Tiempo de lectura aprox: 9 minutos, 13 segundos
José Ángel López de Turiso debuta como autor en Damas y Reyes con un artículo muy completo, que sorprenderá a quienes no conozcan bien el panorama ajedrecístico al otro lado del Atlántico. Él mismo muestra su asombro por la proliferación de torneos de solo tres o cuatro rondas.
Prácticamente un mes después de mi llegada a Estados Unidos, he tenido ocasión de tomar contacto con el ajedrez norteamericano a través de mi participación en tres eventos organizados por la International Chess Academy en Glen Rock, Nueva Jersey: los Quads del 28 de junio y del 5 de julio, y el open FIDE del 12-13 de julio. En este pequeño artículo voy a tratar de plasmar mis impresiones y las diferencias que he observado entre el ajedrez en ambos continentes.
En primer lugar, me ha sorprendido muchísimo que haya torneos tan cortos: ¡torneos de solo 3 o 4 rondas!

En el caso de los Quads, por definición, es natural que tengan 3 rondas, puesto que hay 4 jugadores. Es un modelo de torneo que no conocía y que me parece realmente interesante. Es flexible, se adapta perfectamente a cualquier número de jugadores y puede admitir inscripciones hasta poco antes del comienzo. Pero quizá lo más importante, y lo que más me gusta, es que los diferentes torneos están formados por jugadores de una fuerza teóricamente similar, con lo que todas las partidas son muy interesantes y de resultado bastante incierto.
La única pega que le veo a los Quads es el desequilibrio de colores que se produce, al jugar el doble de partidas con un color que con el otro. Esto es inevitable, al jugarse solo tres partidas, aunque es muy positivo el hecho de no conocer la distribución de colores hasta el final, gracias al sorteo antes de la última ronda, pues eso evita posibles especulaciones con los resultados. Está claro que sería más justo jugar a doble vuelta, a 6 rondas, pero se necesitaría más de una tarde para el torneo, o bien reducir significativamente el ritmo de juego. A largo plazo, si juegas muchos Quads, esa diferencia de color no es tan importante porque estadísticamente se compensará con el tiempo. Si vas a jugar pocos, como en mi caso, puede llegar a tener importancia.
Algo impensable en Europa
Respecto al Open FIDE, ¡todavía no me puedo creer que haya jugado un torneo de partidas lentas a la distancia de 4 rondas! Eso es impensable en Europa.
El torneo estándar en España es de 9 rondas, a un ritmo de 90’ + 30”. Casi todos siguen este formato. Lo tradicional y más frecuente es jugarlos en 9 días distintos, normalmente consecutivos, pero cada vez se ven con más frecuencia competiciones en 7 días con dos rondas dobles, o incluso en 6 días con tres rondas dobles o en 5 días con cuatro rondas dobles. También se juegan muchos torneos a 7 rondas en un fin de semana, pero en ese caso se juegan a un ritmo más rápido, de 60’ + 30” con un formato estándar de 2 partidas el viernes por la tarde, 3 partidas el sábado y 2 el domingo por la mañana. Excepcionalmente, se pueden ver torneos de 10 u 11 rondas en torneos con un nivel muy alto y más de 400 jugadores.

