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Caruana: «Alguien del top 10 ha hecho trampas alguna vez»

Fabiano Caruana, fotografiado por Anna Shtourman

Fabiano Caruana, fotografiado por Anna Shtourman

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El número 2 del mundo confiesa a Ilya Levitov su pesimismo y desvela que hizo un experimento con resultados sorprendentes, cuando creó una cuenta anónima en Chess.com y pasó de cero a 3100 puntos Elo

Antes de confirmar qué dramas vivimos este martes, es interesante reseñar la conversación que mantuvo Fabiano Caruana con Ilya Levitov en el canal en YouTube del segundo. La última vez que el ruso apareció en Damas y Reyes fue cuando entrevistó a un tramposo confeso, que habló con la cara tapada y la lengua suelta.

Caruana, como es natural, tampoco elude el asunto de las trampas, aunque él mismo afirma que no es de lo que le gustaría hablar. El problema también le preocupa mucho, hasta el punto de creer que «alguien del top 10 ha hecho trampas algunas vez». «Apostaría mucho por eso», añade el gran maestro italoamericano, que en unos días disputará en Toronto el torneo de Candidatos, donde es uno de los favoritos.



En los primeros minutos y varias veces después, Caruana confiesa que se siente identificado con Vladimir Kramnik, no tanto en sus métodos como en sus conclusiones, dentro de la cruzada contra las trampas que mantiene el excamopeón del mundo. También se compara con él por sus dificultades a la hora de retransmitir y comentar en directo sus partidas. «Yo tampoco disfruto mucho el ‘streaming’. Definitivamente, es una habilidad hablar durante la partida. Muchos jugadores ni siquiera explican sus movimientos. Solo dicen cosas que son entretenidas para los espectadores y luego están jugando, pero incluso eso requiere una habilidad».

Lo que sí hace Fabiano es tener su propio podcast, campo en el que se parece más a Leinier Domínguez que a Hikaru Nakamura, más afín al grupo de los ajedrecistas ‘streamers’. Seguirlos a todos requiere casi un horario laboral, pero cuando hay un contenido tan interesante como el de esta entrevista, merece la pena hacer el esfuerzo para resumir lo esencial. «Disfruto hablando de ajedrez», confirma Caruana «Amo el juego, no solo practicarlo, sino también estudiarlo y hablar de él, pensar en ajedrez y compartir mis pensamientos. No soy un profesor ni nada por el estilo. No sé si sería bueno en eso, pero disfruto dando algunos de mis conocimientos a otras personas y hablando sobre ajedrez en general».

Los mejores jugadores de la historia, según Caruana

Un tema recurrente y un debate inagotable cuando se habla de ajedrez es tratar de establecer quiénes han sido los mejores jugadores de la historia. Caruana se moja: «Los tres primeros generalmente no se discuten demasiado: Garry, Magnus y Bobby suelen ser los tres primeros y Anatoly el cuatro. Y para mí, Vishy fácilmente podría considerarse el quinto». Seguro que los lectores saben a quiénes se refiere sin decir los apellidos.

Fabiano Caruana, en el torneo de Candidatos de Madrid, en 2022, en una imagen cargada de significado. Foto: Stev Bonhage / FIDE

El número dos del mundo en la actualidad, el único con Carlsen por encima de los 2800 puntos Elo, admite que el dominio de Fischer durante algunos años fue el más aplastante que se recuerda, pero al mismo tiempo relativiza esa superioridad: «Cuando Garry ganaba todos los torneos, no podía anular por completo a sus oponentes de la forma en que lo hizo Fischer, pero creo que también fue porque tuvo suerte. A principios de los 70, básicamente solo había un jugador que podía luchar contra él, Petrosian, y ya estaba bajando, como todos los de la generación anterior, mientras que la siguiente aún estaba subiendo. Estaban Korchnoi y Karpov, pero hubo una brecha durante tres cuatro o años».

La conversación llega a Magnus Carlsen, que a juicio de Caruana será «tremendamente fuerte durante mucho tiempo si realmente sigue queriendo jugar». El gran maestro de 31 años analiza también a la nueva hornada de jugadores, entre los que destacan Alireza Firouzja y Nodirbek Abdusattorov. En su opinión, el trabajo con los ordenadores ha condicionado mucho su juego, algo que los distingue de la generación que todavía intentaba batir a los módulos, hasta que se comprobó que luchar contra las máquinas y sus opiniones «es una tontería».

