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El campeón del mundo paga muy cara su inseguridad, que lo lleva a jugar demasiado lento. Gukesh ganó la tercera partida e igualó el marcador: 1,5 a 1,5
El Mundial de Ajedrez vuela. Unas tablas en tres partidas es un resultado excelente. Por suerte, además, las dos victorias se han repartido (y los 200.000 dólares que les dan por cada una de ellas), por lo que el duelo está muy lejos de decidirse. Lo que sí sabemos ya son las fortalezas y debilidades de cada uno de los candidatos al título.
Ding Liren está jugando un ajedrez exquisito, mejor del que se esperaba. Con negras está sufriendo la excelente preparación del aspirante, pero es capaz de resolver sobre el tablero los problemas preparados en el laboratorio indio. Por desgracia para él, eso le cuesta «océanos de tiempo», como decía David Howell. El gran maestro chino encadenó varias ‘pensadas’ de veinte o treinta minutos, un lujo que el formato actual del campeonato no permite. El ritmo de juego se ha acelerado un poco respecto a anteriores citas y no hay incremento hasta la jugada 40.
El resultado fue que perdió por tiempo. En realidad, su posición ya era desesperada cuando agotó sus minutos, pero eso era así justo porque volvió a pensar la apertura como si estuviéran jugando por correspondencia. Todos los comentaristas lo dijeron durante la partida. Susan Polgar sentenció: «Ding no ha sobrevivido al reloj ni al tablero. Completamente autoinfligido». La gran maestra nacida en Budapest destacó asimismo la calma de Gukesh y el «colapso mental» de su rival.
Veamos cómo fue la partida:
Los problemas empezaron mucho antes, sin embargo. Ya en la primera jugada Polgar hizo notar que Ding había pensado demasiado tiempo la respuesta a la primera jugada de Gukesh, que sin duda lo sorprendió. «No es buena señal cuando un jugador en un Campeonato del Mundo, sin incremento hasta la jugada 41, gasta bastante tiempo en responder a 1 d4. Eso da al rival auatoconfianza. Cada minuto y cada segundo cuentan. Ding es mucho mejor que esto y espero que pueda recomponerse».
Pese a todo, el campeón del mundo exhibe momentos de brillantez incontestable. En la retransmisión en español a través de Chess.com y Chess24, Miguel Santos destacó su habilidad para resolver los problemas que él mismo se había buscado cuando llevo su alfil a c2, casilla en la que estuvo cerca de ser cazado. Supo escapar, en efecto, pero gastando tanto tiempo que al final cometió otros errores (ese Th5), en busca de otro peón indigesto. Eso lo llevó poco después a tener que sacrificar una pieza por dos peones.
El final era realmente complejo, pero ahí Gukesh demostró que tiene madera de campeón. Cuando a Ding se le cayó la bandera (aunque los relojes ya no tienen bandera ni nada parecido), el indio estaba a punto de culminar su victoria con un bonito sacrificio de alfil.
Mañana será jornada de descanso. Veremos cómo la aprovechan los dos jugadores.
Antes de marcharte, te quiero pedir un favor