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La importancia de tener hambre

Abasov bonhage

Abasov observa su propia partida contra Caruana en la pantalla, como si viviera dentro de una película. Foto: Stev Bonhage

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Caruana se despista un momento y recibe un bofetón de Abasov

Este martes ha empezado la final absoluta de la Copa del Mundo de Ajedrez. Como recordaba Agadmator, Magnus Carlsen se convirtó en gran maestro en 2004 y uno después nacía Praggnanandhaa. Los dos se juegan ahora mismo un título que no tienen, lo que en el caso del noruego es sorprendente. El primer asalto, de tanteo, ha terminado en tablas.

Después de elegir la apertura inglesa, el niño indio sorprendió con un b4 de orangután tardío, un peón envenenado que Magnus no se comió. Las blancas lograron una ventaja microscópica, a todas luces insuficiente para doblegar al número uno.

Las tablas se firmaron antes de la jugada 40. Puede parecer una oportunidad perdida para el joven prodigio, pero a Pragg le ocurre como a Alcaraz en Wimbledon: se ve que aprende mientras juega, que cada partida es mejor. Y tiene otra ventaja: es uno de los pocos ajedrecistas del mundo que no teme llegar a las partidas rápidas de desempate. Ya le valieron para superar a Nakamura y a Caruana.

Pragg mira a Carlsen con respeto y admiración, pero sin miedo. Foto: Maria Emelianova

El propio Carlsen admitió que en otras condiciones habría intentado presionar, ya que él tuvo un día más de ventaja, mientras que el indio tuvo un extenuante duelo contra Fabiano. El número uno alegó que sufrió una pequeña intoxicación alimentaria (como para comerse el peón de b4) y que no había podido comer bien en los últimos dos días. Lo único bueno para él es que estaba realmente tranquilo, pese a jugar una final: «No tenía energía ni para estar nervioso», confesó.

Pragg, por su parte, dijo que mañana le tocará sufrir: «Él presiona muy duro. Trataré de descansar y llegar fresco. Es todo lo que puedo hacer». Este chico podrá perder, pero tiene un sentido común realmente inusual.

Abasov se acerca al bronce

Más interesante fue la primera partida por la medalla de bronce, que asegura un puesto en el torneo de Candidatos sin depender de que Carlsen cumpla su palabra, que la cumplirá. Después de su derrota contra Pragg, Fabiano Caruana está obligado a seguir remando, pero no parece capaz de luchar durante mucho más tiempo contra la corriente.

Enfrente tenía al héroe local, un torrente y una de las revelaciones del torneo, que ya dijo que no se piensa conformar con la fama efímera de un torneo. Después de caer contra Carlsen sin perder ni un gramo de dignidad, Nijat Abasov tiene hambre de más y la cabeza de Caruana es un trofeo de primera.

En la jugada 23, las máquinas decían que la igualdad era total. En la 26 abandonó la partida, algo que no le suele pasar a Fabiano, a quien no le suele fallar el detector de humos. El estadounidense tuvo la mala idea de enviar a su dama de excursión justo cuando su rival concentraba a sus tropas lo más cerca posible del rey enemigo.

Veamos la partida:

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Pese a todo, en la posición final muchos se preguntan todavía por qué se rindieron las negras. Lo cierto es que no tienen la menor esperanza. Vemos un par de variantes. Tomar el peón de f5 es suicida, porque sigue el golpe táctico Cf6+ (ni siquiera es única para ganar). Y si gxf6, Dxh6+ y Th3 mate, sin derecho ni a rechistar.

Otra idea posible para el negro es llevar su caballo a d5. La secuencia demuestra lo desprotegidas que están las negras. Sigue 27. Txg7+, Txg7 28. Txg7+, Rxg7 y 29. f6+, que gana la dama.

En la imagen de arriba, de Stev Bonhage, Abasov mira su propia partida en la pantalla gigante, como si fuera una película. Ya vislumbraba el final.

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