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El MI español, que solo tiene un 10 por ciento de visión, jugó tan bien un par de partidas que los árbitros se lo llevaron a otra habitación para comprobar si llevaba algún dispositivo oculto
Daniel Pulvett solo conserva un 10 por ciento de visión y no es que practique el ajedrez pese a su discapacidad. Es justo la ceguera lo que lo empujó a convertirse en ajedrecista. «Yo juego precisamente porque tengo problemas», me contó hace un año, cuando logró la tercera norma de gran maestro, que luego no se materializó por un problema técnico. Ayer volvió de Polonia, donde ha ganado la medalla de plata en el Campeonato del Mundo para Personas con Discapacidad, empatado a puntos con el vencedor.
Pulvett de forma tan brillante un par de partidas que los árbitros se lo llevaron a otra habitación para revisar su ropa y sus pertenencias. La primera vez ocurrió en la cuarta ronda, contra el ucraniano Oleksii Filippskikh, un duelo muy largo y técnico. «Jugué perfecto, según el módulo de análisis. No cometí ni un solo error. Todo el tiempo hice la primera o la segunda jugada del módulo. Después de la partida, me requisaron, me pasaron unas máquinas y me hicieron quitar todo, un montón de cosas». Daniel no se queja: «Estoy de acuerdo con eso, porque eso evita las trampas».
«La segunda vez fue en la ronda ocho, que jugué con blancas, contra Jacek Stachanczyk, y también me requisaron porque solo una vez no hice la mejor jugada. Fue una partida muy corta, con blancas, una Grunfeld». Si te gusta jugar al ajedrez, puedes intentar averiguar qué jugaron aquí las blancas, antes de seguir leyendo. Y si no te gusta, solo tienes que saltarte el siguiente párrafo.
En esta posición, parece que Pulvett no puede defender su peón avanzado y que tampoco puede tomar el alfil, porque perdería la dama. Sin miedo a la clavada, sin embargo, el español jugó cxb7. Después de Txc2 y Txc2, las blancas no pueden evitar perder también su dama. Ae5 no es suficiente y lleva a las negras a un final perdido, con alfil de menos aunque dos peones de más.
Posición FEN para ciegos: 2t3r1/1a3pap/p1Pdp1p1/1p6/4P3/ 4A3/P1D1APPP/2T3R1
Clasificación final
La FIDE organizó en Lublin este Mundial tan particular, que solo lleva cinco ediciones. Pueden participar en él personas con problemas físicos, de oído o de visión, que además estén incluidas en el registro de ajedrecistas con discapacidad de la Federación Internacional. Las partidas se celebraron entre el 18 y el 28 de agosto y Pulvett acabó con 7 puntos de nueve posibles, gracias a sus cinco victorias y cuatro tablas. Empató con los polacos Piekielny Pawel y Marcin Tazbir. Este último se llevó el oro gracias que ganó a su compatriota, mientras que las otras partidas entre los tres primeros terminaron con el reparto del punto.
La Federación Española de Deportes para Ciegos presentó también en el Mundial a Miguel Arnedo, Iraida Casadevall, que terminaron en los puestos 25 y 39. Pulvett ganó la primera ronda y luego cedió dos tablas, pero otros tres triunfos consecutivos lo llevaron a los primeros puestos. Fue una lástima que en la última partida no pudiera doblegar al joven Piekielny, lo que permitió a Tazbir alcanzarlos en la clasificación y llevarse el título.
Daniel Pulvett ensalza el papel de Arnedo. «Le fue muy bien y subió casi cien puntos de Elo». Iraida perdió algunas oportunidades y terminó algo peor. Los tres españoles contaban con Daniel Rivera como entrenador.
Pulvett nació en Venezuela hace 31 años. Su tío llegó a ser campeón de rápidas en su país, donde a Daniel le costaba progresar, después de convertirse en maestro internacional con solo 16 años. A todo ello se sumó una desgracia personal. Su novia murió por un problema de salud. «Se le infectó un catéter y tardamos ocho días en conseguir otro. Murió y eso hizo que no quisiera quedarme en Venezuela». Desde 2018 representa a España.
Sobre su forma de abordar el juego, Pulvett cuenta que los problemas de visión le ayudaron a mejorar su capacidad de cálculo. «Lo veo todo más claro. El problema de la vista me benefició en el ajedrez», asegura.
La ganadora del Mundial fue la polaca Emilia Egeman, de 17 años (5 puntos). La plata fue para la WFM Aleksandra Aleksandrova, de Israel (4,5 puntos), mientras que el bronce lo ganó la ajedrecista de 19 años Malwina Szewczyk (Polonia), con cuatro puntos.
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