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La selección española femenina vence y se coloca entre las diez primeras, a falta de dos partidas en Budapest. La masculina no pudo con Turquía
Vladimir Kramnik no participa en la Olimpiada de Budapest como jugador, pero es el capitán de Uzbekistán. Y se nota. Jóvenes y sobradamente preparados, peligrosos y con nada que perder, los uzbekos eran uno de los contados equipos capaces de frenar al temible equipo indio. Lo lograron, al menos parcialmente, con cuatro tablas que no reflejan el drama que se vivió en algunos de los tableros. Se puede decir que su preparación en las aperturas fue crucial. Un punto a favor del ruso, quien por otro lado presentó una queja —que se abstengan los chistosos— por la presencia de teléfonos móviles en la sala de juego.
ChessBase India explicó enseguida que los teléfonos eran suyos y que los usan para grabar las partidas en vídeo, con permiso de la FIDE. Alegan que estaban en modo avión y que son colocados en sus trípodes, a la vista de todo el mundo. Sin embargo, al menos uno de ellos, el que grababa la partida entre Gukesh y Nodirbek Abdusattorov, fue retirado durante varios minutos. Kramnik le dijo a Mike Klein, de Chess.com, que no dijo nunca que fueran utilizados con fines ilícitos, pero reclamó porque incumplen las normas de la FIDE y su mera presencia está prohibida. ¿Qué opináis al respecto?
Dicho esto, Carlos Matamoros, que de esto sabe mucho, fue el primero en anunciar muy pronto que el duelo no sería fácil: «En este ‘match’, India no pasa del empate». No era un augurio sencillo sobre un equipo que se paseaba por Hungría como una apisonadora. El primer tablero uzbeko, Abdusattorov, lleva ahora 8 puntos en 9 partidas, una brutalidad que supera los logros del título mundial, con ‘solo’ 7 de 8.
Derrota de Carlsen
Fue una jornada plagada de noticias. Justo el día que había sido elegido como mejor jugador de la historia, Magnus Carlsen cometió varios errores serios y se quedó perdido contra Vladimir Fedoseev, primer espada del equipo esloveno. El noruego, incómodo y apurado de tiempo, llegó a dejarse una combinación de mate en el centro el tablero, aunque su rival no vio (era complicado). De forma casi milagrosa, el jugador nacido en Rusia tuvo una segunda oportunidad. No siempre es verdad lo que dicen de perdonar a según qué monstruos.
No todos los días se ve perder a Magnus, menos aún con blancas:
Las españolas optan a medalla
Antes de seguir con el resto de noticias, contemos la nueva victoria de la selección española femenina, que superó con contundencia a Países Bajos. Ganaron Sara Khadem, Sabrina Vega y Ana Matnadze, mientras que Marta García hizo tablas en el segundo tablero contra Peng Zhaoqin, la jugadora con más Elo del equipo neerlandés. Vega, que lleva una Olimpiada de escándalo, luchó por la victoria durante horas, en un final de damas y peones cuando todo estaba decidido. Las españolas se cuelan así entre las diez mejores, el lugar que les corresponde. Al final, todo dependerá de cómo se comporten en las dos jornadas que quedan. Las rivales son duras, pero las sensaciones son buenas.
Khadem sigue invicta, con 5,5 de 9, y empieza a desplegar su potencial. Eline Roebers puso en duda su españolidad, con la apertura bautizada en honor de Ruy López de Segura. Con algunas imprecisiones, en la partida se ve que Sara mantuvo casi siempre el control y se orientó mucho mejor cuando ambas se quedaron sin brújula. Ganó con negras y encarriló el encuentro.
Tampoco está de más comprobar cómo muerde Ana Matnadze cuando sus rivales se descuidan. En este caso la víctima fue Anna-Maja Kazarian.
El torneo femenino sigue muy apretado. Hay varios países con posibilidades de ganar, sobre todo después de que India empezara a sufrir. En la novena ronda, empató con Estados Unidos. Vaishali Rameshbabu perdió en el primer tablero contra Gulrukhbegim Tokhirjonova, que tiene un nombre aún más complicado y capaz de distraer a cualquiera.
Ding Liren jugó bien, para alegría de muchos, peo cuando parecía que iba a ganar al iraní Parham Maghsoodloo, se lió y no pudo pasar del empate. Pese a todo, su equipo ganó a Irán gracias a la victoria de Wei Yi.
En otro encuentro clave, Fabiano Caruana y Richard Rapport se jugaron el resultado final. Los estadounidenses iban por delante gracias al triunfo de Leinier Domínguez contra Sjurigov, pero el húngaro combinó su creatividad habitual con una tenacidad magnusiana. Por si fuera poco el italoamericano hizo una reclamación incorrecta de tablas, lo que siempre altera un poco. Pese a todo, al final se firmaron las tablas, que certificaban el triunfo de Estados Unidos.
Y terminamos con el empate de la selección masculina contra los diabólicos niños turcos. David Antón entabló contra el ‘peor’ de todos, Ediz Gurel, que se presentaba a jugar con 7,5 puntos en 8 partidas, en un actuación de 2900 puntos Elo. Pese a todo, el Niño, nuestro niño, más experimentado, no sufrió con blancas, aunque tampoco tuvo opciones de ganar.
El otro diablillo turco, Yagiz Kaan Erdogmus, el gran maestro más joven del planeta ahora mismo, no pudo con Alan Pichot, que estuvo casi siempre algo peor, pero se supo defender. Jaime Santos jugó muy agresivo, formó un ejército de infantería con sus peones (véase la imagen de abajo) y estuvo más cerca de la victoria que ningún otro español, aunque sus tablas al final fueron las más rápidas.
Todo quedaba en manos de Alexei Shirov, que tuvo que defender un final de torre y alfil contra torre contra Mustafa Yilmaz. Tuvo que agarrarse a la mesa y tirar de conocimientos, pero lo consiguió mientras varios de sus compañeros sufrían amagos de infarto. Fueron más de cien jugadas y seis horas de juego.
Antes de marcharte, te quiero pedir un favor
¡Muy amable!
Crónica de calidad.
Muchas gracias, Esteban.
Excelente crónica de la olimpiada.