Humpy Koneru y Volodar Murzin, campeones del mundo de rápidas. Fotos: Michal Walusza / Lennart Ootes / FDIE

Humpy Koneru y Volodar Murzin, campeones del mundo de rápidas

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Faustino Oro completa un torneo fabuloso y los rusos copan el podio absoluto, con Grischuk y Nepo a medio punto del ganador

El Mundial de Rápidas se resolvió ayer con el fantasma de Magnus Carlsen revoloteando en la sala de juego, en Wall Street. La india Humpy Koneru ganó el título femenino por segunda vez, tras su triunfo en 2019. En el torneo absoluto, el oro fue para el ruso Volodar Murzin, de solo 18 años. En 2024 hemos vivido una renovación que no terminaba de llegar, tras la victoria de Gukesh en el Mundial clásico. Lo ocurrido con el número uno del mundo solo acrecienta esta sensación. El torneo también fue un triunfo del ajedrez ruso, ya que el podio absoluto lo completaron Alexander Grischuk y Nepomniachtchi. Muchos creen que no deberían permitirles jugar, pero esa es otra guerra.


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El escándalo del abandono del número uno mundial por la pelea de los vaqueros siguió en boca de casi todos. Otro ruso, Arkady Dvorkovich, presidente de la FIDE, hizo sus primeras declaraciones sobre la polémica. Se mostró optimista, algo que se agradece, pero en un grado tan alto que cabría considerarlo ingenuo. El directivo calificó lo ocurrido como «pequeña crisis» y afirmó que creía que Magnus volverá a jugar torneos organizados por la Federación Internacional.

Reacciones al cisma

Ya hemos hablado suficiente sobre el asunto, pero antes de relatar qué ocurrió en el Mundial, recordemos unas pocas declaraciones destacadas:

Una de las numerosas bromas que ha causado el 'jeansgate'
Una de las numerosas bromas que ha causado el ‘jeansgate’. Me encantaría saber quién es el creador

Hikaru Nakamura: «Realmente no se trata de los vaqueros o la vestimenta, es un problema mucho más grande que guarda relación con el Freestyle Chess. Creo que habría sucedido de una manera u otra».

Anna Cramling: «Si la FIDE quiere ser estricta en la aplicación de las reglas, esto debe aplicarse a cualquier violación, no solo al código de vestimenta. Al crecer en los torneos de ajedrez, he visto cosas mucho peores que quedaban impunes».

Jan Timman: «La FIDE introdujo el código de vestimenta en las partidas de candidatos en St. John, en 1988. Valery Salov, mi oponente, llevaba vaqueros y zapatillas de deporte, lo que iba en contra de las reglas. Cuando se le preguntó sobre esto, el organizador dijo: «Le quedan muy bien». No estaban interesados en hacer cumplir las reglas en ese momento».

Volodar Murzin, campeón del mundo

El título masculino se lo llevó Volodar Murzin, protagonista absoluto de la recta final. El ruso llegó a la última ronda en cabeza y, con las tablas rápidas entre Leinier Domínguez y Alexander Grischuk, le valían las tablas para proclamarse campeón. Enfrente tenía a Karen Grigoryan, un armenio que vive en España y que solo tiene 29 años, pero que podría pasar por su padre.

La partida fue durísima, con el más veterano dispuesto a meter toda la presión posible, aunque en la ronda anterior fue Murzin quien ‘engañó’ a Praggnanandhaa. El indio tuvo la partida ganada, un punto que le habría dado opciones de emular a su compatriota Gukesh y ganar otro campeonato del mundo, en su caso con 19 años. Pero Pragg se colgó una combinación que lo seguirá atormentando y Murzin no perdonó.

Contra Grigoryan, Murzin demostró que es humano. La posición estaba igualada, pero lo vimos agarrotado, apurándose de tiempo y cada vez más nervioso. El título dependía de su capacidad para resistir tanta tensión. Lo consiguió y se llevó el título, demostrando que esta generación de ajedrecistas puede presumir de tener una sangre fría fuera de lo normal.

Faustino Oro, en el Mundial de Rápidas. Foto. Lennart Ootes / FIDE
Faustino Oro, en el Mundial de Rápidas. Foto. Lennart Ootes / FIDE

Antes de hablar de los españoles, hay que destacar el grandísimo torneo que firmó Faustino Oro. Recordemos que el argentino de 11 años llegó a Nueva York y perdió las tres primeras partidas. La presión que sufre este muchacho también es tremenda y cualquier otro habría entrado en barrena en su lugar, pero el MI más joven de la historia se reactivó. A partir de la cuarta partida, empezó a puntuar contra una sucesión de grandes maestros. Ganó a cuatro de ellos y empató con otros tres. Fausti levantó partidas increíbles y demostró que en ritmos rápidos nunca se le puede dar por muerto. Su resultado final, con 6,5 puntos, es espectacular.

