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Doce hitos de Susan Polgar y una de las mayores injusticias de la historia del ajedrez

Susan Polgar

Susan Polgar

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La excampeona del mundo recuerda los momentos más destacados de su carrera, una colección de hazañas irrepetible

Creo que Susan Polgar es la ajedrecista más importante de la historia. Ni siquiera es la mejor jugadora dentro de su familia, pero la hija mayor de Klara y Laszlo, dos padres revolucionarios, abrió el camino a sus dos hermanas, Sofia y Judit, y consiguió mucho más. Lo que consiguió la pequeña de las Polgar es impresionante, es cierto. Estuvo en el top 10 absoluto y aún mantiene algún récord que ningún hombre ha superado, como el Elo más alto que ha tenido nuca un menor de 13 años. Pero hoy toca hablar de Susan, cuyos logros son también increíbles, aunque demasiado a menudo hayan quedado olvidados.

Zsuzsa, nacida en Budapest en 1969, ciudadana estadounidense desde hace tres décadas, ha recordado en las redes sociales los grandes hitos de su carrera. Le ha costado elegir, porque ha protagonizado muchos más: «He experimentado cientos, si no miles, de momentos emocionantes, maravillosos y memorables durante mi carrera en el ajedrez, que ha abarcado más de 50 años. No fue fácil, pero he reducido estos momentos a los 12 más importantes», asegura. Ella los enumera de forma inversa, por lo que respetamos su elección. El número 6 es es de los más importantes, pero también el más sangrante, por como la trataron la FIDE y la Federación de su país.



Estos son los doce grandes hitos que enumera Susan Polgar:

12: Volver de la jubilación después de más de 8 años para ganar múltiples medallas de oro y plata para el equipo de EE.UU., incluido su mejor rendimiento individual, y prolongar una racha récord de 56 partidas invicta en las Olimpiadas de Ajedrez, siempre en el primer tablero.

11: Convertirse en la primera mujer en la historia en entrenar ajedrez en la división masculina universitaria y ganar más campeonatos que todos los demás entrenadores masculinos juntos, en sus 12 años en la TTU y la Universidad de Webster.

Bobby Fischer y Susan Polgar jugaron innumerables partidas en el apartamento de los Polgar en Budapest

10. Conocer y jugar innumerables partidas contra Bobby Fischer, además de ayudarlo a crear las reglas para el Fischer Random (ajedrez 960) que se utilizan hoy.

9. Conseguir diez puntos de diez posibles en el Campeonato de Budapest de 1973 sub 11, ¡con solo 4 años!

8. Ganar el Campeonato Mundial sub 16 a los 12 años, en 1981.

7. Ganar por segunda vez la medalla de oro en la Olimpiada de 1990 en Novi Sad (Yugoslavia) con sus hermanas, Sofia y Judit.

6. Convertirse en la primera mujer en romper la barrera de género, clasificándose para el ciclo del Campeonato Mundial Masculino. Este es un punto especialmente importante y, por increíble que nos parezca ahora, se convirtió en uno de los momentos más amargos en la carrera de Susan Polgar. Ella misma lo relataba en otro momento:

«Entre abril y mayo de 1986, participé en el Campeonato Nacional de Hungría, en Budapest. Al empezar el torneo, se les dijo a todos los participantes que los tres mejores se clasificarían para jugar el Torneo Zonal del Campeonato Mundial ‘Masculino’. Acababa de cumplir 17 años y, hasta entonces, nadie había pensado que una mujer podría clasificarse».

«Mis padres me criaron de manera diferente. Me enseñaron que podía lograr cualquier cosa que me propusiera, si trabajaba duro. Lo había hecho desde que tenía 4 o 5 años. Por desgracia, no me dijeron que como mujer y judía estaría en la lista negra. Cuando mis hermanas pequeñas empezaron a jugar de forma seria, mis batallas les habían despejado el camino».

«Lo inesperado sucedió. Sabiendo que necesitaba terminar entre los tres primeros para lograr lo impensable, me propuse conseguirlo y terminé empatada en segundo lugar con el MI Laszlo Hazai, por detrás del GM Ivan Farago. Estaba muy feliz. Me había convertido en la primera mujer en clasificarme para el torneo zonal del ‘Campeonato del Mundo Masculino’».

