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El ganador del cerrado A del Festival de Ajedrez de Madrid consiguió además su segunda norma de gran maestro. Confiesa que estuvo «supernervioso» contra GothamChess y comenta sus impresiones sobre Faustino Oro
Fue una entrevista de urgencia, nada más terminar la última partida del Madrid Chess Festival, donde a Julio Suárez le salieron las cosas redondas: victoria en el cerrado A y norma de GM. Tiene 25 años y tiempo de sobra para conseguir el título y grandes cosas en los tableros, aunque ahora mismo no es profesional del ajedrez.
El jugador del Club Xadrez Fontecarmoa habló con Damas y Reyes sobre su torneo en Madrid y su decisiva victoria en la penúltima ronda contra Levy Rozman. Si para ser gran maestro una virtud imprescindible es saber cómo piensa el rival y meterse en su piel, Suárez demuestra que en eso es ya una estrella.
Supongo que no fue fácil el torneo y conseguir tu norma de gran maestro.
Siempre es difícil, la verdad. Hay que intentarlo muchas veces para conseguirlo. A la primera es bastante complicado, pero yo creo que he jugado partidas muy buenas. En otras he tenido suerte, pero siempre hay que tener algo de suerte para ganar.
¿Incluso en el ajedrez?
Exacto. Yo creo que en todo tienes que tener algo de suerte, que el rival cometa un error concreto en alguna partida o que justo las partidas más complicadas juegues bien y puedas resistir.
¿En cuáles tuviste suerte en el festival?
Creo que ayer fue una partida bastante decisiva con Levy Rozman. Estuve peor todo el rato. Probablemente es la típica partida que dirías que no mereces ganar, pero que a veces ganas. Muchas veces estás tú ganando y pierdes.
¿Llegaste a sentirte mal por él o te jugabas tú tanto que eso ni se piensa?
Es una sensación complicada, porque estuve viendo todos los vídeos de Levy durante dos meses. De hecho, yo estoy trabajando y mis compañeros de piso son muy fans de Levy y ven todas las mañanas sus vídeos. Es una persona que no he tratado mucho, pero me cae muy agradable. En ese momento, tal y como fue la partida, si yo hubiera ganado de una forma más lineal, igual no me sentía tan mal, pero claro, yo sabía que él estaba destrozado y en el fondo también me sentí bastante mal, la verdad.
¿Desde cuándo perseguías esta norma después de la primera?
Yo siempre intento jugar estos torneos sin pensar en la norma hasta las últimas rondas. Aquí perdí la primera partida y mi plan era todas las partidas y luego ya si vemos que en la ronda 7 u 8 se va ajustando la cosa, ahí es donde dices: tengo que hacer tantos puntos. Habrá que escoger unas aperturas u otras para intentar forzar. Pero lo mejor es no pensar en ello al principio. Tú juega bien y cuando lo hagas las normas van a caer. Esa fue mi experiencia cuando conseguí el título de MI.
(Nota: Ya que no lo dice él, la primera norma la consiguió en La Palma, en 2020)
Pero es difícil no pensar en ellas.
¡Claro! Es muy difícil, muy difícil. Llega un momento en que al final te pones nervioso. Por ejemplo, en la partida de ayer había gente viéndome. Es una partida muy crítica y estaba supernervioso. Es normal, ¿quién no lo estaría? Pero yo creo que debes tener la mentalidad de intentarlo. Con el título de MI aprendí ese consejo. Cuando intentaba la última norma de MI, yo ya tenía un Elo bastante alto, pero siempre me faltaba algo. No la conseguía por banderas, porque me faltaba un punto… Ya tenía más de 2450 y era raro no conseguir la norma de MI. Ahí me di cuenta y me dije: si sigo subiendo Elo, voy a conseguirla. Pues esto es igual, aunque la norma de GM es más difícil, claro. Tienes que hacer actuaciones de 2600, llegar a 2500 y es más complicado, pero si rondas eso, siempre te va a salir un torneillo que puede ser más bueno. La clave es esa para conseguir las normas.
Antes decías que trabajas en otra cosa.
Trabajo en una empresa que se llama Gradient, que está en Vigo, y trabajo en temas de redes móviles 5g y demás.
«Lo más asombroso para mí, conociendo un poco la historia de Faustino, es la capacidad de aprendizaje que tiene. Él no lleva tanto tiempo jugando»
Julio Suárez
Será difícil conseguir el título de gran maestro con una ocupación que no tiene nada que ver.
Claro. Yo antes de entrar a la universidad incluso tenía más Elo que ahora, casi 2.500. Y tácticamente es posible que jugara mejor que ahora. En la universidad tienes menos tiempo para el ajedrez y empeoras, lógicamente. Yo bajé casi a 2420 y ahí cambia la perspectiva de cómo ves la forma de jugar, el estilo de juego. Ya no es tanto intentar ir a muerte en cada partida, sino llevar las partidas a mi estilo y a partir de ahí decir: vale, no estoy jugando contra Magnus Carlsen, que domina todos los estilos. La gente tiene su repertorio, sus formas de jugar y mi idea es llevar las partidas a mi estilo, donde yo sé que juego mejor. A partir de ahí, he ido subiendo y cambiando mi forma de jugar.
Justo al lado está Faustino, intentando conseguir todavía su primera norma de MI. ¿Cómo lo has visto en el torneo?
Para mí, Faustino es increíble. En el ajedrez últimamente salen muchos niños increíbles, es por las nuevas tecnologías. Los más jóvenes están muy conectados, más que en mi época, aunque ya era una época de nuevas tecnologías. Lo más asombroso para mí, conociendo un poco la historia de Faustino, es la capacidad de aprendizaje que tiene, de retener la información que le llega. A poco que le enseñes algo, ya lo ha aprendido, lo ha interiorizado y lo aplica. Para mí eso es lo difícil, porque puede haber niños de la misma edad, pero igual llevan trabajando desde los tres años. Tú te imaginas a los indios que, con 17 años, igual ya han hecho tanto ajedrez como tú o más. Es normal que jueguen muy bien, aunque también tiene mucho mérito. Pero Faustino no lleva tanto tiempo jugando y eso es lo más sorprendente, la capacidad que tiene de interiorizar lo que aprende. Y además parece un chaval bastante agradable.
Antes de marcharte, te quiero pedir un favor