Lo que sí se suele respetar es que el número de rondas sea impar. Por eso lo más frecuente son torneos de 9 o 7 rondas. Los torneos a 8 rondas casi no existen, y los de 10 solo en las circunstancias excepcionales comentadas anteriormente. La razón de esto es para no generar desequilibrios importantes de colores. En un torneo a 8 rondas, por ejemplo, si no se pudieran equilibrar los colores para un jugador (cuatro con blancas y cuatro con negras), esto significaría jugar 5-3 a favor de alguno de los colores, una diferencia muy importante.
En el típico torneo a 9 rondas, la proporción siempre va a ser 5-4. Todos los jugadores van a tener desequilibrio de colores, pero muy ligero y que tiende a compensarse a largo plazo con los diferentes torneos. Tras esta explicación, puede entenderse mejor el problema que veo con los colores en los Quads, pues se juegan un 67 % de las partidas con un color y el 33 % con el otro, lo que a todas luces es excesivo.
Descansos
Otra cosa que me ha sorprendido muchísimo es el tema de los byes. En Europa, siempre hay un número limitado, que puede ser de 2 o 3, según el número de rondas y el criterio del organizador. En algunos torneos incluso es imposible solicitarlos, por ejemplo, como en los torneos oficiales (campeonatos de Madrid, España, Europa, etcétera) y en algunos torneos abiertos.
Y lo que nunca, nunca se puede hacer es solicitarlos para las dos últimas rondas. Esto jamás lo he visto en Europa. La razón me parece obvia, pues no es justo empezar un torneo muy bien y poder ganarlo simplemente sumando medio punto sin jugar en las rondas decisivas, incluso aunque se soliciten antes del comienzo del torneo, cuando no se sabe lo que puede pasar.
Otra diferencia importante es la relativa al reparto de premios. En España los premios económicos normalmente no se reparten entre los empatados a puntos. Se utiliza un sistema de desempate, definido en las bases del torneo, y se lleva un premio entero cada jugador.

Esto tiene un punto de injusticia, porque por una parte ningún sistema de desempate es perfecto, y siempre hay gente que sale perjudicada con la misma puntuación en el torneo. Pero por otra parte tiene sentido, porque es totalmente diferente terminar un torneo con 7/9 perdiendo las dos primeras partidas que perdiendo las dos últimas. Es mucho más meritorio el torneo del segundo jugador, lo que normalmente se refleja en los sistemas de desempate más comunes.
Pero más allá de justicia o injusticia, esto creo que tiene un sentido práctico, pues en Europa lo más frecuente es recibir los premios en efectivo o en cheques, en sobres cerrados, justo al finalizar el torneo, tras una breve ceremonia de clausura. Naturalmente, no es lo mismo tener todos los sobres o los cheques preparados con antelación, que tener que hacer los cálculos y buscar el efectivo o extender los cheques a la finalización del torneo, cuando todo el mundo está esperando.
Emparejamientos
También he visto diferencia en lo relativo a la publicación de los emparejamientos. En Europa se le da mucha importancia a conocer el emparejamiento lo antes posible, para poder preparar mejor la partida. En la práctica, esto significa que el emparejamiento se publica en internet inmediatamente después de la finalización de la última partida de cada ronda, y los jugadores pueden empezar la preparación desde la noche anterior a la partida. De hecho, mucha gente se pone nerviosa cuando por alguna razón el emparejamiento se publica más tarde.
Tener tiempo para preparar la partida con mucha antelación tiene, como todo en la vida, sus pros y sus contras. Por una parte, puedes elegir mejor tu apertura y estudiar a tu rival, lo que probablemente se traduce en un mayor aprendizaje, especialmente de las aperturas. El lado negativo es que dedicas demasiado tiempo al torneo en su conjunto si te preparas demasiado, además de que puedes llegar a jugar cansado. El ajedrez es fantástico, ¡pero la vida nos ofrece muchas más cosas interesantes a las que no tenemos por qué renunciar! ¡Hay que diversificar!
Puestos a elegir, yo preferiría que nadie pudiera preparar nada. En general, se dedica demasiado tiempo al estudio de las aperturas. Desde un punto de vista de formación, sería mucho más interesante dedicar ese tiempo al estudio de finales o de medio juego, pues ayudaría a entender el ajedrez de una forma más integral.

Otras variantes de ajedrez
Precisamente detrás de esa idea están algunos intentos de cambiar ligeramente el ajedrez. El primero es el ajedrez960, también conocido como Fischer Random, ideado por el genio norteamericano Bobby Fischer. Imagino que a Fischer le molestaba, con razón, que jugadores con mucho menos talento que él pudieran quizá arrancarle unas tablas por el mero hecho de haberse preparado muy bien la apertura, o de haber elegido un esquema con blancas en el que las negras tuvieran realmente difícil luchar por el punto entero. Entiendo perfectamente esa sensación. Aunque el sistema está volviendo a estar de actualidad en nuestros días, no termina de ser totalmente aceptado, pues el ajedrez pierde en parte la armonía natural de la colocación inicial de las piezas del ajedrez clásico.

