José Carlos Ibarra tiene una gran experiencia en ajedrez online y nos ofrece un puñado de pistas para saber cuándo nos enfrentamos a rivales poco limpios
El gran maestro José Carlos Ibarra es uno de los mejores ajedrecistas españoles en partidas rápidas por internet. Más de una vez ha dado consejos para jugar esta modalidad de ajedrez, que tiene sus propios trucos. En su último vídeo, nos cuenta cómo detectar a un tramposo, algo que le ha ocurrido las veces suficientes como para haber detectado una serie de patrones. Entretanto, dejemos que Vladimir Kramnik y Daniel Naroditsky se sigan tirando los trastos a la cabeza.
[Entrevista con José Carlos Ibarra]
Si queréis seguir a Ibarra en internet, su canal, GMSpiderIbarra, es uno de los más interesantes en español. No es casualidad que lo sigan más de 100.000 suscriptores. El vídeo del que hablamos hoy es corto. Solo dura 11 minutos y nos explica los rasgos en común que tienen la mayoría de los fulleros en internet, aunque en el primero de ellos debemos tener en cuenta que el nivel de Ibarra no es el nuestro, salvo que nos este leyendo Anish Giri, por ejemplo.
Un indicio solo para grandes maestros
Ibarra habla de una partida en la que se enfrentaba a Butters, «un jugador que no tenía ningún tipo de titulación y que tenía un Elo relativamente alto para ser un ritmo de 10 minutos sin incremento». «Hay que decir que esto ya puede ser un pequeño indicio, ya que normalmente los Elos altos solo se van a corresponder con jugadores de titulación FIDE. Están los títulos de gran maestro, maestro internacional, maestro FIDE, incluso títulos femeninos. Es muy raro tener un Elo elevado o ganar jugadores titulados si realmente no eres jugador titulado. Esto ocurre en muy poquitas ocasiones», explica el GM de Totana.
Aperturas raras
«La apertura suele ser bastante extraña», con «jugadas un poco aleatorias», prosigue. «Al principio, las posibilidades de juego son muy elevadas y los módulos de análisis no te van a decir jugadas con tanto sentido. Por tanto, cuando te hace una apertura sin mucha lógica o que no conoces, ya también puede ser un poco extraño». «Una jugada que no tiene lógica humana».
«Un jugador que tiene mucho Elo no me va a hacer una jugada tan rara o tan mala a priori de apertura, va a jugar con mucha más normalidad». De nuevo, debemos considerar que Ibarra conoce todas las aperturas normales. Si a nosotros nos sorprenden con una línea desconocida, también es posible que sea por nuestra propia ignorancia.
Magia en el tablero
El ajedrecista arácnido nos da otra pista: «Veremos cómo el negro, con la ayuda de la computadora, va a solventar todos los problemas como de arte de magia. Es el tercer punto clave para detectar que estás jugando con un tramposo. Cuando en los cálculos parecen que vas a perder, que todas las jugadas haces son malas y que el cálculo te favorece, pero como por arte de magia realmente le funciona todo a la perfección, como si fuera un puzle y en cada jugada consigue aguantar».
Jugar como un metrónomo
No solo es que la táctica le funcione a la perfección a nuestro tramposo. Este todo sí que sirve para jugadores de todos los niveles. «Suelen jugar con una dinámica de gasto de tiempo más o menos constante. No están diferenciando un momento donde un humano tiene que pensar más y un momento donde tiene que pensar menos jugando muy rápido», aclara Ibarra. Los tramposos suelen gastar unos 5 o 6 segundos por jugada y mover en un máximo de 10 segundos. «Simplemente, gastan el tiempo de comprobación de las jugadas del módulo».
Errores para despistar
Los tramposos tampoco son tan tontos, al menos algunos, para hacer todas las jugadas de la máquina. Para evitar que nos «percatemos del pastel», a veces intercalan jugadas secundarias, incluso errores menores cuando tienen la partida ganada, para que no sospechemos demasiado.
Caída de nivel en los apuros de tiempo
José Carlos Ibarra lo dice algunas veces incluso durante las retransmisiones en directo, porque tiene tanto oficio que suele oler que ocurre algo raro desde muy pronto. «Yo suelo detectarlos por estos principios que os he dicho. El primero, un jugador con Elo elevado que no tiene titulación. Segundo, una apertura no teórica que no es humana, donde me da la ventaja simplemente jugando ‘random’. Tercero, cálculos que parece que pierden, pero casualmente no pierden bajo ningún concepto. Y cuarto, cuando al rival le queda poco tiempo suele jugar bastante mal, suele haber un cambio drástico de nivel».
«Quinto punto y definitivo», prosigue en su resumen final, «suelen mover con un ritmo constante de juego». «Así que si veis alguna de estas características en vuestros rivales, probablemente os estén haciendo trampa».
Último consejo: no hacer trampas nunca
«Espero que os haya gustado y que consigáis poder detectar a esos tramposos y que los expulsen de todos lados, porque como sabéis, hacer trampas no merece la pena, dañamos mucho el juego y el ajedrez. No os recomiendo, bajo ningún concepto, que lo hagáis nunca. Os van a pillar, os van a ‘banear’ la cuenta, vais a quedar marcados de por vida y además es engañarse a sí mismos».
Espero que os hayan gustado estos consejos de Ibarra y que a él no le parezca mal que los contemos por aquí. También es probable que vosotros tengáis otras fórmulas para empezar a sospechar de los rivales poco limpios, aunque siempre hay que tener cuidado de no caer en el extremo opuesto, de acusar sin pruebas a jugadores que a lo mejor solo son mejores que nosotros. Todos conocemos también ejemplos de esto.
Antes de marcharte, te quiero pedir un favor