El argentino de 11 años lidera el torneo en solitario después de derrotar a Alan Pichot. Su rendimiento en Madrid es una locura: 2880 puntos. Ya es el más joven de la historia en llegar a 2500 y solo necesita unas tablas en tres partidas para lograr la norma.
¿Hay negacionistas de Faustino Oro? Haylos, pero Alan Pichot, su víctima en la sexta jornada del Leyendas y Prodigios, a buen seguro no es uno de ellos. Ahora también sabe lo que es perder contra su compatriota. Su mayor error fue no detectar su sacrificio de torre del pibe. Recordemos que este aún tiene 11 años (cumple el 14 de octubre) y que apura sus opciones de superar un récord imposible, ser el gran maestro más joven de la historia.
A Fausti le quedan menos de seis meses (hasta el 11 de marzo, día arriba, día abajo) para mejorar el registro de Abhimanyu Mishra, que ostenta el récord actual con 12 años, 4 meses y 25 días. De momento, el argentino acaba de lograr otra plusmarca (también era de Mishra), superar los 2500 puntos antes de cumplir 12, algo que el estadounidense de origen indio no consiguió. Tras sus actuaciones en Fuyaira (+11,9) y en Madrid (+26,2), ya está por encima de 2500. Podría volver a bajar, pero el listón lo ha superado a una edad increíble. La FIDE, que sigue sus progresos, lo ha invitado a jugar la próxima Copa del Mundo, que tendrá lugar en Goa (India) a partir del 30 de octubre.
[Rectificamos una versión anterior en la que decíamos que Oro estaba a las puertas de llegar a 2500]
En el Leyendas y Prodigios, Fausti solo ha cedido medio punto en seis partidas. Ganó cinco y firmó unas tablas dolorosas contra otro niño prodigio argentino, Ilan Schnaider. Oro lleva 5,5 puntos y es líder destacado, con uno entero de ventaja sobre Pichot y Julio Granda, la mayor leyenda del torneo madrileño organizado por David Martínez y Mariano Sigman.
Precisión del 96,3% contra Pichot
En la partida entre los argentinos, Faustino logró una precisión del 96,3%. El momento crítico llegó en la jugada 29. El chico, que tenía un peón de ventaja en una posición de doble filo, ofreció un cambio de torres. El instinto recomienda no simplificar cuando uno tiene menos material, pero en este caso era una oferta que no se podía rechazar. Pichot no lo vio y firmó su sentencia, más aún porque realizó otro movimiento tentador pero malo.
Alan atacó el alfil de su rival, quien no solo no lo apartó ni lo defendió, sino que contraatacó a la dama enemiga con un (falso) sacrificio de torre: Tb1. Fue un movimiento brillante e inapelable. Aceptar el regalo suponía recibir mate y rechazarlo solo aplazaba un poco la ejecución. Pichot aún intentó algún truco en mitad de su pataleo, pero Faustino Oro no tembló. Eso sí, su lenguaje corporal delataba la tormenta de emociones que luchaban en su interior. Mantener la calma en esas circunstancias, con 11 años o con 99, no está al alcance de todo el mundo.
Vemos la partida:
El duelo tenía mucho peligro para el Messi del ajedrez. Si perdía, como parecería lo natural, le esperaban tres rondas infernales, con un cierre preocupante ante Julio Granda. Súmese a eso la desconfianza que supondría esa hipotética derrota después de hacer tablas en posición superior contra Schnaider. Lo mejor de Oro, una vez más, es su actitud: no especuló ni jugó a hacer tablas contra un rival en teoría muy superior.
Más de 2500 puntos Elo
Es esa valentía, combinada con su capacidad ajedrecística, la que le ha permitido ir subiendo puntos hasta superar los 2500, otro requisito indispensable para ser GM. Cuando gane las dos normas siguientes, Fausti estará bastante por encima de esa cifra. Otra virtud de Oro es que incluso en los torneos más decepcionantes, en los que acarició la norma pero se quedó a las puertas, no dejó de mejorar su rating. Era un síntoma de que su fuerza era ya la de un GM y que, aunque le haya costado rematar el primer paso, el título caerá por su propio peso.
Jornada sin tablas
Como es lógico, el resto de jugadores siguen eclipsados, pese a que en la Nave Bellver todos luchan a muerte y este lunes no se acordaron ni unas tablas. Pedro Martínez logró su segunda victoria a costa de Óscar Almeida. La norma no está a su alcance, pero por lo pronto el venezolano-madrileño ya tiene superávit de Elo.
Granda rompió las última ilusiones de Schnaider, quien pese a todo está en condiciones de completar un gran torneo. Diego Macías escala posiciones gracias y rompe la racha victoriosa de Pepe Cuenca.
Y David Lariño no se apiadó de la jugadora china Lu Miaoyi, que ocupa la última posición. La única chica del torneo ha demostrado que no le tiene miedo a nadie, pero también que quizá no sería mala idea tenerlo alguna vez. Como solo tiene 15 años, le servirá para aprender y mejorar aún más.
En la imagen de arriba, Faustino Oro y Alan Pichot, en el segundo duelo argentino consecutivo. Foto: FMB / Damas y Reyes
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