Ese exceso de preparación es algo agotador, hasta el punto de que Caruana entiende bien la renuncia de Carlsen a luchar por el título mundial. «No hay mucho espacio para la creatividad», explica, aunque «el ajedrez es un juego inmenso» y no es fácil recordar toda esa preparación, por lo que «cada partida es una gran pelea».

¿Hay que cambiar el ajedrez clásico?

En este punto, Caruana se apunta al carro de los que quieren controles de tiempo algo más ligeros. También se anticipa al anuncio del Grand Slam de Freestyle Chess, cuando añade: «Tal vez todos se sientan frustrados porque jugaremos al ajedrez aleatorio de Fischer, que creo que también tiene un lugar. Todavía es ajedrez por completo, pero no puedes prepararte. Básicamente es eso. No tiene muchas desventajas. (…). Tampoco creo que tengamos que eliminar por completo el ajedrez normal, pero creo que tiene un lugar en el mundo y no estamos destruyendo la integridad del juego. El mejor jugador del mundo en ajedrez normal seguirá siendo el mejor en Fisher Random».

Crisis personal

Ahora mismo Caruana está por encima de los 2800 puntos Elo, pero no hace tanto pasó momentos difícil. «En 2018-19 yo estaba jugando a un nivel bastante bueno. Luego, cuando empezó el Covid, mi motivación cayó a cero. Simplemente, no podía soportar mirar ajedrez».

La crisis le duró hasta 2022, incluido el torneo de Candidatos de Madrid, cuando trabajaba con Vladimir Chuchelov. Cuando el belga dio positivo por Covid, Fabiano se quedó solo. Además, tuvo que soportar que le hicieran pruebas «dos veces al día». «Me sentí como una especie de conejillo de indias». A principios de 2024, sin embargo, recuperó su motivación y «las cosas mejoraron un poco». «Empecé a trabajar más, a disfrutar jugando y trabajando. Sentirme bien y disfrutar el proceso es lo más importante».

Ilya Levitov y Fabiano Caruana, durante su entrevista

¿Todavía tiene la motivación para intentar conquistar el Campeonato del Mundo? «Sí, aunque mi motivación es más interna. Simplemente trato de poner el máximo esfuerzo para hacerlo lo mejor posible. No siempre está conectada con objetivos concretos. Pero definitivamente, si tuviera que mencionar un objetivo, sería por supuesto el Campeonato del Mundo».

En este sentido, Caruana confiesa algo interesante que ocurrió cuando comentaba el último Mundial, entre Ding Liren y Nepomniachtchi. «Tuve algunos pensamientos que no compartí, por supuesto, pero fueron como pensar: por supuesto que estos dos muchachos son grandes jugadores, pero ¿por qué no estoy allí? También fue interesante porque me metí mucho en las partidas, cuando normalmente veo los torneos más por encima. sin sumergirme en el proceso de los jugadores».

«Algo no funciona en el sistema»

Otro aspecto en el que Caruana no se esconde es a la hora de criticar el actual formato e incluso en valorar a Ding Liren como campeón: ¿Es el mejor jugador del mundo? «Obviamente no». «Algo en el sistema no está determinando al mejor jugador», añade. Más de una vez matiza: «No quiero criticar». En realidad, no quiere ser duro ni injusto, pero sí son críticas al modelo actual.

Fabiano Caruana, en San Luis, fotografiado por Lennart Ootes

La solución no es fácil, pero «en un mundo ideal» Caruana organizaría diez torneos al año con los premios y la motivación suficientes para que los mejores los jugaran todos. «Principalmente sería ajedrez clásico, pero también incorporaría ajedrez rápido y algo de blitz», explica. «Podría ser un verdadero impulso para el ajedrez, para encontrar a alguien que pueda invertir dinero adicional, porque no tenemos nada nuevo en ajedrez».

Las trampas y la cuenta anónima de Caruana

A la hora de hablar sobre el problema más grave que tiene el ajedrez actual, Levitov y Caruana se enfrascan en una larga conversación, de la que se extraen solo las principales ideas:

«El ajedrez en línea es ajedrez, pero no todo el mundo juega ajedrez», afirma como punto de partida, antes de contar una anécdota muy instructiva:

«A veces tengo un mal presentimiento y no estoy seguro de si es correcto o no, ya que siempre dudo de mí mismo en algún momento, pero luego me doy cuenta de que probablemente jugaba como un tramposo. No sé si me puedo fiar de mi intuición al cien por cien, pero en algún momento creé una nueva cuenta en Chess.com y pasé de cero a 3100 puntos Elo. Así que ahora solo tengo una cuenta anónima».

