El día que cumple 12 años, el prodigio argentino habla en exclusiva para ICC. El «Messi del ajedrez» comparte sus sueños y sus objetivos con David Llada (que se estrena como autor en Damas y Reyes) y nos permite echar un vistazo a su rutina diaria.
Por David Llada
Con su rotunda victoria en el torneo de Madrid Legendas y Prodigios aún reciente, Faustino Oro se pone al día con sus tareas escolares, mientras se prepara para dos meses de ajedrez intenso y nuevos retos. Será el participante más joven de la historia en la próxima Copa del Mundo de la FIDE en Goa y, justo después, competirá en el Campeonato Argentino, donde tiene muchas posibilidades de ganar el título. En una videollamada desde su casa en Badalona, Fausti respondió a las preguntas de ICC.

Recuerdo perfectamente la primera vez que conocí a Fausti y las primeras palabras que salieron de su boca. Fue hace unos dos años, poco después de que su familia se mudara a Barcelona. Yo estaba en el Festival de Ajedrez Sunway en Sitges, no muy lejos de donde vivían, así que los invité a pasar por allí por la mañana para que pudiéramos conocernos.
«Llévame donde haya ajedrez», me pidió con una amplia sonrisa, sin mostrar el más mínimo atisbo de timidez. Fue lo primero que dijo después del «hola». Su franqueza me hizo reír. «Fausti, el problema es que solo son las 11 de la mañana y la ronda no empieza hasta las 4 de la tarde…», le dije. Su sonrisa se desvaneció por un momento, pero añadí: «Déjame llevarte a la sala de análisis. Allí siempre hay algo que hacer: conferencias, partidas rápidas o jugadores preparándose para sus partidas». Eso le devolvió la sonrisa.
La sala se había preparado para una simultánea de 20 tableros programada para más tarde, pero, por desgracia, aún no había nadie allí. Me senté junto a una mesa con sus padres, Alejandro y Romina, y mientras hablábamos, Faustino decidió entretenerse yendo de un tablero a otro, como si estuviera haciendo una simultánea, pero jugando contra sí mismo. Tras unos cuantos movimientos, cada tablero presentaba una apertura diferente. Cuando finalmente se aburrió, me pidió que jugáramos una partida relámpago. No pude negarme. «¡Qué tío! ¡Veinticinco jugadas y todavía no se ha dejado nada!». Probablemente sea el mayor cumplido que me han hecho nunca por mi juego, solo unos segundos antes de dejarme algo.

La agudeza mental, el buen humor y esa chispa inconfundible en los ojos de Fausti me recordaron mucho al joven Vishy Anand. Estaba seguro de que acababa de conocer a alguien excepcional.
Veinticinco meses después, estoy hablando con el ganador del torneo de Madrid, el jugador más joven en superar los 2500 puntos y el segundo más joven en obtener la norma de gran maestro, solo por detrás de Gukesh. Me pregunto cuál de estos logros le hace sentir más orgulloso. «Creo que la norma. Sí, ganar un torneo en el que casi todos los jugadores eran GM y yo solo era el sexto cabeza de serie tampoco está nada mal. También gané bastantes puntos Elo. Así que sí, estoy muy contento con la norma y con cómo jugué en general».
«No pensamos en el récord»
Los aficionados se preguntan ahora si podrá convertirse en el GM más joven de la historia. Todos tienen grandes expectativas, excepto los propios Oro. «No pensamos en el récord», me explicó su padre hace unos meses. «Ni siquiera pensamos todavía en el título de gran maestro. Nuestro objetivo es la primera norma, luego la segunda y luego la tercera. Paso a paso. Probablemente así funcione mejor y se reduzca la presión. Fausti es solo un niño y tenemos que protegerlo un poco de las expectativas que se han creado a su alrededor».
Parece que hay una regla de oro en la casa de los Oro: Fausti hace lo que le hace feliz. Por ejemplo, un entrenador de la vieja escuela podría criticar la cantidad de tiempo que dedica a jugar partidas relámpago en lugar de estudiar, por ejemplo, los finales. Pero la prioridad de esta familia es criar a un niño feliz, no necesariamente al mejor jugador de ajedrez posible. Si el blitz le hace feliz, entonces que juegue blitz.

