India gana la medalla de oro tras vencer a la mejor selección sobre el papel, Estados Unidos. España derrotó a Vietnam y sueña con terminar entre los mejores
Un poco más abajo hablaremos de Gukesh, Antón y compañía, porque la décima y penúltima jornada de la Olimpiada de Ajedrez se vio eclipsada por la política. Budapest, ademas de las inundaciones, vivió una asamblea de la FIDE convulsa, de la que habrá que hablar más. Baste decir por ahora que entre hoy y mañana se decide algo tan importante como el fin de las sanciones a Rusia y Bielorrusia. Ya vimos ayer que Carlsen se manifestó en contra de una medida que ha despertado a mucha gente.
Que algo está roto en la Federación Internacional se vio en una de las votaciones importantes. Votaban 170 delegados, pero al sumar los resultados, sumaban 220 votos. No era un detalle menor; 50 votos fantasma son demasiados para atribuirlos a un pequeño error. El británico Malcolm Pein, muy aplaudido, denunció que a varios delegados les dijeron además que no podrían hacer preguntas a los candidatos al comité de Ética.
Otra circunstancia antiestética, como mínimo, fue la petición de la Federación Rusa de convertir en secretas las votaciones, lo que va en contra de los estatutos de la FIDE. Al contraataque ruso se opuso incluso el Departamento de Estado norteamericano, que no suele meterse en estos asuntos. Quizá los despertó Vladimir Kramnik, cuando denuncio a Chess.com al FBI.
Los móviles siguen sonando
Por supuesto, siguió coleando la polémica de los móviles, desatada por Kramnik, quien por otro lado negó haber hecho una reclamación oficial. El árbitro jefe, Ivan Syrovy, le contó a Mike Klein que los autorizó él: «Tenemos que entender que el ajedrez debe ser abierto, porque sin publicidad y medios esto no funciona». Veamos una imagen de los móviles grabadores. A mí no me parecen sospechosos, pero es cierto que, mientras las retransmisiones tienen un pequeño retraso, podrían servir para transmitir las jugadas (incluso sin la tarjeta SIM). Con un auricular escondido, cualquier jugador podría obtener ventaja.
Nueva decepción para Ding Liren
En los tableros también hay mucho que comentar. La buena noticia del día pudo ser la primera victoria de Ding Liren en mucho tiempo. El campeón del mundo se enfrentaba a Nodirbek Abdusattorov, que está por delante de él en la clasificación internacional. El uzbeko movía a toda velocidad, pero en la jugada 16 parecía a punto de perder, aunque por supuesto no era fácil concretar.
Aquí Ding mostró una vez más que tiene la confianza en la reserva. Pensaba demasiado y quizá por su cabeza pasaba incluso la posibilidad de perder. Por eso o porque no encontró nada mejor, empezó a cambiar piezas, con lo que la ventaja parecía menguar, pero al mismo tiempo ofrecía un tipo de interés constante.
En la jugada 28, la máquina le daba +3,5; al menos tres movimientos mantenían clara ventaja, pero hizo otro distinto, de nuevo simplificador, que llevaba la partida a un callejón que terminaba en tablas. A priori, el empate no era malo, pero después de ver lo que ocurrió parece otro golpe en la moral del querido jugador chino.
Podémoslos ver la partida:
Por suerte para China, al final pudieron ganar el encuentro gracias, una vez más, a Wei Yi, el mejor de su equipo junto con b. Fue un duelo muy duro, pero al final doblegó al Nodirbek ‘malo’, de apellido Yakubboev.
Duelo estelar: India-Estados Unidos
El encuentro del día fue el que protagonizaron las dos mejores selecciones nos permitía ver el duelo entre Gukesh y Caruana, cargado de interpretaciones. En la apertura, el indio apenas consiguió la ventajilla genética con la que nacen las piezas blancas y un alfil que daba bien en las fotos, pero la lucha estaba muy lejos de decidirse. Toda la partida fue una exhibición de voluntad del candidato al título y un ejercicio de resistencia por parte de Fabiano, quien sin embargo fue el primero en aflojar en los momentos decisivos.
Ernesto Fernández aplaudía en Chess.com la «buena decisión de Gukesh», que se vio sorprendido en la apertura pero supo reconducir el duelo a terreno conocido, aunque pareciera menos ambicioso. El entusiasmo del gran maestro malagueño se disparó en los apuros de tiempo previos al control de la jugada 40. Gukesh, con menos segundos, hizo todas las buenas seguidas. Fue un carrusel de mejores jugadas impresionante, digno de Stockfish, que le permitía recibir la inyección de tiempo con la tensión controlada, justo lo contrario que a su rival.