David Antón terminó con 8 puntos. Después de empezar perdiendo las dos primeras jornadas, en la tercera se abonó a las tablas, para no sufrir tantos sobresaltos, y remató la faena con una buena victoria final contra Andrei Volokitin que confirma lo bien que termina los torneos de este tipo.

Alan Pichot hizo 7,5 puntos, que tampoco están mal. Fue el mejor de los nuestros en la primera mitad del torneo, pero en la segunda se desinfló un poco. Después de sus tablas con Mamedyarov, solo logró puntos más en las últimas seis partidas.

José Carlos Ibarra terminó con 6,5 puntos y el mal sabor de una derrota como despedida. No fue un torneo desastroso, ni mucho menos, pero estuvo por debajo de su nivel. Ojalá en el torneo de blitz demuestre por qué lo llaman Rey Atraco, apelativo que en Nueva York solo se ganó en una partida de la segunda jornada.

Leinier Domínguez fue el mejor de los hispanohablantes. Foto: Michal Walusza / FIDE
Leinier Domínguez fue el mejor de los hispanohablantes. Foto: Michal Walusza / FIDE

Si tenemos que destacar a alguien entre los ajedrecistas de habla hispana es a Leinier Domínguez. El estadounidense nacido en Cuba acabó invicto, en cuarta posición, como comandante de un grupo en el que también estaban Erigaisi, Sindarov, Firouzja, Dubov y Grigoryan. Cada uno vivió su propio drama, sobre todo cuando se jugaban las últimas opciones, pero todos ellos hicieron un gran torneo.

Así quedó la clasificación final:

Clasificación del Mundial de Rápidas. Torneo absoluto
Clasificación del Mundial de Rápidas. Torneo absoluto. Fuente: FIDE

La venganza de los presuntos tramposos

Entre las decepciones, Fabiano Caruana no estuvo a su altura, al igual que Hikaru Nakamura, derrotado en la última ronda por Hans Niemann, que esprintó con enorme acierto. Daniel Naroditsky, que llegó a ir líder, solo logró medio punto en las tres rondas finales. Es curioso que Nakamura cayera ante dos jugadores acusados de hacer trampas en Chess.com: Brandon Jacobson, que se permitió el lujo de jugarle a4 de primer movimiento, y el citado Niemann.

Humpy Koneru, campeona del mundo de ajedrez rápido. Foto: Michal Walusza / FIDE
Humpy Koneru, campeona del mundo de ajedrez rápido. Foto: Michal Walusza / FIDE

Humpy Koneru, campeona del mundo

Humpy Koneru, de 37 años, es gran maestra absoluta desde que tiene 15 años y un mes, título con el que superó en precocidad a Judit Polgar, aunque luego Hou Yifan rebajó en más de medio año la plusmarca. También fue campeona del mundo juvenil en 2001. Su victoria no sorprende a casi nadie, por tanto, aunque en Nueva York perdió la primera ronda. Luego, logró 8,5 puntos en las diez partidas restantes, suficientes para acabar en primer lugar. Segunda fue la campeona mundial, Ju Wenjun, y tercera, la rusa Kateryna Lagno.

En la clasificación final femenina, destaca el papel de la uzbeka Afruza Khamdamova, que empató con la segunda clasificada pese a tener un Elo de menos de 2200 puntos. Ganó más de 200.

Clasificación final del Mundial de Rápidas femenino. Fuente: FIDE
Clasificación final del Mundial de Rápidas femenino. Fuente: FIDE

Las españolas no estuvieron bien, después de su demostración en la Olimpiada. Sara Khadem logró seis puntos, justo por encima del 50%. Perdió tres partidas contra tres jugadoras que no son mejores que ella.

Marta García, en su partida contra Alicja Sliwicka. Foto: Michal Walusza / FIDE
Marta García (segunda por la izquierda), en su partida contra la polaca Alicja Sliwicka, que se llevó la victoria. Foto: Michal Walusza / FIDE

Marta García se quedó a medio punto, justo en la mitad. La trayectoria de esta última fue un tanto maximalista: solo firmó unas tablas en once rondas. Al menos, se despidió con dos victorias después de una racha negativa de tres partidas, para mejorar un poco las sensaciones antes del Mundial de partidas relámpago.


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