Tiempo de lectura aprox: 2 minutos, 47 segundos
El excampeón del mundo reta a Faustino Oro después de algún comentario malicioso, bloquea a José Carlos Ibarra en X, ofende a Mijail Antipov…
Crece la preocupación por Vladimir Kramnik, aunque no sea nada fácil hablarlo en público. El decimocuarto campeón del mundo parece atrapado en una espiral negativa. Hemos visto a otros astros del tablero caer directamente en el abismo. Con suerte, solo es un hombre tozudo al que el mundo entero lleva la contraria. Lo malo es que, al contrario de lo que ocurrió con algunos de sus predecesores, su declive lo retransmite él mismo en directo. En Madrid lo vi durante cuatro días seguidos y me pareció que tenía dos caras. La pública era sensata y razonable, pero en cuanto se descuidaba aparecía el lado retorcido y paranoico, alimentado por la soledad y las redes sociales.
Por el camino no paran de aparecérsele enemigos nuevos, algunos insospechados. David Navara llegó a denunciarlo ante la FIDE, que ya veremos cuánto tarda en reaccionar. Faustino Oro se piensa todavía si aceptar o no el reto envenenado del ruso, que lo ha invitado a Londres, aprovechando que su secuela del Clash of Claims pasaba por allí. Le ha propuesto jugar un duelo que huele a encerrona y en la que hay poco que ganar. José Carlos Ibarra es otro con el que ha cortado lazos virtuales por opinar diferente. ¡Bloqueado!
El gran maestro de Totana (la localidad murciana le debe más de la mitad de las menciones anuales) recordaba las acusaciones vertidas (sin el menor cuidado medioambiental) contra su compatriota Mijail Antipov, tras perder con él dos partidas. En la primera, ambos cometen demasiados errores. La derrota del excampeón se debe a sus propios fallos, aunque luego empezó a hablar del reloj de Antipov, que según él violaba todas las normas. Alguno no tardó ni media hora en publicar imágenes de Vladimir jugando el Titled Tuesday con un reloj en su muñeca.
Para zanjar las dudas, veamos las dos partidas que perdió Kramnik contra Antipov. La primera solo tiene una jugada brillante, 29. Ad4, que tampoco es demasiado difícil de descubrir:
Kramnik gana la segunda partida, pero en la tercera, después de lograr gran ventaja posicional, comete varios errores tácticos y se queda perdido. Entonces hace el feo añadido de dejar que se consuman sus 27 segundos restantes, sin abandonar.
Fabiano Caruana, que no se suele meter en dialécticas estériles pese a su convencimiento de que algunos de sus colegas hacen trampas, salió en defensa de Antipov: «Vladimir, cero posibilidades de que sucediera algo inusual. He jugado cientos de partidas con Mijail y, a menudo, juega muy bien. El nivel puede variar entre partidas, simplemente es normal».
Faustino Oro, fuera de toda sospecha
Ayer estuve en Barcelona y Miguel Illescas me mostró en la sed de Edami las últimas victorias de Faustino Oro contra grandes maestros, en partidas jugadas en Chess.com. Entre todas las partidas que dio tiempo a repasar no había ni un solo movimiento sospechoso. Como mucho, había uno que el gran maestro barcelonés defendía como natural, pero quería corroborar. Su teoría era que incluso un manta como yo (él no lo dijo así, por supuesto) podría encontrar la jugada. La deduje al toque, pero no gané Elo y sigo siendo igual de malo que siempre.
Lo que quedó claro viendo las partidas de Fausti es que gana a muchos grandes maestros porque es más rápido con el ratón, como mínimo, aunque no siempre mejor. El argentino extrae petróleo en posiciones en las que parece impensable llevarse la victoria. Muchos de sus rivales le acaban regalando el punto, presionados por el reloj. Si la invitación de Kramnik y los comentarios de Nepo sobre el chico llevan retranca, como parecía, no solo son ofensivos y poco elegantes, sino que carecen de sentido. Illescas corroboró esta impresión con vehemencia: «He estudiado sus partidas y no hay nada mínimamente sospechoso en el juego de Faustino. Es ridículo acusarlo».
Supongo que es difícil apearse de un burro tan grande como el que ha escalado Kramnik. En Madrid se quejó de algunos detalles con razón, pero luego se empeña en perderla con contumacia. Por supuesto, le habrán hecho trampas unas cuantas veces, como a cualquiera que juega por internet. Es posible incluso que haya sido víctima de los fulleros más veces que la mayoría de ajedrecistas, pero eso no justifica sus acusaciones sin control. Si disparas a mil personas, es probable que aciertes algunos tiros, pero todos los inocentes que han resultado heridos no tienen justificación. Por suerte, Kramnik todavía no ha sido capaz de matar a nadie.
Chess.com ha rectificado en algún punto y ahora publicarán los nombres de los titulados cazados haciendo trampas. Kramnik debería mostrar también un poco de flexibilidad, cerrar su guerra con la plataforma y avanzar con ellos en la única dirección posible. Todo lo demás es malo para el ajedrez.
En la imagen de arriba, Vladimir Kramnik en el Clash of Claims de Madrid. Foto: FMB / Damas y Reyes
Antes de marcharte, te quiero pedir un favor