El ajedrecista representó a su país de origen en seis Olimpiadas y llegó a ganar una medalla de plata individual. Por España compitió en la de Manila, donde no perdió ninguna partida
Orestes Rodríguez (Lima, 1943) falleció el pasado domingo a los 81 años, en su domicilio de Barcelona. El ajedrecista limeño fue campeón peruano en cinco ocasiones consecutivas, entre 1968 y 1972. Luego, se vino a vivir a España, donde logró el título de gran maestro. También representó a nuestro país en una Olimpiada, en Manila, con tan buena fortuna que terminó invicto y fue el mejor del equipo. Era su séptima participación en la mayor competición por países, en la que logró la medalla de plata individual en Buenos Aires, en 1978, por detrás de Viktor Korchnoi y por delante de Ulf Andersson. Hizo ocho puntos en diez partidas.
En España, Orestes Rodríguez formó parte durante años del Vulcà, de Barcelona, como primer tablero de un equipazo en el que Juan Manuel Bellón era el segundo tablero y en la tercera mesa solía sentarse el maestro internacional Ángel Martín. ‘Chino’, como llamaban a Orestes en Lima, derrotó a grandes jugadores, como Larsen, Portisch, Miles, Panno y Quinteros, y se llevó el primer premio en torneos importantes: Alicante, Reggio Emilia, Orense y Lanzarote.
Una persona muy culta
Recuerda Bellón que el Vulcà ganó en los 80 hasta ocho Campeonatos de España por equipos. «Éramos no solo un equipo, sino una familia». Al grupo se unió después Pia Cramling, actual pareja de Juan Manuel, «haciendo aún mas fuerte dicho club, que fue sin duda el más potente que dio el ajedrez catalán en toda su historia».
Cuando se disolvió el Vulcà, Orestes siguió jugando en el Club Ajedrez Barcelona, con el que se había fusionado su antiguo equipo. Desde allí lo recuerdan con inmenso cariño, como han manifestado en las redes sociales. Según Bellón, Rodríguez «era una persona muy culta, muy humilde en el tablero, sin un mal gesto tras la derrota y sabiéndose contener en la victoria, sin euforias desmedidas». «Yo recuerdo muchas veces su reacción cuando alguien con mal perder trataba de ‘picarle’ con comentarios hirientes o provocativos. El bueno de Orestes se levantaba con una sonrisa en la boca y se marchaba. Era su forma de ser, muy tranquilo y sin una mala palabra», añade Bellón en Facebook.
Ahora en España hay decenas de grandes maestros, pero se trata de un título no tan frecuente en décadas pasadas, hasta el punto de que Orestes Rodríguez es el cuarto GM español fallecido, después de David García Ilundain, Jesús Díez del Corral y Arturo Pomar. Debemos añadir a Zenón Franco, nacido en Paraguay, que nos dejó de forma prematura hace menos de dos meses.
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