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Magnus Carlsen se abre con Joe Rogan: «Lo de Niemann no me olía bien… y todavía no lo hace»

Magnus Carlsen, en el podcast de Joe Rogan

Magnus Carlsen, en el podcast de Joe Rogan

El número uno habló con Joe Rogan en un episodio que ya han visto, solo en YouTube, 4,4 millones de personas. El noruego asegura que el ajedrez siempre fue «un pasatiempo» para él, pero que nunca abandona del todo su cabeza.

Como forma de llegar al mundo no especializado, la presencia de Magnus Carlsen en el podcast Joe Rogan Experience es otra jugada maestra del noruego, quien como acostumbra, no fue a Texas solo a decir obviedades y monosílabos. Anunciamos su visita en enero y el número uno no decepcionó. En los primeros días, han visto ya el capítulo en Youtube 4,4 millones de personas, y solo era una de las formas posibles de seguir el podcast.

Para que el lector se haga una idea del poder de convocatoria de Rogan, después de Carlsen han pasado por su micrófono Woody Harrelson, Peter Berg, Elon Musk y Bill Murray, entre otros. El episodio de Magnus, en el que también participa el cómico Tony Hinchcliffe, muy aficionado al ajedrez, dura dos horas y 17 minutos. En este artículo presentamos un buen avance de la conversación.


Cartel del IX Open de Semana Santa San Vicente del Raspeig

Inicios de Magnus Carlsen en el ajedrez

«Mi padre es un ávido jugador de ajedrez y creo que pensó que podría tener algún talento. Me enseñó bastante temprano, alrededor de los cinco años, pero en ese momento yo no estaba tan interesado. Me gustaban más los Legos, las matemáticas y las estadísticas deportivas. Y tenía mi pequeño libro de banderas, con todos los países del mundo, sus habitantes, superficies y todo lo demás. El ajedrez no me pareció tan divertido. Un par de años después, mi hermana mayor, que es un año y medio mayor que yo, jugó mucho al ajedrez con mi padre, yo empecé a sentarme un poco en ellos y comenzó a gustarme. Realmente, quería superarla. Al final, se convirtió en mi principal pasatiempo y en mi trabajo». «Resultó que mi padre tenía razón, después de todo. Solo necesitaba ese empujón extra».

Hans Niemann

Joe Rogan recuerda lo ocurrido con Hans Niemann y le pregunta por qué estaba tan convencido de que le hizo trampas en San Luis. Por supuesto, se habla de las famosas bolas anales y Hinchcliffe apunta entre risas: «¿Pudiste oír algo, como un ‘brrrr’? ¿Oíste vibraciones? ¿Oliste algo?». Magnus no puede reprimir una sonrisa antes de responder: «Eso habría asido como una pistola humeante, supongo».

Luego, adopta un tono más serio: «Creo que fue una combinación de cosas, basada en el nivel de ajedrez que pensé que él tenía, por las partidas que había visto, las que habíamos jugado y lo que habíamos analizado juntos. Circulaban muchas historias en esa época. Además, hay un documental de Netflix que llegará en unos meses, en el que cuento mi versión de la historia, así que no puedo profundizar demasiado en todo. Pero lo que puedo decir es que hubo muchos factores que me hicieron sospechar mucho. Creo que desde entonces él ha mejorado, pero todavía hay algo fuera de lugar, tanto entonces como ahora».

Hans Niemann mira a Carlsen en la famosa partida de San Luis. Foto: Lennart Ootes

«El ajedrez de alto nivel se ha basado mucho en la confianza y cada vez que tienes extraños de fuera, surgen estas historias y todo el mundo se pone un poco nervioso. Hay personas que irrumpen en la escena, luego se estabilizan y la gente sabe que son legítimas. No es un problema. Con él, no lo sé. En ese momento no parecía estar jugando con un estilo particular. Simplemente jugaba muy bien en cualquier posición en ciertas partidas. Podía cambiar del juego táctico al posicional muy fácilmente. No me olía bien… y todavía no lo hace. Pero luego el presentó su demanda y todos pasamos un poco a otra cosa. No confío en él. Algunos de los mejores jugadores tampoco confían en él todavía».

¿Cuál es el método para hacer trampas?

«En primer lugar, una pieza invisible en el oído, que la gente usa para los exámenes y demás, no habría sido detectada por el sistema de seguridad que utilizaron en ese torneo. Ellos ampliaron la seguridad después de lo ocurrido y empezaron a revisarnos los oídos. El año pasado, jugué un torneo en París, donde jugué contra él y había una seguridad adecuada, y él no jugó al mismo nivel. No soy un experto en trampas, pero esto es lo que he escuchado de la gente y lo más obvio que alguien podría hacer. No sería tan difícil, teniendo en cuenta el tipo de seguridad que tenemos en los torneos de ajedrez. En muchos de ellos, en los abiertos, la gente entra y sale de la sala de juego, los espectadores llevan sus teléfonos inteligentes encendidos y toman fotos o lo que sea. Podrían hacer señales. Es difícil. Es un gran problema en el ajedrez, sin duda».

Para explicar cómo funcionan las trampas, Carlsen le recuerda a Rogan el escándalo del equipo francés en la Olimpiada de Ajedrez, con Sébastien Feller como principal implicado, aunque también participó el entrenador galo y otro maestro amigo de ellos. No es el caso más escandaloso que ha visto: «Jugué un torneo abierto en Dinamarca hace unos 20 años, donde había un tipo que jugaba contra un gran maestro en la primera ronda. No era un muy buen jugador. Llegó borracho a la mesa y, literalmente, sacó su teléfono y abrió un programa de ajedrez. Por supuesto, fue inmediatamente… Así que eso no fue tan nefasto».

