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Antes de ser pillado, el ajedrecista ganó a varios maestros en el torneo de ajedrez de la Universidad de Ciencias Hogeschool Zeeland
Esto no para. Lo cuenta Tarjei J. Svensen en Chess.com. Un aficionado fue expulsado de un torneo abierto en Países Bajos después de ser pillado con un teléfono móvil escondido en su calcetín. Antes, había despertado las sospechas al derrotar a maestros de mucha mayor calificación.
El Torneo de Ajedrez de la Universidad Hogeschool Zeeland acaba de celebrar su edición número 26. Tiene una larga tradición y se celebra en la ciudad de Flesinga. Entre sus más de doscientos participantes destacaba la presencia de nueve grandes maestros. El ganador ha sido el GM británico Daniel Howard Fernandez y en segunda posición terminó el griego Antonios Pavlidis.
(En una versión anterior de este texto, la victoria se atribuía por error a Samvel Tea-Sahakyan, que fue tercero. Faltaba una ronda por contabilizar).
«Un juego casi perfecto»
El escándalo se destapó el pasado jueves, en la séptima ronda. Un modesto jugador holandés fue expulsado del torneo cuando se descubrió que escondía un móvil en uno de sus calcetines. Según un comunicado oficial, este ya había llamado la atención al derrotar en rondas anteriores a jugadores con mucho más Elo que él y «con un juego casi perfecto». Pese a todo, los organizadores han preferido no desvelar la identidad del jugador expulsado, al contrario de lo que ha decidido recientemente la plataforma Chess.com, que a partir de ahora sí identificará a los jugadores que descubra haciendo trampas, al menos a los titulados.
«Los árbitros lo descubrieron cuando iba camino de los baños con un teléfono móvil escondido en su calcetín. Dado que los programas de ajedrez en un teléfono inteligente hoy en día ya son tan fuertes que pueden vencer al campeón del mundo, está estrictamente prohibido llevar un teléfono en el bolsillo durante los torneos. Además de la eliminación inmediata del torneo, también se enviará un informe a la Federación Neerlandesa de Ajedrez. En situaciones similares, suele decidirse una suspensión de varios años», añade la nota de prensa. El caso podría terminar en manos de la Comisión de Ética y Disciplina de la FIDE.
Al principio, el jugador se negó a ser escaneado, «lo que equivale a una admisión de culpabilidad», según los organizadores. Luego lo permitió y, cuando el aparato pitó, afirmó que era por su reloj, pero pronto se vio que la causa era el teléfono móvil, como explicó a la prensa local Hans Groffen, principal responsable de la organización. «Por supuesto, es lamentable que esto te ocurra como organizados, pero también te alegras de haber eliminado manzanas tan podridas», afirmó Groffen.
El tramposo de los zapatos
En esta historia, el tramposo no parecía muy sofisticado, lo que ayudó a su detección. Recuerda al célebre caso de Borislav Ivanov, descubierto en 2013 nada menos que por Max Dlugy, antiguo entrenador de Hans Niemann sobre el que Magnus Carlsen también expresó sus sospechas, a su manera algo críptica. Ivanov escondía su secreto en los zapatos y utilizaba el sistema morse o algún código similar para transmitir las jugadas. El búlgaro acabó abandonando ajedrez, harto del «acoso psicológico» que sufría.
Fotos: Tina Rouwendal
Antes de marcharte, te quiero pedir un favor