Kramnik-Martínez, una secuela muy decepcionante

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El llamado ‘Clash of Blames’ empezó en Londres con José Martínez como dominador en el marcador, en las partidas por internet y sobre el tablero. Vladimir Kramnik pierde 7-5. Y un aviso: esto es un artículo de opinión, no una crónica

Viví el ‘Clash of Claims’ entre Vladimir Kramnik y José Martínez en primera fila y observo el ‘Clash of Blames’ en la distancia. Mientras escribo estas líneas, el ruso comete un error de principiante y pierde contra Jospem una de las partidas sobre el tablero. «¡Esto es un desastre absoluto! No tengo palabras para describir este nivel de metedura de pata de Kramnik», afirma Lawrence Trent, quien comenta en solitario ante los 563 usuarios que lo siguen en directo en el canal de YouTube de World Chess.

En la siguiente partida, el ruso se recupera con una victoria e iguala el marcador a 5, después de diez partidas. Perderá las dos últimas y el día acabará con un 7-5 en contra de Kramnik, pese a que se sigue jugando a un ritmo que le favorece, 3+2, en lugar del 3+1 con el que él mismo inició esta polémica. «No hay retrasos, no hay errores informáticos, todo funciona bien», aseguró después el hombre que derrocó a Kasparov en una entrevista exprés. No pierde la sonrisa, aunque reconoce que la calidad de las partidas no fue alta y que hubo demasiados errores.

Un duelo sin emoción

De entrada, todo me parece peor que en Madrid, más frío, menos emocionante. Esperaba un acabado más profesional, mejor alicatado que la aventura de David Martínez, Pepe Cuenca y Levy Rozman, pero ni siquiera en ese aspecto logran impresionarme desde Londres. Parecía fácil: World Chess tiene más dinero y copiar es mucho más sencillo que inventar. El ‘Clash of Blames’ empezó como un plagio del nombre y de la idea del Divis. Ya solo subyace el formato, porque el título fue retocado, pero sus problemas van mucho más allá. Seamos indulgentes; quizá el principal es que estamos en agosto y muchos aficionados están de vacaciones.

Es imposible saber si Kramnik cambiará de idea y acabará quejándose también de la plataforma auspiciada por la FIDE, aunque su batalla contra Chess.com lleva a pensar que la defenderá hasta el final. El objetivo evidente de los organizadores y el indirecto del ruso es promocionar Chess Arena y ganarle un poco de terreno a Chess.com, mientras que el de José es ganar dinero y notoriedad.

Otro día podemos comentar la calidad de la plataforma a la hora de jugar, pero para seguir un torneo creo que no da la talla todavía. Para empezar, me parece menos intuitiva y peor organizada que Chess.com, y yo también echo de menos Chess24, que era la plataforma ideal para seguir los torneos. En Chess Arena me cuesta encontrarlo casi todo, saber cómo va el marcador, averiguar de un vistazo los errores graves y los movimientos brillantes de cada jugador.

El tablero en el que se ven las jugadas también falla. En algunas partidas pudimos ver algún reloj a cero, pese a que la partida no había terminado. En otras tenían que quitarlo, porque lo que reflejaba el tablero no era real, pero este es un problema general, no resuelto por la tecnología actual de los tableros DGT en los apuros de tiempo. Veo que no soy el único en estar descontento: en Reddit no son más benevolentes y aseguran que la retransmisión es una «basura absoluta».

Por otro lado, me consta que Lawrence Trent es un tipo divertido y competente, pero lo han dejado solo en las retransmisiones. Tampoco parece creerse demasiado la trascendencia del duelo entre Kramnik y Martínez. Falta pasión en este encuentro que ya no tiene nada que demostrar. Está claro que el gran maestro nacido en Perú le aguanta el tipo al excampeón mundial, que ya carece de reflejos a este ritmo y contra rivales tan truqueros, menos aún con el ratón en la mano. Perdonad si aprovecho para volver a publicar ‘la foto del cable’.

El resultado final de la primera jornada favorece a Martínez por 6 a 4, pero el marcador ya es lo de menos. Asumo que los dos grandes maestros están en Londres por motivos legítimos, incluso si uno de ellos es atacar a una empresa enemiga, pero aquí no hay nada que probar. Kramnik se empeña en golpear una roca con la cabeza. Por suerte, parece que le salió mal la idea de incluir a Faustino Oro en sus ecuaciones.

Estoy fuera de casa y no sé hasta qué punto podré seguir el desenlace del duelo Kramnik-Martínez, pero en todo caso no me parece tan relevante, salvo que nos encontremos con alguna sorpresa, nunca descartable. Os animo a suscribiros a Damas y Reyes, que volverá con más fuerza a partir de septiembre.