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El villano del ajedrez moderno no puede con el número uno del mundo en la segunda semifinal del Speed Chess. El noruego gana 17,5 a 12,5, después de varios incidentes y una racha final de cinco victorias seguidas de su enemigo
La tensión era visible en París este viernes, donde Magnus Carlsen y Hans Niemann se veían las caras dos años después del escándalo que supusieron las acusaciones del número uno contra el joven gran maestro estadounidense. El noruego había rehuido a su rival desde entonces y se presentó a jugar en la semifinal del Speed Chess a regañadientes, contra un jugador que no ha dejado de subir posiciones y ya está en el top 20 mundial.
El excampeón no tuvo reparos en reconocer que no le apetecía nada el enfrentamiento contra su archienemigo, que había ensuciado la guerra psicológica con declaraciones muy feas. Según Niemann, el excampeón del mundo tenía miedo y una derrota habría hecho que le diera vergüenza aparecer en cualquier torneo posterior. Cuando le ganó en San Luis, ya dijo algo parecido: «El campeón del mundo debe de estar avergonzado por haber perdido contra mí».
Este tráiler de Chess.com resume en menos de un minuto el pasado entre ambos:
«Puede haber un pique muy sangriento», comentaba Miguel Santos en la retransmisión de la plataforma. «Para mí es el ‘match’ del año, el que todo el mundo quiere ver y en un formato que mola mucho», añadía. «Es el formato donde Niemann le puede dar más pelea a Magnus», apuntaba David Martínez.
Vemos cómo fue la velada nocturna en París.
Bloque de partidas 5+1
Partida 1: Los nervios eran mutuos y se vio mejor que nunca en la primera partida. Carlsen abre con b3. Quiere demostrar que es mejor sin entrar en ningún duelo teórico. Sigue rehuyendo el cara a cara y no pasa de la tercera fila hasta la jugada 10. Niemann duda un poco y piensa más lento, pero se va quedando cada vez mejor. Magnus, humano, tiembla y se queda medio perdido, pero entonces Hans deja ver que, pese a su actitud retadora, también él sufre por dentro; se deja atrapar una torre y arruina el punto entero. Ocasión de oro malograda y 1-0 para su rival.
Partida 2: Mucho mejor duelo. Carlsen logra una posición muy superior, pero en los apuros mutuos de tiempo Niemann anda fino y logra el suficiente contrajuego para forzar a Magnus a aceptar las tablas por repetición.
Partida 3: Carlsen no repite b3, pero sí vuelve a plantear un esquema sin confrontación directa, esperando quedarse mejor por generación espontánea. Sabe de ajedrez más que nadie y lo muestra de manera paulatina, mientras acumula piezas contra el enroque enemigo. Cuando Niemann abandona, con dos segundos y en situación desesperada, su rival tenía más de dos minutos. 2,5 a 0,5 en el marcador. La paliza es peor que la esperada por los partidarios de Magnus.
Partida 4: Niemann insiste en la apertura italiana, que le da una ventaja insignificante y la sensación de sentirse en casa. Carlsen aprieta poco a poco y se pone en modo máquina. «Este es el Magnus que ha desbloqueado Hans Niemann con sus declaraciones», dice el Divis en su retransmisión. 3,5 a 0,5.
Partida 5: Carlsen se pasa de frenada y, en posición algo superior, olvida un truco que lo lleva a recibir mate o perder material decisivo. Lo más sorprendente es que, mientras esto ocurre, con la partida todavía en marcha, Niemann empieza a hacer aspavientos y a quejarse de algo que ha visto en su pantalla, mientras gana la partida con la otra mano. Es su minuto de gloria, pero recuerda un poco a Kramnik en su duelo contra José Martínez. El ruso, por cierto, se ha convertido en el inesperado mentor del americano, después de que su relación empezara de mala manera. ¿Le habrá prevenido contra posibles fallos del reloj o de la plataforma? «Sabíamos a lo que veníamos», dice Miguel Santos. «No veníamos solo a un ‘match’ de ajedrez». 3,5 a 1,5.
Partida 6: Empieza con retraso por la polémica de la partida anterior. Magnus Carlsen se ríe mientras su rival no para de protestar. Parecen Borg y McEnroe, aunque el tenista sueco era más frío aún que el ajedrecista noruego. Por primera vez, Niemann consigue algo con blancas, pero luego ambos se apuran y en el bingo de los últimos segundos Carlsen demuestra la superioridad y la suerte de los campeones. 4,5 a 1,5.
