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Elizaveta Bykova, la ajedrecista fantasma, cumpliría hoy 110 años

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La jugadora soviética reinó en dos periodos, de 1953 a 1956 y de 1958 a 1962

Los viejos campeones suelen ser recordados, pero casi nadie conoce a las campeonas, aunque sean más cercanas en el tiempo que Steinitz, Capablanca y compañía. Vera Menchik fue la primera reina del ajedrez mundial y ha recibido cierto reconocimiento en los últimos tiempos. De la segunda, Liudmila Rudenko, ya se ha hablado mucho menos y apostaría a que prácticamente nadie recuerda a Elisaveta Bykova, salvo Manuel Azuaga (y sus lectores).



Al malagueño le robo lo de ‘ajedrecista fantasma’ para referirnos a la tercera campeona del mundo, que habría cumplido 110 años hoy, 4 de noviembre. Murió a los 75, el 8 de marzo de 1989.

La FIDE ha grabado un vídeo en el que muestra cómo incluso los ajedrecistas profesionales (y la mayoría de jugadoras) son incapaces de enumerar la lista de campeonas mundiales, con la honrosa excepción de David Navara entre los hombres.

Bykova se convirtió en campeona del mundo al derrotar en 1953 a Rudenko. Luego, perdió el título a manos de Olga Rubtsova, en 1956, pero lo recuperó en 1958, a lo Botvinnik pero con menos prensa. Fue suyo hasta que empezó el reinado, también más largo y conocido, de Nona Gaprindashvili, quien ahora mismo participa en el Campeonato del Mundo de Veteranos que se disputa en la localidad italiana de Terrasini. Esto prueba de algún modo que hablamos de una figura reciente, que sin embargo ha pasado de puntillas por los libros de historia.

Bykova, triple campeona de la URSS

Y eso que Елизаве́та Ива́новна Бы́кова fue también escritora y suya es la primera biografía de Menchik, por ejemplo. Pongo su nombre en ruso porque la transcripción de su nombre es de lo más errática, por si los expertos quieren comprobar el original. En la Wikipedia registran hasta 35 entradas diferentes para referirse a ella. Mucho más importante es que Bykova, que no pudo considerarse una profesional del ajedrez en la mayor parte de su carrera, ganó en tres ocasiones el durísimo campeonato soviético.

Una de las pocas imágenes que se conocen de Elizaveta Bykova, en una sesión de simultáneas, puede que una de las que daba en los hospitales de Moscú durante la guerra

De su vida privada, como remarca Azuaga, se sabe poco. Nació en Bogolyubovo, un pueblo cercano a Vladímir, al Oeste de Rusia, donde se celebra (o celebraba) un torneo en su memoria, que no está perdida del todo. De niña, parecía destinada a ser campesina como sus padres, pero su familia se trasladó a Moscú cuando ella tenía doce años. Luego se licenció en economía y trabajó como contable, aunque en la Wikipedia cuentan que también lo hizo como ingeniera en una planta de impresión moscovita. Quién sabe si ella misma la alimentó alguna vez con sus textos. En todo caso, cumplía su jornada laboral de día y estudiaba ajedrez por la noche, mientras soñaba con emular los éxitos de Vera Menchik.

Camino hacia el título

Otra de sus actividades favoritas era jugar con los soldados hospitalizados durante la Segunda Guerra Mundial. Les daba clases, organizaba torneos e impartía sesiones de partidas simultáneas, que como mínimo sanaban el alma. El karma la recompensó después con sus éxitos, que empezaron cuando quedó tercera en el campeonato organizado por la FIDE en el invierno de 1949, tras la muerte de Menchik. La campeona se había ido al otro barrio con la corona puesta, como Alekhine. Bykova quedó tercera, por detrás de Rudenko y Rubtsova, pero ya estaba mucho más cerca de su objetivo.

En 1952, Elizaveta se impuso en el torneo de Candidatos, en Moscú, y poco después arrebató la corona a Rudenko en Leningrado, aunque empezó perdiendo las dos primeras partidas, como Fischer. Su balance final fue de siete victorias, cinco derrotas y dos tablas. En su vida como excampeona, muy diferente de la del americano,. Bykova tuvo un programa divulgativo en televisión, en los años setenta, en los que también recibió el título de gran maestra femenina, recién creado por la FIDE.

Foto: Gerhard Hund

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