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El pibe lleva cuatro puntos de cuatro posibles en el torneo Leyendas y Prodigios, con una actuación de 3270 puntos Elo. Necesita dos puntos en cinco partidas para lograr su primera norma de gran maestro.
No tenía intención de publicar una foto de Faustino Oro cada día, pero el pibe lo justifica de al menos dos maneras: ha ganado uno tras otro todos sus enfrentamientos –lleva cuatro victorias seguidas, en un pleno casi caruanesco– y es fotogénico a rabiar. Su expresividad y su pasión se unieron este sábado a otro hecho demostrado: jugó su mejor partida hasta la fecha en el Leyendas y Prodigios, en Madrid.

Hoy mi cronista me ha dejado tirado, pese a las subidas de sueldo, y me veo obligado a hacer doblete, con las fotos y con el relato de lo ocurrido. Triplete, sin contamos otras competiciones más domésticas.
En el Leyendas y Prodigios hubo cambio de sede, por motivos logísticos. Lo que no tiene lógica es que un chico de 11 años lleve una racha así, valorada en el mercado Elo en 3270 puntos. La cifra puede ser engañosa todavía, pero una actuación como esta lo acerca más a las máquinas que a los humanos.
Lo cierto es que la muestra es pequeña todavía, como el propio Fausti, y habrá que ver cómo evoluciona. En todo caso, su rival en la cuarta partida, Diego Macías, no podrá decir que el argentino tuvo la suerte de cara, como en las jornadas anteriores.
Sacrificio de pieza para rematar
En la sede de Insud Pharma, donde se celebró la ronda, Oro completó una partida ejemplar. El más joven de los dos contendientes (Macías tiene 18) remató con un sacrificio de caballo que incluía un posible mate en 5. El valenciano abandonó cuando al blanco solo le quedaban dos estacazos para demostrarlo.
Es verdad que Faustino cometió un par de errores en la partida, más alguna imprecisión –que levante la mano quien no se deja centipeones en cada cruce–, pero en general condujo la lucha de un modo brillante. Eligió la variante Alapin para enfrentarse a la defensa siciliana y ya en la jugada 12 pudo ganar una pieza (la calidad, como mínimo) con un b4 nada evidente. En todo caso, ya estaba claro que llegaba más inspirado que su oponente.
Vamos poniendo la partida por aquí para el que la quiera ir viendo:
Después de su victoria, Faustino Oro dio después su habitual recital con David Martínez, Pepe Cuenca, David Lariño y con todos los que se acercaban por la sala de retransmisión. El niño es un absoluto robaplanos y si fuera actor, en Hollywood ya tendría encima a los sindicatos.

Aunque no lo parezca, a Fausti le queda ahora lo más difícil: mantener la calma y rematar la faena, que parece sencilla. Solo tiene que hacer dos puntos en cinco partidas para certificar su primera norma de gran maestro. Una vez liberado de esa presión, estará en sus manos conseguir luego las otras dos normas necesarias para conseguir el récord como gran maestro más joven de la historia. Y luego que venta otro prodigio a superar el registro, necesariamente efímero.
Pichot, principal perseguidor de Faustino
En las otras partidas del día, hay que destacar la nueva victoria de otro ajedrecista nacido en Argentina, Alan Pichot, que ganó con negras a Pedro Martínez, aún no recuperado de su gazapo del día anterior. Pichot lleva 3,5 puntos en 4 partidas, su momento de forma es excelente y sigue siendo el favorito para ganar el Leyendas y Prodigios.
Lariño certifica su locura
En el duelo español del día, entre Pepe Cuenca y David Lariño, venció el primero (le tiene tomada la medida en ajedrez clásico, aunque no en rápidas) después de una apertura demencial del gallego. La noche anterior se habían cruzado amenazas, sin necesidad de que nadie les sujetara el cubata, y Lariño cumplió su palabra. Si Tony Miles ganó una vez a Karpov respondiendo a e4 con a6, el Fo se atrevió a mover primero h6 y luego a6.
El único riesgo para Cuenca era soportar el escarnio público si perdía ante semejante planteamiento, pero don Pepe jugó como una máquina y no dio respiro a su rival, quien pese a todo ha subido unos poquitos puntos Elo en este torneo, gracias a sus victorias con las piezas blancas. Esperemos que recupere la cordura a partir de mañana.
El lector puede ver la partida, pero debe saber que es peligros repetir estas cosas por ahí.
Lu-Granda
Esta parida era un duelo con muchas ramificaciones: la mayor leyenda del torneo contra la única niña prodigiosa, Lu Miaoyi. El primero dio una lección de altura digna del Machu Pichu. La niña volvió a sacrificar un peón, como si le fuera la paga en ello, y se dispuso a atacar al viejo (58 años) dispuesta a provocarle un infarto o algo peor.
Pero hete aquí que Julio Granda supo lidiar con los peligros que se iba encontrando y consolidó su ventaja de material sin sufrir en su espíritu. Se llegó a un final (más bien semifinal) con torre, dos piezas y dos peones de la jugadora china contra dos torres y seis peones del peruano. Por si fuera poco, Granda parece que los invirtió con intereses, porque al rato ya tenía cinco peones de ventaja. Cuando Lu quiso recuperar el terreno perdido, se encontró con una trampa del viejo zorro que puso fin a la partida.
Almeida-Schnaider
La única partida sin resultado decisivo del día fue la más precisa y aburrida, como ocurre tantas veces. Todo el crédito para el chico argentino, sin embargo, que tenía 85 puntos Elo menos que el cubano y llevaba las negras. El joven MI volvió a arriesgar de partida, enrocándose por el lado largo, pero luego las piezas empezaron a volar del tablero y el final era imposible de ganar sin errores groseros por parte de alguno de los dos jugadores.
La partida transcurrió así:
Schnaider no ha ganado todavía, pero no ha bajado ni un punto Elo y está jugando bien. Su actitud es la correcta y estoy seguro de que muy pronto conseguirá el título de gran maestro. Él espera conseguirlo en un año o poco más. Otro día os cuento también su vida, que merece la pena.
Y disculpad por las pocas imágenes que contiene la crónica de hoy, pero el reportero estrella se ha tomado descanso y este fin de semana se me amontonan las competiciones por culpa de una pequeña gimnasta.
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Sois muy amables, queridísimos lectores.
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Pero es que además hay que sumarle la gran pericia en los artículos y lo interesantes que son
¡Muchísimas gracias y enhorabuena por la excelente crónica del torneo! Son muy útiles tanto los comentarios como las partidas incluídas.