Ambos títulos se decidieron por el pequeño factor de azar que son a menudo los sistemas de desempate. Khadem y Marta García acabaron décima y undécima en la clasificación absoluta
El Campeonato de España de Ajedrez ha terminado este sábado en Marbella, con el habitual formato mixto. Hombres y mujeres están metidos en el mismo saco, aunque luego se elabora una bolsa femenina, en paralelo a la absoluta. Los campeones son Eduardo Iturrizaga, empatado a puntos con Alan Pichot y Maksim Chigaev, y Sara Khadem, igualada con Marta García. Fueron décima y undécima en la clasificación general.
Los dos títulos se decidieron por pequeños detalles, de forma incluso algo azarosa. La prueba es que, tiempo después de terminar las partidas de los tres protagonistas implicados, seguían sin saber con certeza quién había ganado. Al final, en estas situaciones cada jugador depende de los resultados de sus rivales. Muchos se quejan de las partidas rápidas de desempate, pero al lado de esto, creo que son preferibles.
La ronda final tampoco fue de las más interesantes desde un punto de vista ajedrecístico, como por otro lado es habitual en los cierres de torneo. Sin tiempo para rectificar, la mayoría de los jugadores se ven dominados por la prudencia y solo se desmelenan cuando el tiempo los empuja a ello. En una mesa de póker el miedo es más fácil de explotar, pero sobre un tablero y contra grandes maestros, la cosa no es tan sencilla. Hasta que llegue alguien y demuestre lo contrario.
Tablero a tablero
Hagamos un repaso de las partidas finales del Campeonato, de todos modos:
Eduardo Iturrizaga y Alan Pichot eran líderes (empatados con Maksim Chigaev) y los tres hicieron tablas. No se puede decir que los dos primeros no lo intentaran. Itu, con blancas, logró un peón de ventaja, pero toda la acción se concentraba en el mismo flanco y las piezas negras estaban demasiado activas para intentar nada. Tablas en 36 jugadas. A priori, el actual campeón partía con ventaja en caso de empate, pero si sus rivales fallaban en la última ronda, la clasificación podía dar un vuelco. No ocurrió y el jugador nacido en Caracas ganó su tercer campeonato de España consecutivo.
Yuffa y Chigaev dimitieron y olvidaron la esencia de la combatividad y el deporte. Tablas en 14 jugadas. Ellos sabrán. A Chigaev le podía haber salido bien la maniobra, porque sus ex rivales se pusieron las pilas, pero al final se tuvo que conformar con el bronce en su primera participación en el Campeonato de España.
Josep Manuel López y Daniel Alsina sí trataron de conseguir el salto de puestos que acompaña a la victoria. Un ataque indio contra la siciliana proporciona una larga lucha de maniobras, en la que no es posible dormirse. Ninguno de los dos logró imponer su visión del mundo, sin embargo. Tardaron 58 jugadas en firmar la paz.
Pepe Cuenca, siempre combativo, jugó una partida de las suyas contra Marc Narciso, pese a que no tenía opciones de ganar el campeonato. O quizá ayudado precisamente por eso. Elogiable torneo el de don Pepe, que sacrificó un peón que encerraba una pequeña trampa. Pronto ganó la calidad y se quedó mejor, pero no era nada fácil rematar la partida. Lo consiguió en más de 80 movimientos. Le sirvió para terminar quinto.
Y llegamos a los tableros en los que se jugaba el título femenino:
Khadem planteó una partida bastante cerrada, de presión constante, contra Daniel Tabuenca. Durante década y media nadie, atravesó el centro del campo. Solo un caballo de la jugadora correteaba en busca de aventuras y se atrevió a saltar la cerca. Tabuenca, por su parte, luchaba por una norma de MI, que al final consiguió. No quería arruinar su torneazo a última hora.
La jugadora nacida en Irán tuvo en su mano un bonito sacrificio de alfil, incomestible, con el que habría ganado un peón, pero no lo vio o vio demasiado bien que lo que seguía era demasiado complicado. Siguió buscando las cosquillas de su rival durante muchas jugadas, pero no pudo conseguir más que un empate, que a la postre le sirvió para lograr el oro femenino, aunque estaba claro que ella quería más.
Justo la lado, Marta García apuraba sus posibilidades, con negras, contra Julio Suárez. Al principio, la prudencia era parecida. Luego Suárez empezó a presionar y García a sufrir, aunque supo mantener la calma, sin despreciar nunca las posibilidades de contraataque. Cuando perdió un peón, paradójicamente, es cuando tuvo más claro que no iba a perder. Sus tablas completaban un torneo fantástico, digno de la campeona de la edición anterior.
Sabrina Vega, última aspirante al título femenino, jugó un choque más dinámico contra García Ramos. Duró poco y terminó en tablas, pero fue intenso y vistoso. Se resolvió con un jaque continuo de las blancas, mientras las negras amenazaban mate y algo más. Su torneo es engañoso, mucho más duro y mejor de lo que cabría pensar. La prueba es que mejora su Elo, con una actuación de casi 2400 puntos.