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El gran maestro estadounidense fue castigado por Chess.com cuando estaba destrozando a Daniel Naroditsky con una provocadora apertura, una y otra vez, en partidas de tres minutos
¿Estamos ante el nuevo caso Niemann? Brandon Jacobson no ha ganado a Magnus Carlsen en un torneo oficial importante, pero el modo en que destrozó al GM Daniel Naroditsky con una apertura que parecía una broma es probablemente más difícil. Empecemos por el principio de esta historia de misterio.
Hace unos días, Chess.com expulsó a un ajedrecista que, bajo el nombre de Viih_Sou, le estaba dando un repaso tremendo a Naroditsky en partidas de 3 minutos sin incremento. Lo más llamativo de la paliza es que el primer jugador, que jugaba con bandera brasileña, usaba de forma sistemática la misma ‘apertura’, una burla que solo se puede permitir alguien muy superior a su rival. Con blancas y con negras, el misterioso portento empezaba siempre avanzando dos casillas el peón de la columna a. Luego, llevaba su torre a la tercera fila, donde su rival la capturaba con el alfil. Se supone que la partida estaba ya decidida o muy cuesta arriba, pero Viih_Sou se las arreglaba para ganarla una y otra vez, con jugadas increíbles.
¿Era Carlsen jugando con una cuenta falsa? ¿Se trataba de Nakamura o de algún prodigio indio? ¿Era alguien haciendo trampas con ayuda de una máquina? Más opciones no parecía haber, dado que Naroditsky es uno de los mejores del mundo a esos ritmos de juego.
Levy Rozman analiza en su canal algunas de las partidas que jugaron ambos y se hace la misma pregunta, pero el divulgador americano no se deja llevar por las apariencias. Después de ver algunos errores que comete el misterioso Viih_Sou, empieza a pensar que puede ser un jugador real y no tan conocido. Mueve demasiado rápido para estar haciendo trampas y a menudo deja escapar las mejores jugadas. Incluso vuelve a estar perdido alguna vez. Es muy fuerte, pero… De hecho, la última partida que juegan Vii_Sou y Naroditsky, todas ellas de madrugada, acaba con la victoria de este último. Justo entonces, intervienen los mecanismos de seguridad de Chess.com, con la expulsión del primero.
Giro de guion: aparece Jacobson
En esos momentos, parecía un caso más de tramposo atrapado, de los que se producen todos los días. Seguramente, Daniel Naroditsky pensó eso aliviado, porque es muy duro que te machaquen así con calidad de menos desde la jugada dos. Pero como en una serie de intriga, el primer capítulo terminaba con el preceptivo giro de guion: horas después, el gran maestro Brandon Jacobson contaba el caso en Reddit y explicaba que el presunto tramposo era él, solo que no hizo nada irregular.
En sus explicaciones, Jacobson escribe casi una novela. Empieza contando que empezó a jugar a los 5 años y que su talento es asombroso, pero que siempre ha sido un vago. Perdonad si resumo demasiado su relato, que se puede leer entero en el enlace anterior, justo antes de la foto. El jugador fue elegido de pequeño para ir a un campamento del MI Greg Shahade y después fue invitado al programa de la Fundación de Ajedrez Kasparov. El ruso se dio cuenta de su «increíble comprensión del ajedrez», pero también de su «actitud despreocupada». Jacobson asegura que Kasparov habló incluso con su madre, preocupado porque un talento tan inmenso se fuera por el sumidero de la pereza.
«En forma, soy imparable»
Jacobson se echa flores al mejor estilo Niemann: «Soy imparable cuando estoy en forma», dice, antes de explicar que no ha llegado más lejos, pese a que es gran maestro desde los 16, por su falta de trabajo y expectativas. Eso sí, en las partidas más rápidas es una máquina, porque puede hacer uso de su fabulosa intuición. Hasta que el año pasado decidió tomarse por fin el ajedrez en serio y, con su cuenta oficial, superó los 3100 puntos en Chess.com.
Luego, jugó el Sunway Sitges, donde hizo 8 puntos en diez partidas, con victoria incluida contra el joven prodigio Volodar Murzin en un desempate de rápidas. Jacobson desvela que entrena con el GM Andrew Hong, quien un día le mostró sus análisis, medio en broma, sobre la línea 1 a4 2 Ra3 (y 1a5 2 Ra6 para negro). «Mi respuesta inmediata fue la de cualquier persona cuerda», cuenta Jacobson. Pero Andrew insistió y retó a su amigo a refutar la línea. «No solo no pude, sino que estaba luchando por sobrevivir contra él, una y otra y otra vez. No podía creer lo que veía».
