Tiempo de lectura aprox: 1 minutos, 57 segundos
Sus cuatro hermanas, su madre y el gran maestro ruso, de 18 años, escaparon a un pequeño apartamento en otra ciudad en cuanto pudieron
No es infrecuente que grandes ajedrecistas hayan tenido un padre ausente, pero la historia de Volodar Murzin va mucho más allá. Según ha desvelado el campeón del mundo de ajedrez rápido en una entrevista con Championat.com, la primera que ofrecía después de ganar el título, su padre era una persona despreciable que maltrataba a toda la familia. Él, sus cuatro hermanas y su madre sufrieron un infierno.
«Cuando tuvimos la oportunidad de escapar de él, lo hicimos». El gran maestro tenía entonces 11 años y ya era una figura. La familia entera, salvo el padre, se fue a un apartamento vacío, sin camas, en el que al principio tuvieron que dormir en el suelo. Tuvieron que comprar colchones inflables. «Fue muy difícil», asegura Murzin. «Algunas veces no teníamos nada para comer».
¿No sabes lo que es una relación normal con tu padre?, le pregunta Andrey Shitikhin. «No recuerdo que fuera nunca normal. Comenzó a golpearme constantemente desde los siete años, golpeó a mi hermana mayor con una pala cuando ella solo tenía 14 años. Amenazó e insultó a mi madre. La violencia física en toda la casa estaba a la orden del día».
Murzin cuenta que cuando lograron escapar, en 2017, él era maestro FIDE y acababa de ganar el Campeonato de Europa sub 12. El profesor de su club, Sergei Nesterov, había reunido un grupo de jóvenes promesas. Aquello le sirvió para huir de la ciudad de Nizhny Tagil y trasladarse a Jimki, donde todavía vive. Los cinco comparten un apartamento de 50 metros cuadrados. Se supone que con el dinero conseguido como campeón del mundo ahora podrán conseguir algo mejor.

El padre de Murzin no solo era violento. También le prohibió salir del país, pese a que ya era un jugador muy fuerte. Con 14 años, cuando le faltaba una norma para lograr el título de GM, le impidió acudir a un torneo en el que esperaba completarla. Tardó año y medio en conseguir que le permitieran viajar. Lo consiguió oro entrenador, Mijail Kobalia. «Gracias a Dios, ya tengo 18 años y no puede hacer nada. Perdí casi dos años en desarrollo ajedrecístico por su culpa».
El ajedrez, «el juego del diablo»
El campeón del mundo de rápidas trata de explicar en la entrevista el carácter contradictorio de su padre. Por un lado, decía que el ajedrez «es el juego del diablo» y al mismo tiempo le obligaba a jugar hasta que perdió sus fuerzas. «Me daban las cuatro de la mañana. Mis ojos están pegados. No pienso en nada, tengo que prepararme para la escuela en tres horas y él no me deja ir. Juega, juega, juega. Ni siquiera mis éxitos cambiaron la situación. Simplemente, se comportaba de forma inadecuada. Nos rompía huevos crudos en la cabeza a mí y a mis hermanas. Si protestaba, me aplastaba la cabeza contra la pared».
«Es difícil perdonar», añade Murzin. El joven gran maestro juega ahora con bandera de la FIDE. Él no aceptó la oferta-chantaje de la Federación Rusa a sus ajedrecistas, pero según Chess.com tiene el apoyo de un banco como patrocinador.
En la imagen de arriba, Volodar Murzin, fotografiado por Lennart Ootes en el Mundial de Rápidas, en Nueva York
Si has llegado hasta aquí, apenas te costará unos segundos más suscribirte a Damas y Reyes, con lo que ayudas a que esta página siga siendo gratuita, no tenga publicidad invasiva y esté actualizada con frecuencia.