En efecto, poco después Caruana abandonaba en un final con dos peones de menos y un rey mucho más vago que el de su oponente. Podemos ver la partida.
Pepe Cuenca destacó que Gukesh (8 de 10 en la Olimpiada) está a punto de superar a Caruana en la clasificación mundial (los separan seis puntos) y de llegar a los 2800 de la mano de su amigo Arjun Erigaisi (9 de 10), que se pone a un solo punto. Este, por cierto, también derrotó a su rival, Leinier Domínguez, pese a los grandes recursos defensivos que demostró el jugador nacido en La Habana durante muchas horas y 60 jugadas. Esa capacidad para sufrir dice mucho de él. Y de Erigaisi.
En la partida So-Pragg, el estadounidense demostró que todavía es uno de los grandes, aunque suene menos que otros. De entrada, ha sido el primero capaz de derrotar a un indio en la competición absoluta. No está mal después de diez jornadas. El estadounidense Wesley jugó una partida magnífica y terminó matando a coces al pequeño Pragg, que en esta Olimpiada ha sido el menos duro de los indios, que pese a todo ya tienen el oro en el bolsillo.
Solo quedaba por decidir la partida entre Aronian y Vidit, la más igualada de las cuatro, en la que el bueno de Aronian se vio obligado a intentar ganar. A su favor tenía, sobre todo, la ventaja en el reloj, pero poco más.
Enorme victoria del Niño Antón y de España
El encuentro España-Vietnam terminó con victoria gracias sobre todo a que David Antón dejó KO a Le Quang Liem, 13 del mundo (ahora 14). El Niño ganó en la apertura un peón quién sabe si envenenado, como el reciente caso de la rusa que untó con mercurio las piezas de su rival. Tampoco jugaba tan rápido como para estar seguro de que lo llevaba todo preparado, pero otras alternativas parecían suicidas.
En cualquier caso, Antón se quedó mal, pero en entonces salió el genio que lleva dentro y encontró un recurso magistral. Merece la pena ver la partida, con especial atención al Ch3 ganador. Todavía habría que esperar, sin embargo, para certificar los dos puntos del equipo español.
Paco Vallejo hizo tablas en el segundo tablero, en una partida con poca historia, y Jaime Santos, que mueve como si tuviera el coche mal aparcado, ganó la calidad por un peón, pero luego fue cediendo posiciones ante el juego activo de Tuan Tran, quien pese a su nombre no juega al tran tran. Jaime dio muchas vueltas, pero tampoco pudo pasar del empate.
Todo quedaba en manos de Alan Pichot, que estaba sufriendo pese a tener también calidad de más. Se ve que en Vietnam enseñan a los niños, desde muy pequeños, las partidas de Petrosian. Pero el jugador bonaerense no se rindió nunca y, cuando parecía que el empate era un milagro, encontró los últimos recursos defensivos escondidos en el tablero. Suele ser lo que diferencia a los buenos jugadores. Victoria para España, que permite soñar con una buena posición final y a Alan con una medalla olímpica individual. El pobre vietnamita acabó hundido por la oportunidad perdida, como se ve en la imagen de abajo.
Empate de la selección femenina
La selección femenina también brilló por arriba. Era el día de los primeros tableros. Sara Khadem colocó a sus dos alfiles en las diagonales largas y desde ahí tejió su ventaja. Sabrina Vega fue la otra ganadora del día, con negras, y ya acumula un espectacular 8,5 de 10. No se sabe con qué malas artes atrajo al rey rival al centro del tablero, al que solo dejó volver para darle matarile en su posición natural.
La pena es que Ana Matnadze y Mónica Calzetta lucharon como siempre, pero estuvieron menos acertadas que de costumbre ante jugadoras con más Elo que ellas, Elina Danielian y Anna M. Sargsyan. Calzetta tenía la situación bajo control aparente, pero vio un fantasma y se asustó sin necesidad.
Y por si alguien se pregunta qué hizo Magnus Carlsen, aquí está la respuesta, aunque es actor secundario en Budapest, como le suele ocurrir en las Olimpiadas, su torneo imposible. De entrada, volvió a llegar tarde, pero luego no perdonó al moldavo Ivan Schitco, que aprendió cómo aprieta una boa pese a que Karpov está ya retirado. El noruego remató con finura táctica, pero luego vio cómo su equipo empataba el encuentro, incapaz de ganar ninguna partida más.
En la imagen de arriba, David Antón, que ganó a uno de los grandes, el vietnamita Le Quang Liem, y le dio la victoria a España. Foto: Maria Emelianova