Susan Polgar, en la actualidad

«Pero el momento feliz rápidamente se volvió amargo. Mucha gente no estaba contenta. La Federación Húngara de Ajedrez anunció que solo los dos primeros representarían a Hungría, en lugar de los tres primeros. No hay problema, me dije: tendremos un desempate y el ganador seguirá adelante. ¡Error! Se decidió que Susan Polgar no iría al zonal porque Hazai tenía un mejor desempate».

«Después de clasificarme de forma legítima y de romper la barrera de género, aprendí que las reglas se pueden cambiar en cualquier momento, especialmente si eres una mujer judía. Para añadir mayor gravedad al daño causado, la FIDE también se negó a permitirme participar en el torneo Zonal del Campeonato Mundial Masculino. ¿El motivo? El nombre de ‘Campeonato Masculino’ hablaba por sí mismo».

Puede que la frase más famosa de Susan Polgar sea esta: «Gana con gracia, pierde con dignidad». Ella lo hizo incluso en aquella increíble situación. «Por fortuna, mi derrota fue una victoria para las mujeres en el ajedrez. Ahora, todas pueden competir en el Campeonato Mundial de Ajedrez. Algún día, espero que otra mujer pueda romper la siguiente barrera y ganarlo. Entretanto, estoy muy orgullosa de poder esculpir en el muro de la discriminación de género algo para las generaciones futuras. Estoy feliz de ver a tantas buenas jugadoras, además de mis hermanas, como los grandes maestros absolutos Hou Yifan, Humpy Koneru, Anna Muzychuk, las hermanas Kosintseva y muchas ajedrecistas chinas, entre otras. Espero que esta tendencia continúe».

«Otra razón por la que este evento fue uno de los momentos más memorables para mí es porque me convirtió en una jugadora más fuerte y en un ser humano mejor. En lugar de pensar en la discriminación y la injusticia, lo utilicé como una herramienta de motivación. Me di cuenta de que tenía que trabajar aún más duro para lograr mis objetivos. También aprendí a ser más compasiva y comprensiva con todos, porque quiero que nadie experimente lo que yo había sufrido».

Ni la FIDE ni la Federación húngara han pedido perdón todavía por aquellas tropelías, que no fueron las únicas. En noviembre de aquel año (1986), la FIDE decidió regalar cien puntos Elo (como ahora pero para castigar a una única jugadora) a todas las ajedrecistas, excepto a Susan Polgar. Fue la única manera de evitar que liderara la lista en enero de 1987. El ‘razonamiento’ que hubo detrás fue que Susan Polgar tenía ventaja porque jugaba contra muchos hombres y por eso su puntuación era más alta.

Los cinco mayores momentos de su carrera

5: Convertirse en la jugadora número 1 del mundo a los 15 años, la más joven de la historia en ese momento.

4: Ganar el Campeonato Mundial Femenino de Blitz y Rápidas de 1992.

3: Ganar el Campeonato Mundial de Ajedrez Femenino en 1996 y convertirse en el primer jugador de ajedrez de la historia que conseguía la triple corona.

Sofia, Judit y Susan Polgar (derecha) en la Olimpiada de Tesalónica, en 1988

2: Ganar por primera vez la medalla de oro en la Olimpiada de 1988 con sus hermanas y poner fin al dominio soviético en el ajedrez femenino. La URSS había ganado todos los oros posibles hasta ese momento. Solo se le había escapado el de Haifa (Israel), en 1976, porque los soviéticos no participaron. Como apunte, se puede decir que España aprovechó la coyuntura para lograr la medalla de bronce.

1. Convertirse en la primera mujer en romper la barrera de género, ganando el título de gran maestro absoluto por normas y por Elo. Las únicas dos mujeres que lo habían logrado hasta ese momento, Nona Gaprindashvili and Maia Chiburdanidze, recibieron el título directamente como campeonas del mundo, por sus partidas contra otras mujeres, sin necesidad de jugar torneos mixtos.

Como se puede ver en apenas doce apuntes, la vida de Susan Polgar ha sido apasionante. Espero que os haya gustado y que la ajedrecista nacida en Budapest termine pronto su autobiografía, que lleva un tiempo escribiendo. A finales del año pasado me confirmó en Benidorm que todavía queda mucho por hacer, pero ella es una enorme trabajadora.

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