El gran maestro ruso lleva un paso más allá su guerra contra Chess.com y denuncia a la plataforma ante diversos organismos de Estados Unidos, incluido el Federal Bureau of Investigation
Vladimir Kramnik, un tipo enorme en muchos aspectos, no parece tener sentido de la medida. Su guerra contra Chess.com se disputa ahora en un territorio inesperado. El excampeón del mundo ha recurrido al FBI y a otros organismos estadounidenses de consumo para denunciar los fallos de la plataforma. Parece haberse olvidado de los organizadores del Clash of Claims, a los que amenazó con acciones legales. Es todo un poco cansino, pero sería injusto desatender los argumentos del ruso y obviar sus acciones de protesta.
De entrada, parece exagerado llegar tan lejos por unas partidas de ajedrez amistosas. Por jugar tres días en Madrid, cobró 8.000 euros y pasó unos días casi felices en la capital de España, a la que llegó de buen humor. Luego, a medida que se le torcían las cosas sobre el tablero, más aún ante la pantalla del ordenador, empezó a protestar por diversos fallos técnicos. Sus argumentos se debilitaban por culpa de su patrón de comportamiento: siempre se quejaba después de las derrotas.
Pese a todo, hay puntos en los que podría tener razón, como el posible ataque de 3000 usuarios que intentaron lanzarle un reto cuando jugaba su penúltima partida contra José Martínez. Las explicaciones que ha dado después la plataforma de juego no le han dejado satisfecho. Ahora recurre a las autoridades estadounidenses para denunciar la implicación de Chess.com, que no era organizadora del duelo.
Que Kramnik presente una queja ante las autoridades de consumo puede parecer pertinente. Pretender que el FBI investigue el asunto es una jugada mucho más dudosa. Él se justifica en las redes sociales: «Dado que Chess.com sigue negándose a responderme sobre el importante caso de posible violación legal de un ataque organizado a mi cuenta mientras jugaba con José, presenté un par de quejas a las autoridades estadounidenses pidiendo una investigación». Poco después, el gran maestro ruso ampliaba su denuncia ante el departamento de cibercrimen del FBI.
Chess.com, por su parte, publicó un artículo, muy técnico, sobre las causas de los fallos técnicos que se vivieron en el Casino Gran Vía de Madrid. El texto lo firmaba Erik Allebest, CEO de la plataforma, lo que prueba la importancia que le daba a esta cuestión. Kramnik llegó a decir que los errores se cometieron a propósito y eso es algo difícil de creer.
¿Hasta dónde llegará este caso? Puede que la próxima ventanilla a la que acuda Vladimir Kramnik sea el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo. Ya veremos. Algunos lo apoyan a ciegas y otros se burlan sin escucharlo, dos posturas no del todo fiables. Todo esto es mi opinión e Insisto en que algunas quejas del ruso tienen sentido. El hombre que derrocó a Kasparov merece todo el respeto del mundo, pero también pienso que una y otra vez pierde la razón que pueda tener por el modo de expresarse en público.
Estaría bien saber cómo habría reaccionado Kramnik si en lugar de Alexei Shirov, él hubiera sido el perjudicado en el llamado ‘timo de Cazorla’ y se hubiera quedado sin disputar el campeonato del mundo, después de ganarse el derecho en el tablero. Aquello sí que merecía una investigación del FBI, casi de oficio. Otro día recordamos la historia para quienes no la conozcan.
En la imagen de arriba, Vladimir Kramnik suma con ayuda de la calculadora de su móvil los retardos (‘lag’) acumulados, jugada a jugada, en sus partidas contra José Martínez, a quien podemos ver reflejado en el espejo del fondo. Foto: FMB / Damas y Reyes
Antes de marcharte, te quiero pedir un favor