportunidad de volver por aquí. Hace unos días, Jennifer Sahade comentaba lo difícil e importante que es contar la verdad. Pronto podréis leer la entrevista con ella.
Todas las imágenes fueron tomadas durante el Sunway Chess de Formentera. Foto: FMB / Damas y Reyes
Antes de marcharte, te quiero pedir un favor