Partida 7: Magnus, fallón, llega a un final en el que le toca sufrir, una oportunidad para Niemann de remontar, pero también un riesgo psicológico: si no es capaz de imponerse en esas posiciones, ¿cuándo espera ganar? En efecto, no consigue vencer e incluso está a punto de perder, pero después de la oportunidad desperdiciada en la primera partida y del tsunami que sufrió después, al menos empieza a sacar la cabeza del agua. O eso parece. 5-2.
Partida 8: Carlsen vuelve a demostrar por qué es el mejor del mundo. Su rival no hace una mala partida, pero el nórdico se defiende con calma y llega a un final de damas con peón de más. Para cualquier otro, tablas probables: él gana esos finales como quien se toma un helado. 6-2.
Partida 9: Niemann está primero valiente y luego imprudente. La línea es muy fina y el americano no domina los matices. En la jugada 24, sabe que tiene todas las papeletas para perder. «Magnus no está hoy para tonterías», dice Miguel Santos. 7-2 en el primer bloque de partidas.
El Divis recuerda una vieja frase de Carlsen: «No soy conocido por mi misericordia». Quiere aplastar a su rival y cerrarle la boca, si pudiera ser, para siempre. Recordemos que la frase favorita de Niemann, una de sus provocaciones tras derrotarlo en San Luis, es «El ajedrez ha hablado por sí mismo». Y tanto. Si lo de Firouzja fue una paliza, la segunda semifinal empezaba a parecer una película para mayores de 18 años.
Partidas 3+1
Partida 10: Partida clave para Hans Niemann, que gana con gran estilo y espíritu mucho más ofensivo. Como en el primer bloque, empieza golpeando, pero ahora no le tiembla el pulso. 7-3.
Partida 11: Puede que la parida más loca del encuentro, que acaba ganando Magnus después de un festival de errores mutuos en los apuros de tiempo. Los dos minutos de menos se notan mucho respecto a las primeras partidas. El noruego se dejó una pieza, pero encontró recursos para atacar y hacer caer a su enemigo. 8-3
Partida 12: Siguen los nervios y esta vez es Carlsen el que colapsa en los apuros de tiempo. Niemann vuelve a ponerse a cuatro puntos (8-4); va ganando 2-1 en el segundo bloque.
Partida 13: Magnus, descentrado, se deja un truco que le cuesta la calidad, pero cuando ya está casi resignado, el americano falla de manera estrepitosa. Hans se vuelve loco y, con solo cuatro segundos, no se conforma con la repetición. Su cara delata el dolor que sufre por dentro. 9-4
Partida 14: Con negras, Carlsen no está suficientemente atento para detectar un gazapo de su rival. Luego, ninguno de desmelena y, por una vez, los dos parecen buscar el empate final. 9,5-4,5
Partida 15: Después de un pequeño descanso en París, prosigue el duelo con nuevas partidas al ritmo de 3+1. Magnus se impone en su más puro estilo, apretando poco a poco a un Niemann que aguanta lo que puede, pero se vuelve a quedar con muy poco tiempo. 10,5 a 4,5
Partida 16: Juego de maniobras propio del ajedrez moderno, difícil de entender para quien no es gran maestro. Según las máquinas, los caballos de ambos son los responsables de los primeros errores, pero luego las otras piezas se unen a la fiesta. Con los relojes colgando del abismo, ambos llegan a estar perdidos. Hans encuentra petróleo en el momento crítico y Carlsen logra luego agarrarse al empate, pese a pasearse por el tablero con dama de menos durante unas cuantas jugadas. Hay un momento en que hasta le da la risa. 11-5
Partida 17: Una siciliana que también empieza divertida. Magnus se cuelga la calidad (torre por alfil) y su posición empieza a dar lástima, pero encuentra recursos insólitos que casi le permiten dar la vuelta a la partida. Carlsen encaja la derrota con otra sonrisa. 11-6 al final del bloque, que acaba 4 a 4 en el parcial. Empatarlo ha sido un pequeño triunfo para Niemann, aunque siga igual de lejos de la remontada.
