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Récord Guinness jugando al ajedrez sin parar: 61 horas, 3 minutos y 30 segundos

Askild Bryn y Odin Blikra Vea, tras lograr el récord Guinness

Askild Bryn y Odin Blikra Vea, tras lograr el récord Guinness

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Dos aficionados noruegos, Askild Bryn y Odin Blikra Vea, escriben una pequeña página en la historia del ajedrez

Dos aficionados noruegos, Askild Bryn y Odin Blikra Vea, han superado el récord Guinness jugando sin parar al ajedrez. Su plusmarca es de 61 horas, 3 minutos y 30 segundos. No fue un logro vacío, sin más: ambos amigos aprovecharon para recaudar fondos para combatir el cáncer de mama. El marcador final fue de 208 a 175 a favor del primero, después de 383 partidas. Sin contar las tablas, fue un 181-146, aunque todos estaban tan cansados que igual las cuentas no salen. Magnus Carlsen, amigo de ambos, declaró: «Todo el mundo aquí está muy orgulloso de ellos y yo soy uno de ellos».

En realidad, no son tantas partidas. En su famosa noche antes de perder contra Nepo en el Candidatos, Alireza Firouzja jugó 268 partidas bala. Lo que da valor a esta plusmarca es el tiempo invertido en conseguirla: casi tres días sin dormir ni tomarse el menor descanso. Fueron partidas de cinco minutos, que se podían seguir en directo en el canal de Twitch de Chess.com e incluso ver con sus correspondientes análisis en este portal y en Lichess.

Askild Bryn y Odin Blikra Vea, con su certificado por haber logrado el récord Guinness

Askild y Odin jugaron en Stavanger, la misma ciudad noruega en la que se juega el Norway Chess, donde estamos viviendo partidas apasionantes y la crisis del campeón del mundo, a quien todos desean una pronta recuperación. Los dos aficionados que han logrado el récord tienen un buen nivel. Askild era el peor, en teoría, con 2024 puntos Elo en ajedrez clásico y 2129 en blitz. Odin tiene un Elo FIDE de 2157 puntos, aunque en las partidas más rápidas las cosas se equilibran (2123) y favorecen incluso a su oponente.

Precisión aceptable en el récord

Un dato interesante es que en la primera partida el porcentaje de precisión fue del 84,4% para el ganador (Odin) y 75,5% para el perdedor. En la última partida con un resultado decisivo, el rendimiento no había bajado tanto: 77,4%-67,2%. Curiosamente, no fue el mismo ganador, aunque tampoco el duelo resiste mayores análisis técnicos de las partidas, sobre todo a esas alturas. Si ya es difícil estar tantas horas sin dormir, estaba la cosa como para plantear finas celadas, después de 60 horas.

Los padres de Odin no tenían nada que oponer al juego de su muchacho, desde luego:

Incluso Carlsen alabó la calidad de las partidas, sobre todo de las primeras. El número uno comentó que luego todo se volvió un poco más difícil, pero que al final se recuperaron y jugaron bastante bien.

Obsesión noruega por el récord

Otro dato sorprendente es la tradición noruega en este tipo de récords. Según cuentan en Chess.com, el maestro FIDE Joran Aulin-Jansson estuvo 92 horas y 26 minutos seguidos jugando al ajedrez en 1984, casi cuatro días, pero luego cometió un error burocrático con una firma y su récord no fue homologado. Para evitar que les pasara lo mismo, los actuales plusmarquistas lo prepararon todo tan bien que sorprendieron al representante de Guinness encargado de certificar el récord.

Los anteriores poseedores del mismo también eran noruegos, cómo no. Los maestros FIDE Sjur Ferkingstad y Hallvard Haug Flatebo jugaron durante 56 horas y nueve minutos en 2018, en la localidad de Haugesund, destrozando el récord anterior, de ‘solo’ 40 horas y 40 minutos. Los maestros internacionales Magne Sagafos y Joachim Berg-Jensen también eligieron Stavanger y el Norway Chess para dar realce a su proeza.

¿Nadie se anima a intentar superar las 61 horas y media? De momento, si os seguís suscribiendo a Damas y Reyes, también mejoraremos otra marca, de momento mucho más modesta.


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