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Los hemanos indios Pragg y Vaishali ponen el torneo de Candidatos patas arriba

Praggnanandhaa, gran maestro indio de 18 años en el torneo de Candidatos. Foto: Michal Walusza / FIDE

Praggnanandhaa, gran maestro indio de 18 años. Foto: Michal Walusza / FIDE

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Ambos ganaron sus partidas después de la doble derrota que sufrieron en la segunda ronda

No son siameses, pero ganan y pierden a la vez. En la segunda ronda del Candidatos le dieron un doble disgusto a su madre, que siempre los acompaña a los grandes torneos. Con una fuerza mental brutal y una valentía asombrosa, los fabulosos hermanos Rameshbabu ganaron sus partidas de la tercera jornada, con lo que reciben un chute de moral impagable. Pragg venció con negras a a Vidit, el héroe del día anterior, tras plantear una apertura de las que nadie se atreve a jugar en la élite. «Después de perder ayer, hay que tener pelotas para jugar esto con negras», comentaba el gran maestro español Miguel Santos.

La apuesta le salió a la perfección, mientras su hermana derrotaba a la búlgara Nurgyul Salimova, sacrificando por su parte un caballo para que no volviera a crecer la hierba en el enroque de su rival. Esos chicos llegarán lejos. Es decir, aún más, porque lo tienen todo para triunfar.

Vaishali derrotó a Muzychul en el Candidatos. Foto: Michal Walusza

Antes de ser campeón del mundo, Vishy Anand solía ser acusado de blando. Tenía un talento gigantesco, pero sus críticos decían que le faltaba mala leche para ser campeón del mundo. No se puede ser Ghandi y luego pretender que tus rivales se rindan. El ejemplo de Anand ha creado un tsunami de grandes maestros. Él fue el primero y ahora son más de ochenta, tres de ellos demostrando en Toronto que el ajedrez no es un juego aburrido que suele terminar en tablas. Lo más llamativo es que ni siquiera son los mejores de su país. El propio Anand está por delante y aún más algo vuela Arjun Erigaisi, que acaba de ascender al puesto 5 del mundo gracias a sus resultados en Menorca.

Repasemos las partidas de la tercera jornada. Hubo más tablas que en la segunda, pero apenas hubo un par de enfrentamientos grises.

Abasov-Nakamura: tablas

Parece que el azerí, además de ser el más flojo de los ocho candidatos, se encuentra mal de salud. No sabemos si además de la pierna lesionada en un partido de fútbol le ocurre algo más. Contra Nakamura dejó claro que se conformaba con las tablas, de una manera tan obvia que parecía una provocación. El estadounidense, herido, no entró al trapo y transigió con las tablas después de 29 movimientos. Para la comentarista Irina Krush fuguen error y una oportunidad perdida. ¿No venía a dar espectáculo?

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Gukesh-Nepo: tablas

No conviene dejarse engañar por las apariencias. El suyo fue un duelo cargado de sutilezas, en el que el indio estuvo a punto de ganar. Después de jugar la primera parte de manera impecable, sin embargo, cometió el error de aligerar la defensa de su rival al ofrecer el cambio de torres. En ese momento, tenía incluso una secuencia forzada que lo dejaba con enorme ventaja, aunque no era nada fácil descubrirla para un pellejudo.

A partir de ahí, su ventaja se diluyó y, después de un extraño episodio relacionado con el reloj, que requirió la presencia del árbitro, ambos se precipitaron a firmar el empate y no desgastarse más ante lo que queda de torneo, que es casi todo. No hay mucho que reprocharle y está entre los líderes, pero alguno se sintió decepcionado con Gukesh.

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Firouzja-Caruana: tablas

Alireza Firouzja tenía ganas de demostrar que su ‘cuelgue’ de la segunda jornada fue un accidente sin consecuencias. Su mala suerte fue enfrentarse a Caruana justo el día que le tocaba remontar. El americano se sabe todas las jugadas del libro y las que tiene que improvisar después. Ni siquiera sufrió para conseguir unas tablas con las que se mantiene en el grupo de cabeza.

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Vidit 0 – Pragg 1

La guinda de la jornada fue la victoria de Pragg contra un Vidit lanzado, que llevaba dos partidas seguidas sacrificando un alfil. El joven gran maestro convirtió el tablero en un Vietnam en el que estaba prohibidas las brújulas. Se adelantó a la hora de ceder material y siguió atacando incluso cuando iba al servicio. En un momento dado pareció que aflojaba, pero jugar contra alguien así es muy difícil y Vidit no supo hacerlo bien.

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Humpy Koneru-Tan Zhongyi: tablas

El Candidatos femenino es la prueba de que la precisión total no es el ideal del ajedrez y que tampoco puede se tomada como prueba de que alguien haga trampas. En esta partida, las blancas jugaron con un 99,4% de perfección y las negras lo hicieron aún mejor: 99,8%. Pues bien, fueron unas tablas sin sal. Mucho respeto mutuo y una partida académica, con la calculadora escondida en el bolsillo.

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Vaishali 1 -Salimova 0

En la segunda ronda, los hermanos Rameshbabu perdieron a la vez. Ya hemos visto con qué valentía afrontó Pragg su siguiente reto. Su hermana mayor fue más contundente y derrotó a la búlgara Nurgyul Salimova. La jugadora india sacrificó un caballo y luego desarboló a su rival.

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Muzychuk-Lagno

La ucraniana perdonó a la rusa de forma increíble. Echará de menos ese medio punto, cuando tenía la victoria tan en la mano. Su única suerte fue que luego tampoco era fácil perder, porque esos errores dejan secuelas muy dañinas en el cerebro.

Lei Tingjie-Goryachkina: tablas

La china Lei Tingjie hizo como Pragg: después de una derrota, se lanzó al ataque, en contra el viejo consejo ruso de evitar las rachas negativas con un empate rápido después de cualquier derrota. Aquí no hay tiempo para recuperarse y Tingjie jugó el gambito Evans, una reliquia con la que el blando sacrifica un peón (o más) con el indisimulado objetivo de montar una fiesta en el enroque rival.

Por desgracia para ella, la rusa no se dejó impresionar. Hizo las buenas y no tuvo dificultades para empatar.

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