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«No hay atajo sin trabajo», dice uno de los personajes de Yago Gallach y su inspectora Susa Buesa. El problema de hoy no es sencillo. Este texto fue publicado primero en ‘Paterna al día’.
—Unir la herencia del ajedrez con la de los dinosaurios —pensó en voz alta Liuba tras unos instantes. Ciertamente, la última pregunta de Susa no la había dejado indiferente y flotaba en su alfilada mente—. Igual de enigmática, sí. De profunda, sí. A Maite, nuestra paleontóloga en Alpuente, también le va el ajedrez. Quizá en este caso no haya tanta unión o tanto significado, pero no estaría de más preguntarle a ella.
—Me lo anoto —contestó la inspectora Buesa—. Entretanto, lo que podríamos hacer es…
La conversación quedó truncada con un nuevo envío sin remitente.
Una vez abierto, la duda quedó absolutamente despejada, como la equis de una ecuación cualquiera: otra posición, esta vez sin otro mensaje que Las blancas juegan.
—Mmmmmmmm, qué asco —gruñó el agente Ladrador, dejando su taza en la mesa—. Además de seco, parece que este chocolate nunca ha visto el cacao. No es una premonición, pero estoy empezando a pensar mal de todo esto.
—No te equivoques, querido Pedro —le contestó Liuba—. En ajedrez solemos decir: «Piensa mal y fallarás». Pensar mal es la receta perfecta para el fracaso.
—Puede, pero yo me estoy terminando de enfadar —bufó Buesa—. No hemos acabado con una cosa y nos llega otra. Llevamos toda la mañana enfrascados y nada.
—Bien dicho, jefa. Además, como decía mi tía Rona: «Los grandes crímenes casi siempre los cometen célebres ignorantes». Y como esto no es un gran crimen…
—De momento —comentó, siempre agudo, Mordedor.
—… Significa que nos encontramos ante un ilustre.
—No tan rápido, Ladrador. Podría ser un ilustre ilustrado —continuó, Paco, señalando el sobre—: ¿TbT…? ¿Eso existe?
—Insisto: sobre cuadrado, tarjetón cuadrado, logotipo con cuadrados… Como acabo de comentar, puede que tengan una creatividad bastante ordinaria, también en el sentido de insultante.
—Bueno, o nos enpistan o nos despistan. O, a la vez, nos enpistan y nos despistan. Es una técnica dual.
—Me lo anoto también, Liuba. Y volviendo al ajedrez, ¿qué ves aquí? ¿Qué relaciones podemos establecer ahora?
—¿Que estamos yendo muy lento? —apuntó Mordedor.
—Un momento, que tengo que pensar. Que no hay atajo sin trabajo… Ni rodeo sin pateo.
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