El ruso publica un vídeo en el que cuenta todas las cosas raras que vio durante su partida en Chess.com contra el polémico gran maestro estadounidense
Muchos han comparado las reacciones de Magnus Carlsen y Vladimir Kramnik después de perder contra Hans Niemann, pero la actitud del ruso es distinta en varios detalles. En primer lugar, él no ha se ha limitado a insinuar que el americano no es trigo limpio. Además, admite que aceptó jugar contra él (era la primera vez que se enfrentaban) para darle una oportunidad, ya que está «intentando empezar una nueva vida». Luego se arrepintió, eso sí.
Después de perder una partida y dejarse dar mate en la segunda, Kramnik también publicó enseguida un texto en su perfil de Chess.com para decir que no volverá a jugar en las mismas condiciones. Unos pocos días después, lo ha cambiado por un enlace a un vídeo subido a YouTube donde detalla las razones de sus sospechas.
El vídeo dura tres cuartos de hora y se puede ver en esta misma página, aunque un poco más abajo resumo los principales argumentos del hombre que derrocó a Garry Kasparov. Él mismo, por cierto, fue acusado en su día de hacer trampas en el Mundial que ganó a por Veselin Topalov. De esa historia hablaremos otro día.
Kramnik cuenta que decidió grabar el vídeo para contar su punto de vista y explicar sus movimientos, dentro y fuera del tablero. Para él, todo fue una sorpresa: «Yo pensé que solo estaba jugando una partida más en Chess.com. Quise intentarlo porque entiendo que ha pasado por un periodo difícil, en parte por su propia culpa. Pero están bien, ¿por qué no darle la oportunidad?».
Durante la partida, admite Kramnik, hubo momentos que le hicieron sentirse «incómodo», por lo inhabitual del juego de Hans. Lo más llamativo fue «la gestión del tiempo», que rompió todos los patrones conocidos por cualquier jugador top, que sabe cuándo debe pensar más porque se enfrenta a una decisión es difícil y cuándo puede jugar más rápido, porque el movimiento es obvio.
Sus quejas, insiste, «no tienen nada que ver con el resultado», sino con las cosas extrañas que vio en su partida, que se puede ver completa en el tablero de abajo.
El vídeo de Kramnik, por cierto, está editado con cierta pericia, y se intercalan imágenes de Niemann jugando y hablando. En algún momento lo podemos ver riéndose de Carlsen cuando le ganó. Por supuesto, también escuchamos su famoso «el ajedrez habla por sí mismo».
Mensajes insultantes
Kramnik también habla sobre su segunda partida contra Niemann, en la que se dejó dar el mate del loco. «Lo que pasó fue muy simple, creo. Hans me retó de nuevo y yo acepté, pero entonces me di cuenta de que no quería jugar. Quería abortar la partida, pero soy de la vieja escuela y, para dejar claro que no quería luchar, hice mis dos jugadas. Luego le mandé un mensaje: es suficiente para mí. Después, entendí que algo se estaba cociendo cuando empecé a recibir insultos en mi mail y en mi perfil».
En todo momento, Kramnik quita hierro a la situación y nunca hace acusaciones directas, aunque va acumulando pruebas circunstanciales contra Niemann para que sean los aficionados quienes decidan a quién prefieren creer.
El ex campeón del mundo va contando el desarrollo de la partida y confiesa que le sorprendió, aunque pensó que era posible, el gran conocimiento teórico de Niemann en la defensa Berlín de la apertura española, justo la especialidad del ruso, su arma principal para sorprender a Kasparov con negras cuando le quitó el título. «Niemann jugó increíblemente rápido casi toda la partida», cuenta. También le sorprendió cuando hizo Af5 y Ad7 (jugadas 14 y 15) rapidísimo. «Extraño, pero bueno».
Llegó así a una posición que no le gustaba. Hacia el movimiento número 20, las negras solo habían consumido unos segundos y Vladimir ya estaba peor, con blancas. «Se me acumulaban las sensaciones extrañas». Más aún le sorprendió cuando Hans no hizo un a5 temático en la jugada 25 o 26. «Cualquier gran maestro fuerte lo habría jugado de manera automática en esa posición», asegura. «Por algún motivo, hizo Rc6 de forma instantánea, lo que me permitía a4». Casi fue más raro aún que volviera a b7 con su rey en la siguiente jugada, después de pensar solo seis segundos.
A estas alturas, Kramnik sabía que no podía jugar a ganar y probó alguna idea extraña, aunque no tanto como las respuestas de su rival, siempre a gran velocidad. «Todavía podía pensar que él se sabía al dedillo la teoría y los planes más típicos de la apertura. Pero no entendía que no hubiera hecho a4 y menos aún su Th5 en la jugada 28». Todavía le parece un misterio.
«Pensé no se enteraba, que igual no conocía tan bien esa línea, pero la posición seguía igualada». Poco después, Niemann juega Ad8 cuando tenía un Ad5+ evidente. «¿Por qué no hace lo más obvio?. Juega muy bien, pero al mismo tiempo muy raro y lo que hace con el tiempo no tiene sentido».
Hubo más jugadas «rarísimas» y de repente empezaba a gastar su tiempo, por primera vez, en jugadas mucho más fáciles. El Rb8 de la jugada 40 ya le parece de locos. «Estoy seguro de que la mayoría de grandes maestros ni la consideraría.No la entiendo. ¿Por qué no Rb7 para mejorar el rey. Las máquinas dicen que ambas son iguales. Es un poco extraño. Cada vez estaba más intrigado. confundido, hice Re2 que no es muy buena. Cambiamos torres y me quedé perdido».
Seguro al 99%
El desenlace tampoco fue normal, a su juicio. «Aquí hizo algo fuera de toda lógica. Gastó un minuto en dos jugadas que no son muy buenas (…). Si no eres profesional, quizá no sea tan obvio, y puedes pensar que soy un mal perdedor o que estoy enfadado, pero no es el caso. Estoy absolutamente convencido, al 99%, de que su manejo del tiempo y sus movimientos fueron muy extraños».
«No había algo así nunca. La mayor parte de la partida fue muy buena, con un 92,5% de precisión, pero luego hizo tres o cuatro movimientos sin el menor sentido. No estoy seguro, estoy confundido». Kramnik explica entonces que no entiende cómo puede jugar Niemann tan bien contra los mejores jugadores y luego hacer partidas terribles.
«Puede explicarse por diferentes motivos, un mal día, una mala noche, puede pasar, pero justo hora y media después, juega con Jordan Van Foreest, un GM muy fuerte, y lo aplasta en en ocho partidas. Siete de ellas con una precisión de más del 90%. Nunca vi algo así. No es imposible, pero no me cuadra. Hace partidas de 2400 y otras de mínimo 2800. Van Foreest no sería fácil ni para Magnus».
«No quiero reírme de mis colegas» Tengo suficientes partidas para avergonzarme, pero que alguien me explique cómo es esto posible», añade Kramnik. «Quizá es muy original. No sé qué pensar, pero perdió varias partidas lamentables. Juega a veces como un candidato a maestro y luego machaca a los 2700. Es fascinante, original., sorprendente. Sigámosle y veamos si va a ser un 3200 o un 2800. Cualquier cosa puede pasar, pero espero que me entendáis.