Un intento más reciente de restar importancia a la apertura ha sido el invento, por parte de un compañero de mi club (Filántropos Equigoma, de Madrid), del ajedrez neoclásico. En él, la colocación inicial de las piezas es la misma que en el ajedrez tradicional. La modalidad consiste en que los jugadores no pueden elegir libremente la apertura, sino que tienen que empezar a jugar en la jugada 4, después de elegir aleatoriamente las tres primeras jugadas a partir de partidas entre grandes maestros.
Tengo la app instalada en mis dispositivos, antiguamente existía tanto para iOS como para Android. Me temo que ahora no está disponible, al menos en la App Store, pero creo que en un futuro lo estará de nuevo, según su autor. En la foto siguiente se muestra una selección de aperturas, elegida al azar, para 4 tableros con la App para Apple.

En mi opinión, cualquiera de estas variantes, o cualquier otra que pudiera aparecer en el futuro, con la idea de reducir el impacto de la memoria y de fomentar la creatividad, haría del ajedrez un juego todavía mas interesante, si es que eso es posible.
Jugar con tu propio reloj
Volviendo a los contrastes entre el ajedrez europeo y el americano, aunque ya conocía este detalle desde hace tiempo, es realmente muy chocante para un europeo que los jugadores tengan que acudir al torneo con su propio reloj. ¡Totalmente impensable al este del Atlántico! Es difícil imaginar lo que ocurriría allí con una medida así, pero probablemente la participación en los torneos se reduciría drásticamente. Lo habitual es que los organizadores pidan los relojes prestados a las federaciones. La Federación Madrileña de Ajedrez, por ejemplo, presta relojes de manera gratuita a los clubes u organizadores que los necesiten.
También me ha sorprendido bastante que los propios jugadores tengan que apuntar el resultado de la partida en la hoja de emparejamientos. En Europa se juega normalmente con planillas autocopiativas, de las cuales los originales se entregan a alguno de los árbitros y los jugadores se quedan con la copia de la planilla para su registro personal. En el caso de que no se usen planillas autocopiativas, es el jugador que gana, o el de blancas si es tablas, el encargado de dar el resultado al árbitro, que es siempre quien anota el resultado oficial.
Precio de las inscripciones
Otra diferencia es que las inscripciones a los torneos son mucho más baratas en España. La inscripción a un torneo de 9 rondas oscila normalmente entre los 30 y 35 euros. Solo algunos torneos con premios excepcionalmente altos se atreven a establecer inscripciones más altas. Por ejemplo, en este open de Benidorm la inscripción son 90 euros, pero se reparten 25.000 € entre los dos torneos, A y B.
La gente en general es bastante sensible a las cuotas de inscripción y no es por un tema de poder económico, sino por tradición y por sentido de la justicia. Todo depende un poco de los premios y las condiciones del torneo, pero, en general, pagar mas de 5 o 7 euros por cada partida que juegas no se considera aceptable. Al fin y al cabo, la mayoría de los participantes no van a recibir ningún premio.
En cuanto a las condiciones de juego en la sala, me han parecido buenas. Comparando con Europa, el local de juego de Glen Rock está en el promedio europeo de espacio, luz, ruido y comodidad para los participantes. Naturalmente, en Europa hay salas mejores y peores, pero el promedio me parece comparable.
Por último, mi opinión sobre los jugadores. Naturalmente debo hacer una valoración general basada en mis experiencias individuales, que no han sido demasiadas por ahora, 10 partidas en total. Debo decir que el nivel de juego me ha parecido bastante bueno. De mis diez partidas, 7 han sido contra niños, la mayor parte de ellos alumnos de la International Chess Academy, y 3 con adultos, dos de ellos veteranos como yo.
Comportamiento de los jugadores
Sobre los niños mi impresión ha sido de lo más positiva. No solo su nivel de ajedrez es muy fuerte, lo cual me lo esperaba, ciertamente. El mayor contraste con Europa ha sido su educación. El comportamiento de todos ellos, tanto en la victoria como en la derrota, ha sido exquisito y respetuoso en todo momento, verdaderamente ejemplar. Nunca es justo generalizar, pues cada individuo es diferente, pero en Europa es relativamente frecuente que los niños prodigio o con talento se crean unos elegidos y a veces sus actitudes no son demasiado correctas. En ocasiones puede ser realmente desagradable contemplar de cerca tantos gestos, muecas, ruidos y miradas altivas, aunque en definitiva son los entrenadores e instructores, y no los niños, los principales responsables de este comportamiento inadecuado.

