El ajedrecista español, nacido en Venezuela, acaba en primera posición en el Mundial de Polonia
Daniel Pulvett nos recomendaba hace unas semanas sus libros favoritos de ajedrez, libros que por lo general le han leído, porque sufre una grave discapacidad degenerativa, retinosis pigmentaria, desde que tiene 12 años. El jugador nacido en Venezuela en 1991 se acaba de proclamar campeón en el Mundial de Ajedrecistas Ciegos y Discapacitados Visuales.
El año pasado, Pulvett quedó segundo, empatado a puntos con el vencedor. En la competición que ha terminado este martes, de nuevo en Polonia, ha logrado siete puntos en nueve partidas. El favorito era el gran maestro local Marcin Tazbir (2529), con quien hizo tablas en la séptima ronda.
Además de este empate entre los dos jugadores con más Elo, Pulvett forjó su triunfo en las primeras seis rondas, en las que logró cinco puntos y medio. Luego, hizo tablas contra Marcin y en las dos partidas finales le bastó con no perder para asegurarse el título.
Murcin era el único gran maestro del torneo, en el que también participaban cuatro maestros internacionales. El propio Pulvet, que consta como MI y tiene 2483 puntos Elo, logró las tres normas necesarias para ser GM, pero por algún problema burocrático nunca logró el título definitivo.
Pulvet, un ajedrecista único
Su ejemplo es especial por muchos motivos. Solo conserva un 10 por ciento de visión y no se puede decir que practique el ajedrez pese a su discapacidad. Es justo al revés: la ceguera lo empujó a convertirse en ajedrecista. «Yo juego precisamente porque tengo problemas», me dijo en una entrevista. Además, es de esos jugadores invidentes que apenas tocan el tablero, porque juega de cabeza, como Albert Oliveira. «la discapacidad es solo un obstáculo pequeño, aunque te hace las cosas un poco más difíciles», comentaba en un vídeo de la FEDA, en el que demostraba su espíritu optimista.
Si lo observas durante una partida, puedes pensar que ve perfectamente. Su juego es tan preciso que incluso los árbitros han sospechado alguna vez. El año pasado, lo interrogaron después de algún triunfo. Reproduzco unas declaraciones del Mundial del año pasado, cuando los jueces se lo llevaron a otra habitación para revisar su ropa y sus pertenencias.
Ocurrió después de ganar al ucraniano Oleksii Filippskikh, en un duelo muy largo y técnico. «Jugué perfecto, según el módulo de análisis. No cometí ni un solo error. Todo el tiempo hice la primera o la segunda jugada del módulo. Después de la partida, me requisaron, me pasaron unas máquinas y me hicieron quitar todo, un montón de cosas». Pese a todo, no se quejaba: «Estoy de acuerdo, porque eso evita las trampas».
Última partida del Mundial
Del Mundial de Polonia, Pulvett habla sobre la emoción de la última partida: «Yo iba muy bien en el torneo. Hubo un momento, tras la tercera ronda, en el que llevaba tres de tres y Tazbir había hecho unas tablas. A partir de ahí traté siempre de llevar medio punto más que él, porque el empate no me favorecía demasiado».
Pulvett prosigue con su relato: «Por eso, en la última ronda, contra el jugador rumano, la estrategia era hacer tablas si Tazbir también las tablas, porque automáticamente era campeón. Y si me veía en situación comprometida, unas tablas tampoco eran malas, para luego resolver en los desempates. Y a ver qué pasaba. Pero él hizo tablas y yo tenía una posición muy cómoda, así que el rumano me ofreció tablas enseguida».
En la imagen de arriba, Daniel Pulvett, en una partida contra Levy Rozman (Gotham Chess) en Madrid. Foto: FMB / Damas y Reyes
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