Los ucranianos ganaron en Batumi, con el gran maestro Igor Kovalenko como líder, pese a que su principal trabajo está en el frente, donde defiende a su país de la invasión rusa
El Europeo de Ajedrez por Equipos terminó ayer en Batumi (Georgia), con las selecciones de Ucrania y Polonia como vencedoras de la competición absoluta y femenina, respectivamente. Lo de Ucrania hay que explicarlo bien, porque tiene mérito. España acabó en octava y séptima posición, pero lo más destacado fueron las medallas individuales que ganaron Sabrina Vega y Ana Matnadze. Ambas llevan años dando la cara cada vez que les toca defender a nuestra selección. También se generó una polémica interna que trataremos de explicar mejor en otro artículo, porque tiene miga.

Las chicas se merecen que empecemos por ellas la crónica del torneo. El equipo, capitaneado por Pepe Cuenca, partía en séptima posición y en séptima posición terminó. Ganó Polonia, seguida de Ucrania (enorme mérito el suyo) y Alemania.
En el capítulo individual, la estrella fue una vez más Sabrina Vega (2362), medalla de plata en el segundo tablero, solo por detrás de la excampeona mundial Anna Ushenina. Sabri logró 7 puntos de 9 posibles. No perdió ningún día, mejoró casi 15 puntos Elo y culminó una actuación cercana a los 2500 puntos Elo. Su torneazo acabó con una victoria sobre Nino Batsiashvili (2469).
Podemos ver la partida. No conocía su forma agresiva de enfrentarse a la Caro-Kann. Después de la sorpresa inicial, superó a la georgiana en táctica y estrategia. Fue una lección completa de preparación y ejecución. Esperamos que la española vuelva por sus fueros.
Sabrina escribió esto en su cuenta de Instagram: «Tras un periodo personal muy difícil, debiendo enfrentar una de esas partidas de vida que no esperas nunca jugar, este resultado sobre el tablero sabe a reencuentro y agradecimiento. Gracias a los que han estado a mi lado soportando la carga conmigo y han motivado que mantenga el carácter de la lucha y la buena energía». Bravo por ella. Aquí la vemos recoger su medalla.
La otra medalla española (y lleva unas cuantas) fue para Ana Matnadze, que firmó 5,5 de 8 en el tercer tablero. Fue una lástima que no aguantara en la última partida, lo que habría permitido a España superar a Georgia y terminar entre las cinco primeras.

El resto del equipo estaba formado por Sara Khadem (2444), todavía algo tímida en el primer tablero, aunque terminó con buen sabor de boca gracias a su victoria sobre la rival más difícil que le tocó en Batumi, la georgiana Nana Dzagnidze (2496). No estuvo a su altura habitual Mónica Calzetta, nuestra campeona del mundo de veteranas, mientras que la debutante Gala García-Castany empezó con una derrota, pero logró despedirse con superávit de puntos.
Ucrania se sobrepone a la guerra
En la competición absoluta, la victoria de Ucrania no deja de ser una sorpresa, con el país en guerra, muchos de sus clubes destruidos por los bombardeos rusos y con alguno de sus jugadores reconvertidos en soldados. El mejor ejemplo es el de Igor Kovalenko, cuarto tablero del equipo, condecorado por Zelensky por defender a su país en el frente. Terminó invicto, completó una actuación de más de 2800 puntos Elo y ganó la medalla de oro individual.

Ucraniana no contaba entre los favoritos. En la clasificación inicial, de hecho, figuraban en novena posición, justo por detrás de España. La primera línea de defensa la protagonizó Ruslan Ponomariov, el ganador más joven de un Campeonato Mundial de la FIDE, más incluso que el indio Gukesh, aunque aquella edición (2002) se jugó por eliminatorias y no ha tenido el mismo peso histórico. Ponomariov entabló en Batumi todas sus partidas. Puede parecer modesto, pero sus rivales le sacaban una media de 50 puntos.
En el segundo tablero, Andrei Volokitin jugó algo menos y también logró el 50 % de los puntos, mientras que Anton Korobov perdió la primera partida y luego no ganó ninguna, aunque mantuvo el tipo. Y llegamos al héroe Kovalenko, locomotora del equipo, con 6,5 puntos en 8 partidas. El jovencísimo Ihor Samunenkov, de 16 años, completó la gesta con un punto menos en el mismo número de partidas. Ucrania solo empató contra Azerbaiyán y ganó el resto de sus encuentros, con lo que acabó sacando dos puntos a sus rivales directos y a Serbia, tercera.
España, ¿en su sitio?
España acabó octava, justo la posición de partida, capitaneada por David Martínez y después de perder solo una jornada, contra Países Bajos. Veamos qué hizo cada jugador del equipo.
Alexei Shirov y Maxim Chigaev, nuestros dos primeros tableros, no ganaron ninguna partida (aunque solo perdieron una cada uno). David Antón brilló, con 5,5 de 8 (subió 9 puntos Elo), Daniil Yuffa estuvo irregular, pese al 50 % final, mientras que Jaime Santos cumplió: no perdió ninguna partida y ganó dos, que no era mucho más de lo que cabía esperar por el nivel de sus rivales.
En la imagen de arriba, Sabrina Vega y Ana Matnadze, medallistas individuales en el Europeo por Equipos. Foto: FEDA
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