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El ajedrecista madrileño, que cumplirá 104 años en un mes, juega estos días el Abierto de Moratalaz. Ayer ganó a un jugador que le saca más de 200 puntos Elo.
Otros juegan con el boli de la suerte, Manuel Alvarez Escudero lo hace con el de la eternidad, un Bic dorado a la altura de su leyenda. El ajedrecista madrileño tiene 103 años y 11 meses justos. El 12 de octubre cumplirá 104. Deberían cambiar en su honor el Día Internacional del Ajedrez y olvidar el aniversario de la FIDE, que es posterior y nos importa menos.
[Te recomiendo esta entrevista que le hice para ‘El Mundo’ hace dos años]
Yo sé que Gukesh, campeón del mundo, ha perdido su tercera partida seguida en el Gran Suizo de la FIDE y que los tableros se desangran con un drama tras otro, pero todo puede esperar. Ahora mismo, el protagonista del ajedrez mundial es este veterano centenario que lleva dos victorias y una derrota en el abierto de Moratalaz, el torneo de su barrio. De momento, ha subido 17 puntos Elo.

Álvarez tiene un Elo de 1740 puntos, muy lejos de sus mejores registros, cuando era capaz de inclinar el rey de algún gran maestro que otro. En Moratalaz juega en casa y se sabe con ventaja. Ayer su rival era Daniel Ortega, un tipo deportivo, un chaval nacido en 1987 que en un momento dado le recuerda a Manolo que ha olvidado pulsar su reloj después de mover. Todo un gesto.
En el vídeo que le grabé, y que se puede ver en esta entrada, se aprecia bien la secuencia.
Después de algunas zozobras, la partida parece decantarse del lado del más joven. Un alfil aventurero de Álvarez se ha quedado sin camino de regreso, pero el veterano ve un truco que no solo salva la pieza, sino que le otorga ventaja de material, quizá decisiva. Pese a todo, llegan a un final complicado. Para Manuel es un castigo jugar partidas demasiado largas, pero acaba imponiéndose a su oponente, un buen ajedrecista que tiene 1977 puntos Elo, doscientos y pico más que su verdugo.
Manuel Álvarez: «¡Cómo te acuerdas!»
Me cuenta Eduardo López, árbitro del torneo, que antes de la ronda jugó una rápida con Manolo, quien no solo le demostró lo fino que está de forma, sobre todo en la táctica. Manolo, que saca casi 40 años a Eduardo, tenía además el humor suficiente para tomarle el pelo durante la partida: «¡Cómo te acuerdas!», le decía admirado, como si el joven fuera él.

Manuel Álvarez apenas se mueve de la silla. A unos metros tiene aparcado su andador, del que prescinde siempre que puede. Juega tranquilo y a veces tarda en apuntar la jugada o en pulsar su reloj, pero la posición sigue en su cabeza privilegiada, que ha vivido demasiadas posguerras y vio reinar a Alfonso XIII. En contra de lo que cabría pensar, no se apura de tiempo y siempre guarda un comodín en la manga. Si el lector se lo encuentra en algún torneo, que se ande con ojo.
A Manolo le hacemos fotos y vídeos como si a Moratalaz hubiera venido a jugar Capablanca, pero no se queja. Manolo es una leyenda que cumplirá 104 años justo en un mes. Ese día recibirá un nuevo homenaje en Valdebernardo, donde tiene previsto competir de nuevo y, si puede, seguir subiendo su Elo. Es algo impresionante.
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¡¡Un placer para mí haber jugado contra el,al menos dos partidas de competición!!
En la primera me pasó fácilmente por encima con más de 2000 de elo que tenia entonces
Un ejemplo inmenso del amor por el ajedrez y la vida
Es un jugador excelente, pero lo que más admiro es su humildad y trato afable. Una gran persona