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Yago Gallach vuelve con una nueva propuesta para obligarnos a pensar. Sus pasatiempos pueden ser tan estimulantes como descubrir la solución de un mate en tres
En cierto torneo de ajedrez de cuyo nombre no puedo acordarme, los 8 primeros tableros no sabían dónde debían sentarse para la primera ronda. Sólo pudieron hacerlo siguiendo las instrucciones de un árbitro travieso, quien escondió, además, alguna pieza de cada tablero.
Ordena el nombre de los 8 primeros tableros, en qué equipo juegan, qué pieza les falta y qué edad tienen (y menos mal que dejamos el tan temido Elo a un lado).

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Carla es la campeona del Jugada Torrerífica y en su tablero falta una dama blanca. Casualidades arbitrarias. Justo en el tablero siguiente ha de sentarse la persona de más edad, a la que le falta el rey negro.
En el primer tablero debe sentarse una jugadora del Jajadrez. No es la chica a la que le falta un caballo negro, que es la que tiene 10 años.
Sesé, a quien le corresponde el último tablero par, tiene 45 años y le falta un alfil italiano (si no lo encuentra ha pensado salir de dama). En el segundo tablero juega un hombre del equipo Segunda del Módulo.
En el Dama Cazadora juega el chaval a quien le falta el reloj, y cuya edad es de 15 años.
Ramsés, que podría tener 200 años (por la cantidad de partidas que ha jugado en su vida), aunque sólo tiene 92, llega un poco tarde a su tablero. No es el hombre que juega en el Zerdeja, y no, no juegan al revés.
Mara juega para Tablernícolas. Y aunque es la participante de menor edad, no le corresponde sentarse en el quinto tablero. En fin, hay cosas que no dicen mucho, y hay quien tiene 12 años.
A José (que no Jose, que le da mucha rabia) le falta la torre de su amado enroque largo, y sus 60 traslaciones solares ya le van pesando en su ánimo (aunque no debería, porque está muy en forma). Ah, y no juega para el Bendita Intermedia.
Clara, que juega para Piratas del Tablero, necesita un peón blanco, y no es la mujer que tiene 30 años.
Moisés, que debe jugar entre Ramsés y Sesé, no es la persona de 75 años a la que le falta un peón negro.
¿Y qué decir de Sara? ¡Que juega antes que José!
Y por si no habías reparado en ello, en los tableros impares se sientan ellas y en los pares ellos.

Advertencia:
Cualquier parecido con la realidad es fruto de la incompetencia más pura o de la lectura más desnortada.
La empresa —y cualquier persona física o jurídica— no se hace responsable de que en el futuro puedas tener que vértelas con alguien (o defender el honor de) clubes cuyos nombres sean Bendita Intermedia, Segunda del Módulo, Jajadrez, Jugada Torrerífica u otros. Eso sí, avisadme si alguno de estos equipos gana un Campeonato de España y se inspiró en este pequeño pasatiempos.
Yago Gallach Pérez nació un 23 de mayo, como Anatoli Kárpov, pero con una notable diferencia en años, títulos y Elo. Bueno, y que Yago nació en un cálido y festivo domingo y el gran Tolia en un frío y calculador miércoles. Casi 12 Olimpiadas después (en nada nos quedará París), Yago ha pasado de ser un simple peoncito a un enamorado de nuestro juego que trata de transmitir toda la pasión que puede en sus clases, con el permiso de niños y niñas, claro. Siempre bajo la consigna del humor, que, como le decía su abuela entre risas, es el camino más corto entre dos personas. Actualmente trabaja en la Asociación Valenciana de Ajedrez Educativo e Inclusivo.