Me temo que mi impresión sobre los veteranos locales no es tan positiva de momento. En Europa, los ajedrecistas veteranos somos una gran familia y el ambiente en nuestros torneos es extraordinario. Se respira amabilidad, camaradería y respeto por todas partes, incluso entre perfectos desconocidos. Todos tenemos el mismo objetivo, que es ganar nuestras partidas, pero desde un clima de cordialidad, nobleza y deportividad extremo.
He jugado torneos de veteranos en España, obviamente, al ser mi país, y en Polonia, Portugal, Grecia, Italia, Croacia, Eslovenia y Rumanía. El ambiente que he encontrado en todos ellos ha sido el mismo: en el aire flota la alegría de vivir, de jugar al ajedrez y de viajar, en definitiva, de disfrutar de la vida y de la amistad, que es lo que deberíamos hacer siempre. Raramente se puede ver por ahí hostilidad, agresividad gestual o verbal, o antideportividad, y me ha chocado el contraste. Pero como dije antes, no hay que generalizar y cada persona es diferente.
En definitiva, fue una experiencia muy interesante que añadir a mis 50 años practicando ajedrez y me alegra mucho compartirla con todos vosotros.
Resumen sobre los torneos en Estados Unidos
1. Quads: El listado de jugadores se ordena por ELO y se van confeccionando los grupos por orden: los cuatro más fuertes en el grupo A, los cuatro siguientes en el B, y así sucesivamente. Se juega Round Robin o liga a una vuelta (todos contra todos).
2. Inscripciones: Cuesta 30 dólares y el campeón de cada Quad gana 60 dólares. En ocasiones se juntan 70 u 80 jugadores, con lo que a menudo se juegan entre 15 y 20 Quads cada sábado por la tarde, durante todo el año.
2. Open FIDE: son partidas lentas (115’ + 15”) y se juegan cuatro rondas. Teóricamente es posible pedir cuatro bytes o rondas de descanso, algo ideal para jugadores perezosos. Eso sí, la inscripción cuesta 120 dólares.
3. Premios: en Glen Rock se pagan por transferencia, una semana después del torneo. En este punto también es curioso que el reparto se hace en todos los premios implicados. Por ejemplo, en el open quedamos empatados dos veteranos y dos juveniles con 3 puntos de 4 partidas y entre todos nos repartimos el premio sub 2200, el sub 2000 y el de veterano. Es decir, los juveniles compartieron el premio de veteranos.
4. Emparejamientos: se publican solo media hora antes de la ronda. El argumento es que, dado que no se pueden cambiar tras su publicación, así se evitan incomparecencias evitables.
En la imagen de arriba, José Ángel López de Turiso participa en uno de los Quads de los que habla en su artículo. En estos torneos participan ajedrecistas de todas las edades, desde niños a veteranos. Foto: International Chess Academy
Si has llegado hasta aquí, apenas te costará unos segundos más suscribirte a Damas y Reyes, con lo que ayudas a que esta página siga siendo gratuita, no tenga publicidad invasiva y esté actualizada con frecuencia.