«No me interesan mucho los récords. Obviamente, ser el jugador más joven en alcanzar los 2500 me hizo feliz. Ser el segundo más joven en conseguir una norma, junto con el campeón del mundo, es emocionante. Pero ni siquiera estoy planificando mi agenda en función de conseguir este récord, ¿sabes? Estaría bien tenerlo, pero no voy a cambiar mis hábitos para conseguirlo». Cuando le pregunto si lo que más le importa son los logros a largo plazo, me da una respuesta ligeramente diferente: «Quiero jugar bien. Quiero pasármelo bien, y me lo estoy pasando en grande. Y luego vienen los objetivos a largo plazos, sí».
Cómo lleva Faustino el colegio
Le pregunto a Fausti por el colegio. ¿Lo echa de menos cuando está fuera compitiendo en torneos, o son los torneos lo que echa de menos cuando vuelve al colegio? «Este año es un poco más difícil porque he empezado la secundaria, pero creo que podré ponerme al día con las clases que me pierdo. Siempre lo he hecho. Mi asignatura favorita es Educación Física, pero también me gusta Matemáticas». Hace unos meses, también empezó a tomar clases particulares de inglés, y eso ya se nota en sus entrevistas.
«Viajar no me molesta. De hecho, me gusta. Me encanta jugar al ajedrez, así que siempre me emociona viajar a un torneo. Quizás lo que menos me gusta es prepararme para los torneos, algo que realmente no me apetece hacer. Pero ¿estar frente al tablero, pensando durante horas? Eso me encanta. Simplemente me encanta el ajedrez en su totalidad», afirma.

Cómo aprendió Faustino a jugar al ajedrez es una anécdota muy conocida. Durante la pandemia, encerrado en su apartamento de Buenos Aires, Fausti estaba aburrido y deseaba salir a jugar al fútbol con sus amigos. Estaba volviendo locos a sus padres, dando patadas al balón por toda la casa, así que su padre, un habitual del ICC desde hace mucho tiempo, decidió enseñarle a jugar al ajedrez. «Si no hubiera sido por la pandemia, supongo que seguiría dando patadas al balón. Quizás me habría apuntado a un club y habría jugado de forma competitiva, no lo sé. Soy hincha del Vélez y sigo sus partidos. Aquí, en España, soy del Barcelona; incluso he ido al estadio una vez».
¿Campeón del mundo o el streamer más popular?
Considero a Faustino el primer representante de una generación completamente nueva de ajedrecistas: la generación del streaming. Se aficionó al juego consumiendo contenido online, y la mayor parte de lo que sabe lo ha aprendido viendo vídeos y retransmisiones en YouTube. «Me gusta ver vídeos. Veo muchos. No me gusta leer, ni siquiera libros de ajedrez. No lo disfruto. No soy un gran conocedor de los clásicos. Hay algunas partidas famosas que me sé de memoria, como la Kasparov-Topalov de 1999, Fischer-Byrne de 1956 o Anderssen-Kieseritzky de 1851. ¡Esa partida es realmente una locura! Son partidas que me impresionaron, pero no estoy seguro de poder hacer, por ejemplo, una lista de mis diez partidas clásicas favoritas», admite.
«Fausti, si tuvieras que elegir, ¿qué preferirías: convertirte en el campeón del mundo, como Gukesh, o convertirte en el streamer de ajedrez más popular, como Levy?», le pregunto. La pregunta lo pone en un aprieto; le encanta retransmitir y, claramente, no le gustaría tener que elegir. «Bueno, ser campeón del mundo es más guay. Solo quiero llegar a lo más alto, ese es mi sueño, y espero cumplirlo. Obviamente, eso implica más preparación, jugar en más eventos… pero espero poder seguir retransmitiendo también».
YouTube prohibió su canal
La paradoja es que este Fausti es lo suficientemente fuerte como para vencer al GOAT en una partida rápida, pero demasiado joven para retransmitirla él mismo. O, para ser precisos, para hacerlo en su propio canal. La plataforma más popular para los creadores de contenido, YouTube, recientemente prohibió su canal debido a su edad (la mínima requerida es 13 años, o 16 en Europa).

Afortunadamente para los aficionados, Fausti todavía puede aparecer como invitado en el canal de ICC, donde ha retransmitido sus partidas contra Anish Giri, José Martínez, Nihal Sarin, Oleksandr Bortnyk y José C. Ibarra, entre otros. Incluso ha prometido que empezará a hacer más comentarios en inglés. «No sé si podré retransmitir todo en inglés, pero sí, tengo muchas ganas de intentarlo. Quizás de vez en cuando no utilice la palabra más precisa, pero si veo que me divierto retransmitiendo en inglés, lo haré. No me da miedo probar cosas nuevas; me gustan los retos». Estoy deseando que llegue el día en que sus clases den sus frutos y se vuelva tan ingenioso y divertido en inglés como lo es en su español nativo; cuando eso ocurra, créanme: se convertirá en una estrella mundial.
Un tema del que a veces hablamos es de los oponentes a los que le gustaría enfrentarse en las partidas de Chessclub.com. En lo más alto de su lista se encuentran jugadores fuertes que también son streamers, como Nakamura y Naroditsky, o su héroe de la infancia, Pepe Cuenca. Oleksandr Bortnyk (ya materializado) y Arjun Erigaisi también estaban entre los que mencionó que le gustaría jugar. «Fue muy divertido jugar contra Anish. Sí, perdí 3½-½, él jugó un poco mejor que yo, pero creo que no hice un mal encuentro y lo disfruté mucho. Solo quiero divertirme».
Y se está divirtiendo, como puede ver cualquiera que esté a su alrededor. ¡Feliz cumpleaños, Fausti! ¡Que disfrutes de muchos años más de ajedrez y alegría!
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