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La ajedrecista polaca ganó el primer Grand Prix del curso diez meses después de ser madre. Mal resultado de Sara Khadem, que terminó en última posición
Alina Kashlinskaya, ajedrecista nacida en Moscú que ahora juega con bandera polaca, ganó por sorpresa el primer Grand Prix del curso, en Tiflis (Georgia). Alina fue la única jugadora que acudió al torneo con su hijo, un bebé de diez meses. Según ella le fue de ayuda, suponemos que no como analista. Sara Khadem, que no fue con el suyo, pagó su mala forma y la inactividad y quedó en última posición. La competencia era dura: entre las participantes había más de una campeona del mundo, como Alexandra Kosteniuk y las hermanas Anna y Mariya Muzychuk.
La polaca no estaba en el grupo de favoritas, pero la sorpresa fue relativa, porque las diez participantes estaban en una horquilla de menos de cien puntos. Kashlinskaya no dudó en llevar a Tiflis a su bebé de diez meses, el pequeño Anthony. Cuando le preguntaron si la presencia del chiquillo era una distracción, la ajedrecista no lo dudó: «Puedes ver los resultados. Me ayudó un montón». Alina añadió que piensa llevarlo al próximo torneo e hizo notar que tiene piezas de ajedrez colgando de su cochecito, por lo que no sería nada raro que su futuro estuviera relacionado con el juego.
¿Deberían otras madres llevar a sus hijos a los torneos? «Por supuesto», declaró Kashlinskaya. «Mi resultado habla por sí mismo y para la maternidad es importante estar con el bebé tanto como sea posible». En este sentido, la FIDE ha lanzado recientemente el proyecto ChessMom, para animar a los jugadores con niños pequeños a llevarlos a la próxima Olimpiada en Budapest.
Kashlinskaya llegó a la última ronda empatada a puntos con la kazaja Bibisara Assaubayeva, que no pudo pasar del empate contra Vaishali Rameshbabu. Ella tuvo suerte en su partida decisiva, ya que llegó a ofrecer tablas a Mariya Muzychuk. La ucraniana, combativa, rechazó el empate y muy pronto se vio perdida, como castigo a su buena acción.
Grave tropiezo para Sara Khadem
En tercera posición quedó la griega Stavroula Tsolakidou, en teoría la jugadora más débil del torneo. La igualdad fue muy grande entre las participantes y el número de tablas fue bastante elevado. Lo habría sido más si no fuera por la floja actuación de Sara Khadem, que no ha empezado con buen pie en el Grand Prix. La española solo pudo ganar una partida y perdió cinco, con solo tres empates. Se deja veinte puntos Elo en Georgia, que debería empezar a recuperar en la Olimpiada.
El Grand Prix de la FIDE consta de seis torneos y otorga dos plazas para el próximo Candidatos femenino. En esta edición participarán veinte jugadores. Cada una participará en tres de ellos.
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