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Magnus Carlsen: «No necesito el Campeonato del Mundo»

Magnus Carlsen, entrevistado por Chess.com

Magnus Carlsen, entrevistado por Chess.com

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Chess.com entrevista al número uno del mundo, que admite que las trampas son un riesgo y un desafío para el ajedrez y propone cambios para modernizar el juego, algunos revolucionarios

La relación entre Magnus Carlsen y Chess.com es un pequeño espectáculo digno de observar. Colaboran juntos, han hecho negocios y están ‘en el mismo bando’, en términos generales. Al mismo tiempo, el gran maestro noruego mantiene su espíritu independiente y hace poco se permitió el lujo de criticar a la plataforma por censurar el blog de Vladimir Kramnik. «Las opiniones no deberían ser silenciadas», declaró sin pasarse de la raya, pero también sin miedo a las consecuencias.

En su última acción conjunta, Carlsen ha concedido una entrevista en vídeo, en la que habla con su habitual falta de ataduras y hace afirmaciones interesantes: sobre sí mismo, sobre los motivos de su desinterés por el Campeonato del Mundo y sobre la amenaza que suponen las trampas para el ajedrez actual. También hace apreciaciones jugosas sobre la importancia de la psicología en el ajedrez, un punto en el que discrepa con Bobby Fischer. El americano dijo: «No creo en la psicología, sino en las buenas jugadas». «Yo creo en ambos», asegura el excampeón mundial.



Magnus Carlsen empieza explicando su ausencia en el ciclo por el Campeonato del Mundo. «La razón principal es que no lo disfruto. Es tan simple como eso. Bajo el formato actual, con el control de tiempo que hay, es extremadamente poco probable que compita en el Campeonato del Mundo clásico. Hace dos años jugué el último Mundial y realmente no lo echo de menos. Me gusta mucho la vida que tengo ahora, jugando desde casa y viajando, jugando torneos. Simplemente, no lo necesito.

Para recuperar su interés, Carlsen explica que para empezar habría que «reducir los controles de tiempo y aumentar el número de partidas». Ser un número uno es algo más que tener un título o estar primero en una lista, en su opinión: «El número uno tiene que ser bueno en todos los formatos», añade antes de soltar una frase que puede sonar pretenciosa: «Si quieres saber quién es el mejor, no tienes que mirar todos los diferentes formatos. Puedes buscar mi nombre».

Carlsen para rato

Otra cosa que deja claro Magnus Carlsen a lo largo de la entrevista es que no le falta motivación ni nada por el estilo, aunque ya no tenga objetivos claros a la vista. Ya no habla tampoco de rebasar la barrera de los 2900 puntos Elo, pero siente que su entierro deportivo sería prematuro: «Todavía quiero jugar por un tiempo, así que no quiero que me recuerden pronto».

Su próximo torneo será un campeonato en Alemania de ajedrez960, pero con una novedad: «En febrero tengo la oportunidad de hacer algo que nunca se ha hecho antes en el ajedrez, jugar al ajedrez aleatorio de Fisher, pero con un control de tiempo clásico. Tengo muchas ganas, porque Fisher Random creo que siempre se ha jugado con controles rápidos, lo que nunca tuvo mucho sentido para mí, porque aquí necesitas más tiempo para pensar. Esa es una de las visiones que tengo para el futuro, que habrá más Fisher Random Chess u otras variantes a ritmo clásico, y que para el ajedrez normal habrá más partidas rápidas y blitz». «El ajedrez más rápido es el futuro», asegura contundente.

En su afán por revolucionar el ajedrez moderno, Carlsen también apuesta por «tener eventos que se parezcan más al chess-boxing, donde hay muchos aficionados». «Tal vez los jugadores puedan jugar con auriculares con cancelación de ruido, para que la gente de alrededor pueda hacer tanto ruido como quiera. Es algo que también puede ser emocionante para el ajedrez».

Magnus Carlsen, en su entrevista con Chess.com

Sobre las trampas, el ajedrecista noruego asegura que son « una especie de riesgo existencial para el juego» y «un gran desafío». En parte, también es optimista, al menos mucho más que Vladimir Kramnik: «En cuanto a cuántas personas hacen trampa, no lo sé. Creo que entre los mejores jugadores todavía hay un nivel bastante bueno de confianza en que la gente está jugando de manera justa. Pero sé que en otros niveles, la confianza es considerablemente menor, y es frustrante para los jugadores tener estos pensamientos en el fondo de sus mentes. Trato de no pensar demasiado en los que hacen trampas en los torneos de los martes en Chess.com y en otros torneos».

¿Cuál debería ser el castigo si te pillan? «Depende de la gravedad, pero creo que la razón por la que la gente no hace trampa entre la élite es que si te atrapan, simplemente no te van a invitar más».

Psicología y ajedrez

Sobre los asuntos psicológicos del ajedrez, Magnus siente que muchos juegan de una manera diferente contra él. «Tal vez son un poco más pasivos, con más aprensión, aunque sea de una manera subconsciente. Trato de usar mis ventajas psicológicas, especialmente contra los jugadores que siento que son más propensos a ser un poco engañados. Intento presionarlos un poco más fuerte. Con otros jugadores no lo intento». Carlsen cree tanto en la psicología que la aplica desde la elección de la apertura contra cada uno de sus rivales.

Por otro lado, él no se siente una persona especialmente creativa. «No pongo mucho énfasis en la originalidad o la creatividad. Para mí, el ajedrez es un deporte. Se trata de maximizar las posibilidades de obtener los resultados que quieres. Además, no creo ser una persona muy creativa. Rara vez se me ocurren ideas completamente nuevas. Soy más el tipo de persona que recoge muy bien las ideas de otros. Solían decir eso de Anand, que siempre jugaba cada nueva idea la segunda vez, porque recogía cosas nuevas muy rápidamente, pero no necesariamente las inventaba él mismo».

En la última fase de la entrevista, Carlsen ensalza el trabajo que realiza Chess.com, su capacidad para llegar a tanta gente y hacer el ajedrez «más rápido y divertido». «Creo que siempre hay cosas que se pueden hacer mejor en cuanto a la producción y demás, pero esa no es realmente mi área».

Sobre la FIDE, no es tan indulgente: «Una de las cosas buenas de no jugar el Campeonato del Mundo es que me he asegurado de no tener que formar parte de esas discusiones. En realidad, no depende de mí decirle a la FIDE o a quien sea qué debe hacer. Hacen lo que hacen, pero yo soy casi independiente de eso. «Si estuvieras dirigiendo la FIDE, ¿qué harías de manera diferente?», aprieta la entrevistadora: «Algo serio habría salido mal en mi vida si dirigiera la FIDE».

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