Hong probó la idea con una cuenta anónima y Jacobson se animó a hacer lo mismo, con otra que ya tenía. «¿Era un arma realmente brillante, aunque nadie pudiera tomarla en serio?». «Después de algunas partidas de calentamiento, decidí poner también a prueba mi suerte. Con cero expectativas, en completo shock, pronto me di cuenta de lo increíble que era esta arma (…). ¿Cómo podía estar aplastando a la gente con unas probabilidades tan ridículas?».
Cuando en su camino se cruzó con Naroditsky, se enzarzaron en una batalla épica que duró unas 70 partidas, en las que sorprendentemente estaba «puliendo» a su conocido rival. Un ejemplo fue esta partida:
Jacobson cree que iba ganando 40-29 o algo parecido, justo cuando se produjo el segundo giro de guion: «No podía creer lo que vi a continuación. De repente, el servidor me obligó a abandonar en plena apertura y me echó de la sala de ajedrez. ¿Era algún tipo de fallo? No estaba seguro de lo que había sucedido (…). Envié un correo electrónico al soporte técnico y pregunté qué había pasado. Recibí una respuesta al día siguiente, afirmando que me vetaron por una violación de juego limpio con absolutamente cero explicaciones». «La confusión se convirtió en ansiedad y esta se convirtió en ira. Rápidamente presenté una apelación, a la que todavía no he obtenido una respuesta».
En este sentido, anoche un alto responsable de la plataforma respondió de forma rápida y diligente tras ser preguntado por Damas y Reyes, pero para decir que daría una respuesta definitiva después de discutirlo de forma interna. Como es natural, en Chess.com tendrán que revisar las partidas con más detenimiento antes de dar un veredicto definitivo. Recordemos también que, en su día, Alireza Firouzja también fue expulsado cuando era muy joven, porque no podían creer que un chico de su edad jugara a tan alto nivel. Lo malo de los sistemas de detección de trampas es que se basan en lo que esperan de cada jugador. Si yo empiezo jugar mañana al nivel de Carlsen, simplemente no se lo creen y me expulsan, aunque no tengan mayores pruebas de mi supuesto delito.
Por otro lado, algunos de los argumentos de Jacobson tampoco son irrefutables ni prueban su inocencia. Cuando habla de «lo baja que era la calidad de las partidas» y las alternativas que esos errores propiciaban, no puede descartar la posibilidad de que hiciera trampas, pero no todo el tiempo, o que él mismo no hiciera siempre las mejores jugadas para evitar sospechas. Es un asunto muy delicado y el problema es que no es posible probar ahora mismo que alguien haga trampas solo con métodos estadísticos.
Acumulación de casos
La prueba viviente es Vladimir Kramnik, que sigue buscándose enemigos con su método de abordar el asunto, no tan distinto del de Chess.com, que luego critica. Su última ‘víctima’ ha sido Nihal Sarin, de quien no termina de creerse sus resultados. Volveremos sobre este caso más adelante.
Jacobson, que tampoco necesita abuelas para recibir elogios, asegura que en un duelo contra Gukesh, reciente ganador del Candidatos, no tendría posibilidades en una partida clásica, pero que al ritmo de 3+0 él se vería favorito. Para terminar de probar sus tesis, y lo peligrosa que es la apertura con el sacrificio de torre en a3, el ‘nuevo Niemann’ publica el enlace a otra partida de su amigo Hong, que derrota nada menos que a Hikaru Nakamura con la misma apertura. «¿Se supone que también estaba haciendo trampas?», se pregunta.
Jacobson pone el ejemplo de José Martínez, que se enfrentará contra Kramnik en un duelo en Madrid, y pide perdón por parecer arrogante, pero deja claro que no estamos enfocando bien el problema de las trampas en el ajedrez. Su discurso, de hecho, se parece al del gran maestro nacido en Perú: «Estoy cansado de todo, estoy cansado de que me consideren culpable hasta que demuestre que soy inocente. Estoy cansado de estar ansioso cada vez que juego bien y la gente empiece a acosarme también. Y, desafortunadamente, no creo que ninguno de nosotros sepa cuál es el verdadero alcance del problema de las trampas en el ajedrez. Ni siquiera veo una gran solución a esto. Odio a los tramposos tanto como a todos los demás y creo que arruinan la integridad del juego para la gente que trabaja duro».
En la imagen de arriba, Brandon Jacobson en el Sunway Festival de Sitges, donde hizo un gran papel. Foto: David Llada