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La hermana mayor de Pragg también se ha clasificado para el torneo que da acceso a jugar el Mundial
Praggnanandhaa y Vaishali Rameshbabu ya han entrado en la lista de hermanos ajedrecistas más fuertes de la historia. En otros tiempos, sería un problema grave para la ortografía, pero la tecnología actual permite copiar y pegar sus nombres con facilidad (el peligro es equivocarse la primera vez). Si el famoso entrenador indio Ramesh les dice a sus alumnos «Sed como Pragg», debería incluir a su hermana mayor sin falta. Lo que está haciendo en el Gran Suizo de la FIDE es un escándalo.
La relación de jugadores con el mismo apellido es prolija: tenemos a las inigualables Polgar, las Muzychuk ucranianas, los Cori del Perú, los Byrne que inmortalizó Fischer (a la mitad, por lo menos)… Es la primera vez, sin embargo, que dos hermanos se clasifican para la misma edición del torneo de Candidatos, el masculino y el femenino.
Pragg está jugando el Gran Suizo de la FIDE con la tranquilidad de quien ya se sabe clasificado para el torneo que tendrá lugar en Toronto, en 2024. Ayer, Vaishali también certificó su billete una ronda antes del final del torneo, al derrotar a la excampeona mundial Tan Zhongyi. La jugadora india, de 22 años, no contaba entre las diez mejores, pero es líder en solitario con ocho puntos en diez partidas. No conoce la derrota y su actuación es digna de un gran maestro del club de los 2700, puntuación a la que ni se acercan las mejores ajedrecistas. De hecho, la actuación que lleva hasta la fecha es casi idéntica a la de su hermano, de 18 años, estrella indiscutible de la próxima década.
Ninguna derrota entre los dos Rameshbabu
Pragg tampoco ha perdido ninguna partida en Isla de Man, pero ha concedido ‘demasiadas’ tablas y ahora mismo pierde incluso unos pocos puntos Elo; se lo puede permitir, porque tiene 2738. El joven indio está en un amplio grupo de jugadores con seis puntos, los mismos que lleva el español David Antón, que sin grandes alardes está completando un torneo muy serio. Si alguno de los dos gana este domingo, no podrá quejarse de su clasificación final.
Lo de Vaishali es de otro planeta. Ha hecho un punto y medio contra las hermanas Muzychuk y ha ganado a Alekxandra Goryachkina, Antoaneta Stefanova y a la citada Tan Zhongyi. Su última rival parece mucho más asequible, aunque habrá que ver si no se deja llevar por las emociones del último día, con los objetivos ya cumplidos.
Tres líderes en el torneo absoluto
El torneo absoluto, por otro lado, lo lideran el ruso Andrey Esipenko, el estadounidense Hikaru Nakamura y otro indio, Vidit Santosh Gujrathi. El americano derrotó al gran favorito, su compatriota Fabiano Caruana, en una partida fantástica. Lo más cómico del asunto es que ahora quizá le convenga no quedar en las dos primeras plazas, como dijo ayer medio en broma, porque entonces Alireza Firuozja sería el mejor colocado para ganar el puesto que se concede en el Candidatos al jugador con mejor Elo.
Namakura, número tres del mundo en la clasificación más apretada de los últimos años, sabe que Firouzja (6 del mundo) es uno de los rivales más peligrosos. Le convendría por tanto dejar los dos primeros puestos a otros jugadores y clasificarse él por Elo, ya que es improbable que el francés de origen iraní recorte toda su ventaja.
De todos modos, queda mucha tela por cortar en el Grand Swiss. En la última ronda, Nakamura se enfrenta con negras a Arjun Erigaisi, de la impresionante cantera india, que solo tiene medio punto menos y muchas ganas de pasar a la historia. Vidit, por su parte, se enfrenta al serbio nacido en Rusia Alexandr Predke, una de las sorpresas.
Entretanto, Anish Giri, con 6,5 puntos, tratará de igualar a Esipenko, Caruana querrá frustrar el espectacular torneo del alemán Vincent Keymer y todavía tenemos a tres jugadores más con seis y medio: el iraní Parham Maghsoodloo, el ahora inglés Nikita Vitiugov (de la última hornada de fugados rusos) y el rumano Bogdan-Daniel Deac. Todos ellos se merecen ya el aplauso pase lo que pase en su última partida. Ayer, cuando ya no era posible especular más ni exprimir la calculadora, vivimos una hornada maravillosa de ajedrez. Ojalá se repita.
Foto principal: Lennart Ootes
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