¿Quién puede odiar a Faustino?

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Después del cruzar los 2500 puntos Elo antes que nadie, el argentino logra su primera norma y puede ser el gran maestro más joven de la historia. Solo Gukesh, campeón del mundo, consiguió la norma más joven que él. Y sin embargo…

Faustino Oro aseguró la presa en su partida contra Omar Almeida y firmó unas tablas tranquilas, con las que certificaba su primera norma de gran maestro. El primer paso es el más difícil y, tras tropezar varias veces en el último metro, el argentino evitó las sorpresas. La noticia es increíble, pero al mismo tiempo la esperábamos todos, después de lograr 5,5 puntos en las seis primeras partidas.

Otro dato asombroso es que la norma llega con dos partidas por disputarse. Pero lo más sorprendente de todo, y esto es malo, es el ruido que hacen algunos en las redes intentando manchar el expediente del chico, nacido para triunfar, por mucho que les pese a algunos. A Nadal también le ocurrió y a Alcaraz todavía le discuten algunos su talento, con comparaciones ignorantes, más que odiosas. Pero volvamos al ajedrez.

Odiar sale tan barato que a muchos les trae a cuenta. Los ‘haters’, esos seres de oscuridad, se sienten tan vacíos que solo la aparición de nuevos objetivos alimenta sus vidas sin propósito. Faustino Oro es su nueva diana, por el mero hecho de ser superior a todos. El chico de 11 años (el mes que viene cumplirá 12) escribe la historia en directo, mientras yo me conformo con escribir estas líneas. Muy pronto será gran maestro. Da igual si lo consigue en tiempo récord o no. Su talento y su trabajo es lo único que cuenta para colocarlo en el sitio que le corresponda en la historia del ajedrez. 

Fausti juega en Madrid el torneo Insud Pharma – Nave Bellver, más conocido como Leyendas y Prodigios, mientras un grupito (o grupazo, tanto da) de odiadores, la mayoría anónimos, difunden la idea de que los rivales del chico se dejan ganar. De ahí sus resultados. Seguramente Carlsen también se dejó vencer en su primera partida contra él. Aquel error del noruego tuvo que estar subvencionado.

Terraplanistas del ajedrez

Es cierto que resulta difícil creer todo lo que ha crecido este chico en los últimos dos años. Los «terraplanistas», como los llama David Martínez, saben más que nadie. No necesitan fuentes para dar sus presuntas noticias. Solo requieren que algún tonto les siga la corriente para sentirse más importantes que sus víctimas. 

El torneo de Madrid es una competición diseñada a la medida de Faustino, cierto, para que tenga la oportunidad de enfrentarse a suficientes grandes maestros y pueda conseguir una de las tres normas de GM que necesita. Es algo que quizá no tendría que nacer de una iniciativa privada, pero es lo que tenemos y seguramente merecemos.

El niño de Oro lleva muchos meses consecutivos jugando competiciones de todo tipo, algunas tan exigentes como los Campeonatos del Mundo de Ajedrez rápido y relámpago, donde venció a varios grandes maestros. Lleve usted a su hijo a un torneo así a ver si sale vivo. En los Campeonatos de España, Fausti fue el mejor sub 18, con 11 años, y jugó de tú a tú contra todos los participantes. Contra los tres primeros, logró el 50% de los puntos. 

En todos los torneos que juega, Fausti sube su Elo. El universo entero conspira para ayudarlo. Casi parece un personaje de ficción, pero está entre nosotros y tenemos la suerte de disfrutarlo. También de que sea un chico sencillo y simpático, gamberrete cuando toca, disfrutón del ajedrez y a la vez más profesional que la mayoría de los adultos.

La vida de Faustino Oro está llena de decisiones difíciles, no solo dentro del tablero. Alguna vez se equivocará, como todos, pero negar su talento es de una ceguera sideral.  En ‘Las aventuras de Jeremiah Johnson’, película protagonizada por Robert Redford, que nos dejó el otro día, se contaba que los indios miden la importancia de un hombre por la talla de sus enemigos. Eso era antes. Al menos en nuestro universo predominantemente blanco, proliferan los oponentes diminutos y ruidosos. 

Respuesta de los grandes maestros

Pepe Cuenca y Alan Pichot, dos de las víctimas de Faustino, respondieron ayer con dureza las críticas de los odiadores. El primero estaba realmente indignado y llegó a usar un lenguaje fuerte: «Hay cientos de comentarios de mucha gente que no está bien. Uno de ellos, ayer estaba poniendo que estábamos apañando el torneo, que vendemos las partidas y todo eso. Y hoy mismo me estaba pidiendo un vídeo de cumpleaños con el «ratatatá» para su sobrino. ¿Estás bien de la cabeza? No solo estáis troleando a un chaval de 11 años. Muchos de vosotros no sois niños, tenéis los huevos negros ya. Os debería dar bastante vergüenza».

«No sabéis lo que cuesta llegar a ser gran maestro», agregó Cuenca desde el confesionario, «las horas que hay que dedicarle, los viajes que hay que hacer, la cantidad de hostales de mierda, los que hay que ir cuando uno está empezando, el esfuerzo económico que conlleva, el esfuerzo de los padres, de la familia. No sabéis lo que cuesta organizar un torneo de ajedrez, como han hecho Mariano Sigman y el Divis».

Pichot explicó además por qué ocurre con tanta frecuencia que los rivales del pibe malogren sus ventajas: «Es un talento que Faustino tiene. Su comprensión del juego todavía no es muy grande y a veces sacamos mucha ventaja, pero después, en los momentos clave, Faustino es casi implacable, nunca se equivoca, es muy bueno y huele muy bien por dónde tiene que ir. No hay nada extraño. Simplemente es un chico que juega al ajedrez de una manera increíble».

Fotos: FMB / Damas y Reyes

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