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Interrumpimos las merecidas vacaciones para que los seguidores de Yago Gallach no se queden sin la solución al enigma de Susa Buesa, que como es habitual pasó primero por las páginas de ‘Paterna al día’
Pedro Ladrador y Paco Mordedor regresaron atropelladamente al despacho de la inspectora Buesa, que los esperaba inquieta.
—¡Susa, confirmado, falta un astrágalo! —informó Ladrador.
—Pero hay más —añadió Mordedor—, extendiendo las notas que acababan de recoger en el museo.
—Hmmm, falta un astrágalo de equino —repasó Susa, tratando de hilvanar sus pensamientos—. ¿Desde cuándo?
—Jefa —se adelantó Mordedor—, ya hemos pedido que nos envíen los vídeos de las cámaras de seguridad.
—La directora nos ha dicho que tienen sus tiempos —aclaró Ladrador—: protocolos.
—Qué más habéis visto.
—Aparte de esto, nada —dijo Mordedor, señalando los diagramas.
—O poco —matizó su compañero—, estamos muy confundidos. No sabemos jugar y parece que quieren jugar con nosotros.
—Comprendo —asintió la inspectora—, cualquier detalle podría ser importante… o hacernos perder mucho tiempo.
—Así es. Para empezar, no sabemos ni cómo se mueve esto —dijo Ladrador apuntando a la única pieza blanca del diagrama.
—Es un alfil. Y esta parte es sencilla —les dijo la inspectora—. Sólo va en diagonal.—Y luego, repasando todo lo que le habían traído, completó—: El caballo va en L en cualquier dirección. Mueve dos casillas en una dirección y luego gira una más. Y el rey mueve en cualquier dirección, una casilla desde donde está. Y, por último, un jaque es un ataque al rey. No obstante, y siendo investigadores —continuó—, creo que deberían pensar en aprender un poco de este milenario juego. Voy a ver si consigo resolver este pequeño enigma.
En el siguiente párrafo, se desvela la solución. Puedes hacer un alto en el camino antes de seguir leyendo para resolver el enigma sin ayuda.
Al cabo de unos minutos, Susa Buesa completó la ruta del alfil: c4, e6, h3, g2.
—Esto significa —añadió— que tendremos que visitar Alpuente.
—Mira que sabía que nada bueno venía de empezar el día con una ensalada. ¡La cosa se complica! —bufó Pedro.
—Ladrador, déjese de supercherías —atajó la inspectora—. ¿Acaso es supersticioso?
—Pues no, principalmente porque trae mala suerte, como decía mi tía Rona.
—Dale con la tía Rona. ¿Y no le decía también que éxito viene antes de trabajo sólo en el diccionario?
—Jefa —interrumpió Ladrador— ¿de momento no le parece que todo está siendo demasiado sencillo?
—Hmmm, no sé si la palabra demasiado es válida aquí. A saber qué nos espera.
Yago Gallach Pérez nació un 23 de mayo, como Anatoli Kárpov, pero con una notable diferencia en años, títulos y Elo. Bueno, y que Yago nació en un cálido y festivo domingo y el gran Tolia en un frío y calculador miércoles. Casi 12 Olimpiadas después (en nada nos quedará París), Yago ha pasado de ser un simple peoncito a un enamorado de nuestro juego que trata de transmitir toda la pasión que puede en sus clases, con el permiso de niños y niñas, claro. Siempre bajo la consigna del humor, que, como le decía su abuela entre risas, es el camino más corto entre dos personas. Actualmente trabaja en la Asociación Valenciana de Ajedrez Educativo e Inclusivo.
Antes de marcharte, te quiero pedir un favor