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Kramnik pensó que habían ‘hackeado’ su cuenta en el duelo contra José Martínez

Kramnik, en el momento de desembalar su equipo, ante la mirada de José Martínez. Foto: FMB / Damas y Reyes

Kramnik, en el momento de desembalar su equipo, ante la mirada de José Martínez. Foto: FMB / Damas y Reyes

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El ‘Clash of Claims’ vivió una segunda jornada espectacular. Todo puede ocurrir este domingo, en las últimas 14 partidas, todas ellas en Chess.com

Costó cuatro horas convencer a Vladimir Kramnik de que lo ocurrido en la primera jornada de su duelo contra José Martínez solo había sido mala suerte. El gran maestro ruso había dejado clara su postura: no podía confiar más en Chess.com y quería jugar las partidas por internet (la mitad del ‘match’) en otra plataforma. Lo que no esperaban los organizadores es que también pensara que habían ‘hackeado’ su cuenta. Después de «durísimas negociaciones», se pudo reconducir la situación y salvar el ‘Clash of Claims’, que por otro lado está muy emocionante en el marcador: 7,5 a 6,5 a favor de Kramnik, con 14 partidas por jugar, todas en ordenador y en Chess.com.

La noche posterior al fallo informático, que estuvo a punto de acabar con el encuentro, el equipo de Gotham Chess analizó los dos ordenadores y descubrió que uno de ellos tenía la hora mal puesta, justo el de Kramnik. Ese fue el desencadenante del «increíble error»: empezaba a «congelarse el tiempo», como lo describe David Martínez, y no se sumaba el incremento.

Él y Pepe Cuenca, narradores y organizadores del duelo junto con Levy Rozman (Gotham), explicaron en la retransmisión de la segunda jornada los detalles del fallo informático y de las negociaciones posteriores con Kramnik. El equipo, con la colaboración de Miguel Illescas, amigo de Vladimir y pieza fundamental como mediador, sabía que sería difícil convencer al ruso, pero se encontraron con la sorpresa añadida de la teoría de la conspiración. Estaba convencido de que había sufrido un ataque informático. «Va a estar difícil», adelantó Illescas.

Encuentro con Kramnik de película

El encuentro final se produjo en la azotea del hotel de Kramnik. «Era muy de película», cuenta el Divis. El espacio estaba completamente vacío y Martínez confiesa en broma que pensó: «Esto es perfecto para tirar a alguien». «Lo vi en un primer momento agresivo», añade, y aseguró que Chess.com lo había ‘hackeado’ porque querían que perdiera.

Kramnik y José Martínez, en una de sus partidas sobre el tablero. Foto: FMB / Damas y Reyes

«A partir de ahí le explicamos el problema del cambio de hora», relata Cuenca, y él exigió ver los ordenadores y las pruebas de las actualizaciones durante las partidas. Si no existían esas pruebas, dijo el ruso, eso demostraría que lo habían ‘hackeado’. «Cuando me dieron la explicación, tampoco me la creía», admite Martínez. «Con alguien que llega a pensar que una entidad entera quiere ralentizar el tiempo y hacerte ‘putadillas’ para que pierdas delante de 25.000 personas, yo pensé: si crees eso, estás muy lejos de la realidad».

Por suerte, el equipo de Rozman tenía todos los registros y en ellos se veía que durante la segunda partida rápida se actualizó el equipo de Kramnik, lo que propició el error. El excampeón, pese a todo, no terminaba de confiar y llamó a un amigo, con el que habló durante mucho tiempo. Gotham Chess habla ruso y entendió la conversación, por lo que se sabe que el amigo informático fue quien convenció a Kramnik de que las explicaciones que le daban era plausibles.

Segunda fase de la negociación

Después de dos horas de discusiones, quedaba mucho que resolver. Eran más de las dos de la tarde y Kramnik estaba cansado de todo ese lío: no quería jugar más ese día. El ruso también exigió que se anulara el resultado de la primera partida online, que perdió. «Moralmente debía perder, porque no lo hizo por el tiempo, pero legalmente tenía razón», concluye Martínez. Además, Kramnik quería que se jugaran menos partidas, por lo que iría ganando con dos puntos de ventaja. Estaba dispuesto incluso a perder la parte proporcional del dinero, pero no quería jugar más de dos partidas ese sábado.

José Martínez ha conseguido cambiar de personaje: de villano a hombre bueno de la película. Foto: FMB / Damas y Reyes

Pepe Cuenca admite que él estaba realmente irritado con todo el asunto. Luego estaba la segunda parte de las negociaciones, que era contarle a José Martínez las posibilidades que tenían. Al final, se decidió jugar las cuatro partidas de ayer sobre el tablero y otras 14 en ordenador este domingo.

Martínez les dijo que le estaban perjudicando, porque ahora perdía por dos puntos y con menos partidas para remontar. Propuso jugar a 3+1 (vieja polémica), pero Kramnik tampoco pasó por ese aro. Al gran maestro latino le ofrecieron la opción de cancelar el duelo y llevarse el primer premio, pero su comportamiento fue ejemplar: «Quiero jugar», les dijo. «Para mí ya hay un ganador moral», asegura el Divis. «Me gustaría que mañana se produjera una remontada épica».

El karma también premió a Martínez de algún modo, porque en las cuatro partidas de ayer empezó mal, con unas tablas y una derrota, pero luego ganó las dos últimas de un modo espectacular. Todas las partidas se pueden ver en este enlace, en Chess.com. Veamos una de ellas:

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A falta del final de la historia, que se escribirá en unas horas, puedo añadir que hablé con Martínez justo antes de las partidas de ayer y que estaba extremadamente tranquilo y en paz con sus decisiones. Ni siquiera dudó cuando le dije que sus cesiones eran peligrosas desde un punto de vista psicológico y recordaban un poco a las de Spassky en el Campeonato del Mundo de 1972 contra Fischer. Su respuesta fue elocuente: «De algún modo sí, pero al contrario que Spassky, yo no me puedo comparar con Kramnik. Él siempre ha sido mucho mejor jugador que yo. Estar aquí y demostrar que puedo jugar a este nivel ya es importante para mí».

Eso no significaba que se conforme con perder si hace un papel digno. Después de la primera jornada, de hecho, contó que había entrenado con ayuda de Tomás Sosa para enfrentarse a la preparación de Kramnik, que le había sorprendido en la primera jornada.

Nada más terminar la última partida de ayer, José Martínez estaba visiblemente satisfecho, aunque se lamentaba por la derrota de la segunda, por errores comprensibles pero evitables, en su opinión. Eso sí, estaba más tenso que nunca. «Me duele el cuello de la tensión. Necesito un masaje», admitió. Veremos cómo lidian hoy los dos con las emociones del último día.


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