¿Hay que ser inteligente para jugar bien al ajedrez?

«No lo sé. Creo que puedes ser tonto y bastante bueno en el ajedrez. Algo de inteligencia ciertamente ayuda, pero después de todo, mucho ajedrez tiene que ver con patrones de aprendizaje y, básicamente, cualquiera puede hacer eso. Así que aplicarlo a un nivel superior, aprender a evaluar y así, es lo que realmente distingue a los mejores jugadores de los simplemente buenos jugadores, pero creo que cualquier puede convertirse en un jugador decente.

Al mismo tiempo, Magnus admite que es un poco perezoso: «Creo que soy conocido en el mundo del ajedrez por eso. La cosa es que nunca he sido el tipo de persona que se despierta por la mañana, trabaja seis o siete horas en el ajedrez, como en un trabajo normal, y luego… Pero pienso en el ajedrz todo el tiempo. Juego en internet, miro partidas, puede que lea algo…».

Las cuentas secretas de Carlsen

Carlsen también desvela en el podcast de Joe Rogan que solía jugar de forma anónima, hasta que ocurrió algo muy curioso. «Una vez me sentí humillado por un gran maestro ruso que me preguntó si una determinada cuenta en un determinado sitio web era mía. Yo le daba largas y él aseguraba: sí, ese eres tú. Y enumeró otras cinco cuentas que pensé que nadie conocía. Todas eran mías». El GM ruso lo había descubierto gracias a su estilo de juego, pese a que el noruego tomaba sus precauciones: «Yo intentaba cambiar mis aperturas en las diferentes cuentas, pero tengo un estilo que es reconocible».

Luego, el excampeón vuelve a comentar su falta de amor al trabajo: «Las personas con las que he trabajado estudian mucho, pero no estoy seguro sobre otros. Para mí, el ajedrez siempre ha sido un pasatiempo. Una vez que empieza a sentirse como trabajo, entonces es más difícil para mí».

Joe Rogan parece el personaje de una serie y es una persona con muchos detractores. Sin valorar su trayectoria ni sus ideas, que en general desconozco, es un buen entrevistador. Solo en YouTube tiene casi 20 millones de suscriptores

Esto es algo que le ha ocurrido desde que empezó: «Tuve un entrenador cuando era pequeño. Teníamos clases una vez a la semana y me encantaba, pero luego empezó a ponerme deberes y le dije rápidamente que no me gustaban. Pasaba mucho tiempo leyendo libros, jugando en internet, las cosas que todavía hago, pero las hacía por diversión. Esa era la diferencia entre otros niños y yo. Ellos podían hacer incluso deberes, pero no vivían y respirando el ajedrez igual que yo. Yo pienso en ello todo el tiempo. Ahorma mismo, mientras estoy sentado en esta silla, estoy analizando una partida que jugué hoy. Nunca abandona completamente mi cabeza. Creo que le pasa a muchos muy buenos ajedrecistas».

El factor genético

«Creo que no hay duda de que soy muy talentoso para el ajedrez de forma natural. De lo contrario, no habría llegado tan lejos. Mi padre es increíblemente bueno con los números. Empezó a jugar al ajedrez bastante tarde, pero es un jugador decente. Mi madre era bastante inteligente y mis hermanas también. Así que está claro que hay algunos buenos genes. Yo, por casualidad, también encontré un entorno temprano, cerca de Oslo, donde probablemente había el mejor ambiente de ajedrez de Noruega. Tenía acceso a entrenadores y a un pequeño grupo con otros niños ambiciosos. Además de eso, creo que lo más importante es que no escuché a las personas que querían que hiciera las cosas de cierta manera, como siempre se habían hecho. Defendían la escuela de ajedrez soviética, dominante durante tantos años. Siempre he seguido mi propio camino, tratando de divertirme todo lo posible. Para mí es esencial disfrutar. Y nos sé por qué, pero entiendo el juego mejor que los demás, como si no necesitara calcular tanto como mi rival. Mi intuición y evaluación simplemente son mejores».

Ajedrez a la ciega

El ajedrez a la ciega fascina siempre a los aficionados y sale en la conversación con Rogan. Carlsen cuenta que su ultima sesión de simultáneas en esta modalidad fue en Viena, en 2015, con doce rivales a la vez y con reloj. «Mis rivales eran jugadores decentes y eso hace más fácil recordar las partidas», explica, «porque puedes reconocer los patrones. Cuando la gente hace movimientos raros es mucho más difícil».

Lo malo para él es que en aquella ocasión había tomado comida china picante antes de jugar y tuvo que ausentarse durante quince minutos, para ir al servicio. «Desde entonces, siento que he acabado con eso. Ahora me parece increíblemente difícil». «En general, recuerdo todas las partidas que he jugado, pero no cada movimiento. Recuerdo en líneas generales lo que pasó y esto es justo lo que ocurre cuando juegas con los ojos vendados. Tal vez haya un peón en el lado que no puedo recordar. Los torneos a ciegas solían ser divertidos, pero también totalmente agotadores».

En general, sin embargo, el ajedrez a la ciega es «engañoso», porque para un jugador de élite no es nada difícil jugar una partida así, pero para los aficionados puede parecer increíble. «Estoy seguro de que es como resolver el cubo de Rubik para un experto. Es muy fácil para ellos, pero impresiona a los demás».

Magnus Carlsen y Joe Rogan hablaron durante mucho tiempo, y aquí solo se recoge una parte de la conversación. Si os gusta mucho esta parte, podríamos seguir con el resto de la conversación.


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