Bloque de partidas 1+1
La última oportunidad de Niemann es el caos de las partidas bala. Cuando ha tenido que acelerar el ritmo, Carlsen se ha mostrado más errático de lo normal. La presión todavía le afecta y Hans se ha venido un poco arriba. Nunca nadie ha remontado cinco puntos en este tramo, pero nada es imposible.
Partida 18: Niemann, con blancas, consigue un ataque prometedor después de sacrificar una pieza, peor no logra rematar ante la frialdad de Magnus en su defensa. 12-6
Partida 19: Niemann vuelve a quejarse de algo en mitad de la partida. Incluso lo vemos temblando, muy alterado. Sorprende cómo es capaz de no irse del juego después. Vuelve a recordar a McEnroe. La posición huele a tablas y el olfato no engaña esta vez. 12,5 a 6,5 y quedan 23 minutos.
Partida 20: Otra liquidación veloz de efectivos, con el blanco algo mejor. A Carlsen es muy difícil ganarle un final, pero por suerte para Niemann, aún quedan suficientes piezas para complicarle la vida al noruego. Ya sin damas, el estadounidense consigue un final de torre contra caballo y tres peones por bando. Gana por tiempo y recorta. 12,5-7,5. Quedan menos de 20 minutos (en teoría).
Partida 21: Niemann sale bien de la apertura con negras, pero luego se equivoca de salida del Metro y acaba en la calle de la derrota. Victoria rapidísima de Carlsen. 13,5-7,5
Partida 22: El americano ataca como un loco y contra Magnus eso es mal negocio. Nueva derrota para Hans, que ha perdido la fe por completo. 14,5 a 7,5
Partida 23: El noruego también se queja de algo en el ordenador, aunque con menos gestos. Pese a todo, alcanza una posición santísima y arrasa en pocas jugadas ante un enemigo que se desmorona por momentos. 15,5-7,5
Partida 24: Niemann entra en barrena de forma definitiva. Si esto fuera un combate de boxeo, su rival debería arrojar la toalla. 16,5-7,5 y quedan 12 minutos de sufrimiento. «Magnus quiere hacer daño», dice Miguel Santos.
Remontada tardía de Niemann
Partida 25: Lo más reseñable con las caras de dolor de Hans Niemann. El ajedrez está hablando por sí mismo y no es a su favor, precisamente. 17,5-7,5. Lo que ocurre a partir de ahora es sorprendente.
Partida 26: Niemann tira de orgullo y se deja la piel en busca de una victoria más. Muy buena partida del estadounidense. 17,5-8,5
Partida 27: Carlsen se tiene que enrocar a pedales, en una maniobra extraña, y se va quedando cada vez peor. La operación maquillaje está saliendo bien. 17,5-9,5
Partida 28: Vista y no vista la tercera victoria seguida de Niemann, por otro error ratonero de Carlsen. Pierde en 12 segundos. 17,5-10,5
Partida 29: A Carlsen vuelve a fallarle algo y se queda quieto, sin mover. La partida se suspende. «Esto ya lo he vivido yo, Miguelito», comenta El Divis, que aún debe soñar con Kramnik en las noches de calor. El ruso, que ya ha estado tuiteando sobre los «trucos habituales de Chess.com», se estará riendo por lo ocurrido. También lanza alguna insinuación sobre Nakamura.
El número uno, ya visiblemente cansado, solo espera que los tres minutos de duelo que les quedan pasen lo antes posible. El encuentro está ganado, pero al final no ha sido el paseo militar que él quería. Ambos grandes maestros tienen motivos para no estar felices del todo.
Después de algunos ajustes técnicos, con los dos jugadores deseando irse a la cama, la partida empieza de nuevo, pero el sistema vuelve a fallar. «Esto que está pasando es verdad?», se pregunta Santos. La partida acaba ganándola Niemann. 17,5-11,5
Partida 30: La última partida es otro desastre para Carlsen, que por su aspecto parece quien va perdiendo el duelo. El noruego tiene incluso una oportunidad de ganar cuando estaba tieso, pero ya casi todo le daba igual. Marcador final: 17,5-12,5.
Es una pena el anticlímax del desenlace, pero pese a sus cinco derrotas finales, la victoria del noruego ha sido inapelable. La final del Speed Chess se resolverá en el duelo Carlsen-Firouzja.
Antes de marcharte, te quiero pedir un favor