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El gran maestro estadounidense pasa por la prueba del polígrafo en un nuevo vídeo de la serie creada por Chess.com
Hikaru Nakamura no es el primer ajedrecista que se somete al detector de mentiras. El pasado mes de abril, Magnus Carlsen superó la prueba organizada por Chess.com. Ahora lo ha hecho el estadounidense, otro tipo que parece decir lo que piensa casi en cualquier circunstancia, aunque como señala el experto en manejar el polígrafo, en alguna ocasión se siente «muy incómodo» ante alguna de las preguntas. Pese a su buena voluntad, a Naka lo ‘cazan’ en algunas mentiras y mentirijillas. Por otro lado, Vladimir Kramnik se ha quejado de las preguntas que no le hicieron.

Si quieres recordar cómo lo hizo Carlsen, puedes detenerte en la noticia publicada el pasado 24 de abril. El noruego era interrogado entonces por David Howell, mientras que a Nakamura le pregunta Daniel Rensch. Un punto interesante es que ni Nakamura ni Rensch han visto antes las preguntas, escritas por el equipo que participa en el experimento.
Y si prefieres ver el vídeo original con Nakamura (dura más de 40 minutos) tampoco tienes que molestarte en buscarlo. Aquí mismo lo tienes:
La otra opción es leer aquí lo que dijo el americano, campeón del mundo de Fischer Random, ‘streamer’ y cinco veces campeón de Estados Unidos. De entrada, sorprende a su entrevistador en la primera respuesta, cuando dice que el mejor del mundo en ajedrez rápido es Magnus. Rensch piensa que es una mentira, pero el ‘juez’, Ørjan Hesjedal, asegura que según la máquina Hikaru no miente. Segundos después se corrige y afirma que, en realidad, el protagonista del vídeo no está seguro de la verdadera respuesta. En otro momento, lo acusan de intentar controlar su respiración justo antes de cada pregunta, lo que tampoco tiene por qué ser malo. O no del todo.
Nakamura, que tampoco peca de falsa modestia, opina que en la actual situación, podría llegar a campeón del mundo, pero no cree en las posibilidades de Levy Rozman de convertirse en gran maestro. No duda en explicar su respuesta: «Simplemente, es un poco viejo. Creo que, como he dicho varias veces, si lo hubiera intentado hace tres o cuatro años, probablemente llegaría a GM, pero creo que el descenso de Elo y por dónde está, simplemente no lo veo».
Justo después llegan las primeras ‘inexactitudes’ de Nakamura, que miente (siempre según el polígrafo y su operador) cuando dice que hacer ‘streaming’ lo ha hecho mejor jugador y que disfruta más con las retransmisiones que jugando. En realidad, Hikaru está jugando con la máquina y esquivando las preguntas como puede, apoyándose en las ambigüedades de los planteamientos, según Hesjedal.

«El problema es que, y por eso tengo una audiencia tan grande, en realidad no miento sobre las cosas. Para mí, es muy difícil mentir de verdad. Así que voy a intentarlo, pero probablemente falle miserablemente. (…) Soy muy mal mentiroso». Una falsedad piadosa es que el americano no siente presión cuando juega por el mero hecho de ser un ‘streamer’. Algo le afecta, le corrigen, aunque quién sabe cuánto.
Trampas
Como es natural, en la prueba se habla de las trampas en el ajedrez, aunque es aquí donde a Kramnik le habría gustado escribir las preguntas, sobre las propias actividades del americano. Hikaru cree que es un problema que no se ha abordado con la suficiente seriedad y, al mismo tiempo, opina que también hay «mucha paranoia». «Cuando ves a ciertos jugadores derrotados de manera consistente, como Nepo, yo mismo o Fabiano, parece que a veces sucede con más frecuencia de lo que debería. Y no sé cómo lidiar con eso».
Críticas
Nakamura, con matices, se considera el mejor ‘streamer’ de ajedrez del mundo y el jugador más creativo, aunque en este caso tiene algunas dudas. Quizá solo le gustaría pensar que lo es. También cree que sus colegas deberían hacer más para popularizar el ajedrez. Aquí vuelve a explicar su punto de vista: «Los mejores jugadores se quejan mucho de varias cosas. Creen que debería haber más dinero en el ajedrez, específicamente en todo lo relacionado con la FIDE, pero al final tienes que tratar de ser parte de ese cambio. No puedes esperar que las cosas cambien sin hacer nada. Así que me gustaría ver más, pero es difícil saber si eso sucederá».
Confesiones
Pero Hikaru no solo critica a los otros y también sabe ser autocrítico o, al menos, confesar algunos pecados, como haber jugado borracho algún torneo online (al principio intenta colar una trola, pero canta demasiado) y haber cotilleado a otras personas en las redes sociales. También admite que alguna vez pone caras durante las partidas para alterar a sus rivales.
En otras manifestaciones controvertidas, Nakamura asegura que no cree que se vaya a convertir en campeón del mundo y añade que no le importa (¡cierto!) y también piensa firmemente que es el ajedrecista profesional que más trabaja de todos. También presume de su excelente rendimiento en el tablero, pese a dedicar menos tiempo que nadie a estudiar. «Los resultados hablan por sí mismos», bromea, parafraseando a Hans Niemann.
Naka también cuenta que ha ganado más dinero con los negocios que con el ajedrez e incluso aconseja invertir en fondos indexados, pero al contrario de lo que se ha dicho a menudo, asegura que ha ganado más jugando al ajedrez que con su trabajo como ‘streamer’, afirmación que el polígrafo corrobora.
Y por último, antes de pasar a interrogar él a Daniel Rensch, Nakamura asegura que cree haber engañado al polígrafo con alguna de sus respuestas y reconoce que le ha parecido más estresante pasar la prueba que jugar el torneo de Candidatos.
Antes de marcharte, te quiero pedir un favor