La selección masculina sufre para conseguir su segunda victoria en el Campeonato de Europa por equipos. La femenina pierde de forma dolorosa en Montenegro
Después de su gran victoria contra Georgia, favorita del torneo, las españolas se han estrellado este lunes contra la selección francesa. Fueron tres derrotas y unas tablas, de la debutante Tatiana Grabuzova, con las que España baja unas cuantas posiciones. El equipo masculino, por su parte, superó un duro escollo gracias a las victorias de Jaime Santos y David Antón.
Contra Francia, selección potente pero no tan lejana, las españolas fueron cayendo una tras otra. Cuando las cosas van mal, jugar en equipo es muy difícil, porque ves lo que sufre la persona que está a tu lado y eso repercute en el juego. Marta García se apuró de tiempo hasta niveles insanos, lo que la llevó a colgarse un sencillo truco táctico. Sabrina Vega parecía controlar la situación, hasta que comió un peón en mal estado.
E Inés Prado, que empezó bien, permitió el avance de los peones centrales blancos y la posterior entrada de un caballo que se presentó sin ser invitado. Con peón de menos, habría podido hacer tablas todavía, si no fuera porque también ella gestionó mal el reloj. Grabuzova, visto el panorama, tiró de veteranía y aseguró las tablas contra una rival con mucho más Elo que ella. Veremos cómo se recuperan las españolas y cómo afronta la situación el capitán, Iván Salgado.
Victoria agónica contra Dinamarca
En el torneo masculino del Campeonato de Europa por equipos, España sufrió un encuentro durísimo contra Dinamarca, en el que David Antón tuvo la última palabra y resultó decisivo. En el segundo tablero, Jaime Santos consiguió una victoria muy meritoria contra Mads Andersen, con la que ojalá encuentre el ánimo perdido. El punto se compensó, para mal, con la derrota de Daniil Yuffa en el cuarto, mientras que Alexei Shirov no pasó del empate, aunque nos regaló alguno de sus movimientos eléctricos.
Todo quedaba en manos del todavía Niño, quien tuvo siempre una levísima ventaja frente a Jonas Buhl Bjerre, que se defendió con tesón durante más de 70 jugadas. Al final, el conjunto que dirige David Martínez se impuso gracias a que Antón buscó hasta debajo de las piedras cómo doblegar a su rival. El final estaba muy igualado y, salvo para detectar errores graves, no servía demasiado comprobar los consejos de la máquina.
El momento decisivo llegó cuando Antón consiguió entrar en un final de caballo y tres peones contra torre. Los primeros, perfectamente agrupados y organizados, no tuvieron problemas para resistir los ataques de la torre, impotente ante el avance enemigo.
Carlsen, recuperado
Magnus Carlsen, por su parte, jugó en modo apisonadora y derrotó al islandés Hjorvar Steinn Gretarsson, prueba viviente de que los pelirrojos también pueden ser grandes maestros, aunque luego escasean en la élite. A Noruega, sin embargo, no le sirvió de mucho contar con el número uno del mundo, porque volvió a perder en el duelo de países del norte de Europa.
Al margen de los tableros, el británico David Howell tuvo un incidente incómodo en la primera ronda del torneo, según ha contado él mismo en las redes sociales, aunque sin proporcionar demasiados detalles. «Hoy fue una de las experiencias más desagradables de mi carrera. El árbitro no sólo no conocía las reglas del ajedrez, sino que me dio unas palmaditas en el trasero mientras intentaba sacarme de la sala de juego. ¿Esto es acoso?». Más de un colega ha reclamado una sanción contra el árbitro.
En la imagen principal, vemos a David Antón (izquierda), primer tablero de la selección española en Montenegro. Foto: Mark Livshitz