El francés derrotó al noruego, que volvió a mostrar su cara B, indignado ante la cámara que lo enfocaba durante su partida por internet
Magnus Carlsen ha recaído en sus malas formas ante la derrota. Los campeones del mundo tienen una personalidad compleja. No es infrecuente ver cómo muestran sus flaquezas personales, que por lo general saben utilizar como fortalezas en el tablero. También hemos conocido a reyes del ajedrez tranquilos y educados, como Vishy Anand, e incluso tan humildes como Ding Liren, que quizás lo ha llevado al otro extremo. Carlsen no parece tan fiero como Garry Kasparov, pero tiene una cara B que aparece cuando las cosas le van mal, no necesariamente en los grandes torneos.
En la gran final de la primera división del Champions Chess Tour Chess.com Classic 2024, Alireza Firouzja derrotó dos veces seguidas a Magnus, una proeza al alcance de muy pocos. Este resultado rompe una racha magnífica de victorias en torneos por parte de Carlsen. El francés lo celebró a su modo, mientras que el noruego asimiló fatal su contratiempo. En esta ola de popularidad que vive el ajedrez, puede que estos gestos ayuden a difundirlo, quién sabe si en la dirección correcta.
Primero, veamos cómo reaccionó el ganador. Alireza publicó este tuit, con un gif de Cristiano Ronaldo. Supongo que la lectura dependerá de quién lo vea:
Era el primer mensaje de Alireza en un mes, después de su queja por lo que le ‘hicieron a su padre’. Magnus Carlsen, por su parte, reaccionó así a una de sus derrotas contra el francés de origen iraní, al que tuvo contra las cuerdas. Primero, podemos ver un festival de caras en los últimos instantes de la partida. Luego, el número uno se levanta y arroja al suelo una botella de agua.
Los encargados de la retransmisión, que tienen acceso a las cámaras y al sonido de la habitación desde la que jugó Carlsen, no han facilitado la transcripción, aunque su compatriota Tarjei J. Svensen comentó que creía conocer las palabras que utilizó el excampeón del mundo. Este admitió después que jugó fatal ese día: «De hecho, me sentí mal desde la mañana. No era mi día en absoluto, pero es tan frustrante… Mi derrota fue merecida, es una pena jugar mucho peor de lo que puedo». Más tarde, añadió a la televisión de su país que jugó «como el culo» desde el principio.
A Firouzja le preguntaron qué tipo de cosas lanza cuando pierde los nervios y el francés respondió: «Rompo el ratón muchas veces, pero nunca arrojo nada».
No vamos a perder demasiado tiempo con esta historia, pero me gustaría recalcar que no es el mejor ejemplo de quien debería ser el gran embajador del ajedrez en el mundo. Aunque siga siendo el número uno sin discusión, si continúa jugando al ajedrez unos pocos años más, cada vez sufrirá más frustraciones así. Si no aprende a asumir el declive, algo que muy pocos campeones han sabido hacer, nos quedaremos sin disfrutar de su enorme talento antes de tiempo.
Por otro lado, si convertir el ajedrez en un gran espectáculo audiovisual supone descender a este nivel de comportamiento, propio de otros deportes menos civilizados, quizá debamos conformarnos con un juego menos ‘popular’. Supongo que es una opinión a contracorriente.
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Foto: Maria Emelianova