Para no despertar las alarmas del sistema, Caruana avisó a los administradores en privado: «Les dije que era yo, que simplemente había pasado de cero a 3100. Al pasar por los tramos, la mayoría de los tramposos fueron expulsados y me iban reembolsando puntos, sobre todo alrededor del nivel de 1800. Ahí encontré a la mayor cantidad de tramposos, diría que uno de cada cuatro fueron expulsados. Pensaba que en ese nivel nunca hacían trampas. Finalmente, logré aumentar mi Elo y dejé de jugar en la cuenta, pero fue un experimento interesante».

«Cosas raras»

Sobre los grandes maestros, Caruana también tiene sus sospechas, pese a que no jugaba torneos con premios en metálico, ni siquiera los Titled Tuesday. «Tenía algunos presentimientos, pero no sé si eran válidos o no. Tampoco quiero entrar en una discusión completa sobre estadísticas, porque podríamos hablar de números todo el día. Pero definitivamente, cuando hablamos de eventos con premios, suceden cosas raras y es muy evidente al observar quiénes son los jugadores más exitosos».

En los torneos de los martes en Chess.com, Fabiano estima que lo normal es encontrarse con dos tramposos como mínimo, a menos que tenga mucha suerte y los evite. «Sabes que hay tramposos y que te pueden estropear el estado de ánimo o simplemente quitarte el dinero. No hablamos de millones de dólares, pero aún así hieren tus sentimientos. A algunos jugadores les ponemos nombre: hacen trampas y todavía jugamos contra ellos».

Caruana contra Kramnik, fotografiado por Nick-Dunaevsky. El americano coincide en algunas cosas con las tesis del ruso

Sobre Vladimir Kramnik, el americano piensa que «podría tener la razón en su conclusión, pero sus análisis podría estar completamente equivocados». «En realidad, creo que esto es muy probable, porque confía demsiado en las puntuaciones de precisión de Chess.com. Hablé sobre esto con él, porque no creo que esa métrica sea útil. Es una herramienta, pero no sirve para extraer conclusiones, aunque en la abundancia de tramposos pensamos lo mismo».

El problema de fondo le parece irresoluble, ahora mismo: «Entiendo que es muy fácil hacer trampas si tienes suficiente cerebro y calidad como para entender lo que sucede en el tablero. Es casi imposible atraparlos en internet. Una cámara no es suficiente. No hay nadie para verificar si llevan algunos dispositivos. Podrían llevarlo en el bolsillo, incluso delante de las cámaras o podría tener información en un punto ciego de la habitación».

Sanciones adecuadas

¿Cuál sería el castigo adecuado? «La prohibición de por vida es demasiado fuerte, pero una cosa que les sugerí fue una prohibición de por vida hasta que devuelvan el dinero. Tampoco puedes hacer una prohibición anónima en torneos con premios y si confiesas puedes volver a jugar en el sitio. Nadie se entera y además no tienen que devolver el dinero. Eso no creo que sea un castigo real».

Fabiano lo compara con lo que ocurre en el fútbol americano con el dopaje: «No les importa el juego limpio. Es una especie de preocupación y preferirían que no hubiera trampas, pero lo que realmente quieren es que el espectáculo continúe, para que el dinero siga llegando, porque por supuesto es un negocio».

En ajedrez, concluye Caruana, «necesitamos encontrar una manera de lidiar con eso». «Tienen que hacer mucho más de lo que están haciendo ahora y tienen que ser más estrictos con los castigos, con las cámaras, con los auriculares… con todo». De otro modo, «ambas partes acaban haciendo trampas y esto se convierte en el ajedrez avanzado y en una especie de burla al juego. Ahora mismo, si realmente piensas que todos están haciendo trampas y te molesta hasta el punto de no poder jugar normalmente, no deberías jugar o deberías aceptar que jugarás contra tramposos y que perderás con ellos. Solo existen esas dos opciones».

La fotografía de arriba es de Anna Shtourman


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