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Simen Agdestein propone castigar las tablas pactadas igual que las trampas

Simen Agdestein, en el podcast 'Hablar de ajedrez'

Simen Agdestein, en el podcast 'Hablar de ajedrez'

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El gran maestro noruego explica en un podcast cuánto le irrita esta práctica tan extendida en el ajedrez

Simen Agdestein es una leyenda del ajedrez. Y del fútbol, ya que llegó a jugar como delantero en la selección noruega, aunque seguramente con menos notoriedad que Haaland. En los tableros, Agdestein ha ganado nueve veces el campeonato nacional, varias de ellas mientras todavía era futbolista, antes de la lesión que lo apartó del balón en los años noventa. Además de este récord de victorias que supera el de Miguel Illescas en España, tiene otros dos: como campeón más precoz, a los 15 años, y como el más tardío, a los 56, el verano pasado. También atesora una medalla de oro olímpica, como primer tablero de su país, y fue el primer entrenador serio que tuvo Magnus Carlsen. Como mínimo, supo encauzar su talento.

Su hermano Espen sigue siendo el representante del número uno, mientras que Simen juega al ajedrez, enseña y escribe libros. Como voz autorizada, las palabras de Agdestein siempre son interesantes, sobre todo cuando se manifiesta con tanta firmeza contra una práctica generalizada en todo el mundo, salvo cuando juega Juan Manuel Bellón. En el podcast ‘SjakkSnakk’ (algo así como ‘Hablar de ajedrez’), Agdestein asegura que las tablas rápidas deberían ser equiparadas a las trampas. Por desgracia, el noruego es una lengua difícil, pero disponemos de un extracto en inglés. Estos son sus argumentos:

«Una cosa que me molesta son todas esas tablas rápidas. Las encuentro realmente irritantes y no entiendo por qué no son castigadas como trampas. El resultado de la partida es acordado de antemano. Puedes ver a menudo a jugadores fuertes deambulando, emborrachándose antes de la última ronda, porque ya han acordado unas tablas para ganar el torneo. Ni siquiera intentan disimular. La mayoría de la gente intenta esconderlo; es tentador arrestarlos por eso».

«Las encuentro realmente irritantes y no entiendo por qué no son castigadas como trampas»

Simen Agdestein

«Pero algunos también son torpes, por decirlo suavemente, y juegan partidas fantásticas, que apestan a ordenador, con movimientos espectaculares que realizan a toda velocidad. ¡Su brillantez es tan obvia! Hay toda una cultura sobre eso. Lo ves al más alto nivel y en el más bajo, al final de los torneos abiertos, por ejemplo, por apenas doscientos dólares. Muchos eligen asegurar el segundo o el tercer puesto y ganar mil dólares, en lugar de arriesgarse y quizá ganar dos mil o no llevarse nada. Para ellos, el dinero lo es todo. Creo que es algo muy corriente en los torneos abiertos».

Derrotado por una niña de seis años

Estoy completamente de acuerdo con Agdestein, aunque nunca es fácil evitar un pacto de tablas, si los implicados son listos. Perseguir un delito tan escurridizo seguramente traería problemas.

Lykke-Merlot Heliesen, de seis años, gana a Simen Agdestein y lo celebra al estilo pistolero

Y como todos tenemos nuestras pequeñas contradicciones, no me resisto a recordar el día que a Simen le ganó una niña de seis años en una sesión de simultáneas. Hay varios detalles divertidos en el vídeo. En primer lugar, al principio podemos ver que el gran maestro rectifica una jugada. Toca un peón, lo devuelve a su sitio, y luego mueve otro. Después, cuando pierde, no acierta a darle la mano a la pequeña (Lykke-Merlot Heliesen) hasta que pasa un rato. La chiquilla no entiende al principio el significado del apretón de manos, si se le puede llamar así. Por último, cuando descubre que ha ganado, lo celebra de manera un poco escandalosa.

Heliesen, por cierto, nacida en 2008, tiene en la actualidad 1640 puntos Elo. Llegó a tener más de 1700, pero no juega demasiado. Todo esto no invalida en absoluto las tesis del gran maestro noruego. Las tablas acordadas de antemano son malas para el ajedrez.

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