Grandes favoritas de la competición, el «equipo de la FIDE» venció en la final a Azerbaiyán. Polina Shuvalova, oro en el tercer tablero, hizo una actuación de 2827 puntos Elo.
Tiene su punto que la selección de Rusia participara en el Campeonato del Mundo bajo el nombre de «equipo de la FIDE». La polémica es conocida: las ajedrecistas ucranianas protestaron por la participación de las rusas en una competición internacional por equipos. Era su reaparición internacional desde la invasión de Ucrania y el consiguiente castigo. Con las estrellas chinas ocupadas de otros asuntos, excepto Hou Yifan, Rusia era la gran favorita, condición que corroboró sin mayores sufrimientos.
Por suerte para la organización, Ucrania no llegó muy lejos, lo que evitó mayores tensiones. Otro factor (menos azaroso) que ayudó a evitar problemas fue que ambos equipos se alojaban en diferentes hoteles. También contribuyó a la paz de los tableros que ni los vecinos de Linares ni sus políticos se enredaran en polémicas, como ocurrió en Sestao, por ejemplo.
Por desgracia para todos, España tampoco pasó de la primera fase, después de una única victoria, contra Perú. Solo Sabrina Vega y Ana Matnadze jugaron a buen nivel. Se echó de menos a Marta García, pero la falta de una sola jugadora no puede ser la excusa.
Final: Rusia-Azerbaiyán
Este domingo, lo más importante ha sido la victoria de las rusas, que derrotaron en la final a Azerbaiyán, con cierta comodidad. En la primera ronda, Alexandra Goryachkina y Polina Shuvalova ganaron con blancas, mientras sus compañeras hacían tablas con negras. Todo según el manual de la vieja guardia. Goryachkina, que solo ha perdido con Hou Yifan en todo el torneo, se impuso en un final de damas y peones (tres contra dos) que la azerí Ulviyya Fataliyeva recordará mucho tiempo.
En la siguiente posición, de repente, las negras están perdidas, después de haber luchado con gran mérito durante más de 70 movimientos.
En la segunda mitad de la final, Shuvalova fue la primera en hacer tablas con negras, no solo para seguir el manual: se aseguraba así además la medalla de oro individual, con 9,5 puntos en 10 partidas. Medida en puntos Elo, fue una actuación de 2827 puntos Elo, una auténtica barbaridad.
Con un fondo de armario muy superior, las rusas empezaron a asegurar la victoria cuando Leya Garifullina (2458) impuso las matemáticas del Elo contra Ayan Allahverdiyeva, que debutaba en el torneo.
Fataliyeva, sin miedo y sin escarmiento, volvió a entrar en un final de damas, torres y peones contra Goryachkina, pero esta vez había igualdad de material y la partida terminó en tablas, un empate que por otro lado certificaba el triunfo ruso.
Quedaba la partida de Kateryna Lagno contra Govhar Beydullayeva, jugadora de 22 años que llegó a tener gran ventaja, pero en el final de caballos y peones se puso demasiado creativa y sacrificó un peón que, aunque doblado, tenía su importancia, y así malogró todas sus opciones.
China gana el bronce
En la lucha por el tercer puesto, China se permitió el lujo de prescindir de su primer tablero, Hou Yifan, que se despide de Linares con superávit de puntos, pero déficit de Elo. Tres de cinco y la sensación agridulce de haber perdido una partida contra Carissa Yip, pero el consuelo de imponerse en su duelo de semifinales contra la mejor de las rusas, Goryachkina.
China era favorita para ganar el bronce, dado que se impuso en el primer partido contra Kazajistán. En el segundo, también ganó y confirmó que, pese a las ausencias, era superior a Kazajistán. En gran medida, porque Bibisara Assaubayeva, la mejor jugadora del equipo, ha tenido una actuación muy por debajo de sus posibilidades. Faltó varias rondas y es probable que no se encuentre bien, en cuatro partidas, solo ha conseguido unas tablas en Linares.
Medallas individuales
La lucha por las medallas estuvo más competido que la general, con muy pocas diferencias de Elo entre las jugadoras. En el primer tablero, sin ir más lejos, Hou Yifan no ganó el oro por un punto. Lo que contaba en este apartado no era el número o el porcentaje de puntos, sin el «valor» de cada actuación (o la performance).
Un dato curioso es que la mejor puntuación fue de una jugadora del segundo tablero, y no de las del primero. Otro, que en el sexto tablero solo una ajedrecistas jugó todas las partidas necesarias para conseguir medalla, por lo que se llevó el oro sin discusión ni competencia.
Mesa 1
Mesa 2
Mesa 3
Mesa 4
Mesa 5
Mesa 6
En la imagen de arriba, las rusas, felices de la vida y campeonas del mundo en su reaparición internacional. Foto: FMB / Damas y Reyes
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