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El árbitro jefe del Mundial de Rápidas recibió amenazas de muerte tras las críticas de Magnus Carlsen
Los dramas de 2024 siguen saliendo a la luz y tienen sus ecos en 2025. La gran maestra china Zhu Jiner ha desvelado que al igual que Ian Nepomniachtchi y Magnus Carlsen, ella también fue multada por su atuendo durante el Mundial de Rápidas. En su caso el problema fueron las botas, aunque al principio también pretendían que se cambiara los pantalones. La ajedrecista no solo asegura que la sanción fue injusta, ya que su vestimenta era apropiada, sino que le pidieron que se las cambiara de manera «inconcebible», en mitad de sus partidas, lo que afectó a su rendimiento. La historia la recoge Tarjei J. Svensen en Chess.com con todo detalle.
Unos y otros se echan la culpa en esta nueva polémica, que se mezcla con otra que denota la crispación que se ha instalado en los tableros, lo que seguramente solo es el reflejo de lo que ocurre fuera de sus márgenes. Malcolm Pein denuncia en Perpetual Chess Podcast que Alex Holowczak, árbitro jefe de los Mundiales de Rápidas y Blitz, ha recibido «amenazas de muerte de los aficionados noruegos», después de la polémica de los vaqueros en Nueva York. Pein apoya a Magnus Carlsen en su defensa de su vestuario, pero cree que luego su reacción tuvo estos efectos secundarios. El británico se muestra aún más duro contra la FIDE.
Vayamos primero con Zhu Jiner y su protesta, tardía pero firme, contra la organización del Mundial. La número 10 del mundo, de 22 años, medalla de bronce el año anterior, fue eliminada por Vaishali Rameshbabu en cuartos de final. Justo ayer hablábamos de la gran maestro india y de su propuesta de acabar con los títulos femeninos.
Jiner escribió una carta abierta en la que expresa su enorme enfado por cómo fue tratada en el Mundial. La jugadora china describe su «profunda ira y frustración» por cómo gestionaron la situación los oficiales de la FIDE, en un momento «crucial», ya que «interrumpieron» su rendimiento y, como resultado de esa interferencia, ella perdió la oportunidad de clasificarse para semifinales. Todo fue «profundamente desafortunado».
Jiner no solo dice que la multa fue «inapropiada e injusta». «Como jugadora, siempre he creído que es esencial el máximo respeto por las reglas y por los jugadores. Sin embargo, la forma en que este oficial hizo cumplir las reglas no fue justa ni respetuosa. La ropa que llevaba —un suéter, pantalones y botas— no violaba ninguna de las directrices oficiales del código de vestimenta. Llevé estas botas durante todo el torneo sin ninguna objeción de nadie. Afrontar de repente semejante interferencia en mitad de la partida, especialmente cuando estaba tan cerca de llegar a semifinales, es verdaderamente inconcebible». En Chess.com explicó después que también quisieron que cambiara de pantalones. «Cuando pregunté por la razón, el oficial no volvió a mencionarlos y simplemente dijo que podía seguir participando si me cambiaba los zapatos».
La número 10 del mundo (quinta en su país) explica que si su ropa ofrecía algún motivo de discusión, esta tenía que producirse antes de los encuentros, en durante las partidas, «particularmente en un formato blitz, donde el tiempo es increíblemente valioso». Y añade una pulla bastante directa contra la FIDE: «Aunque no pueda recibir el mismo nivel de atención que Magnus Carlsen, todas las personas son iguales, y hombres y mujeres son iguales en todos los aspectos. Las regulaciones deben aplicarse por igual a todos los jugadores».
El texto sigue dando vueltas sobre los errores cometidos por los organizadores del Mundial: «Esta interferencia injustificada me distrajo directamente y afectó negativamente mi rendimiento. No es una exageración decir que esta interferencia llevó a mi derrota en la ronda siguiente, impidiéndome avanzar a las semifinales. Un oficial que no entiende sus propias reglas no debería interferir con los jugadores y no debería influir en la equidad del juego con su voluntad personal».
Amenazas al árbitro
Por otro lado, Malcolm Pein disparó en varias direcciones en su conversación con Ben Johnson para Perpetual Chess Podcast. En opinión del británico, al árbitro, Alex Holowczak, lo pintaron como al «feo» de la historia y lo colgaron en la plaza pública. En primer lugar, la FIDE permitió que le hicieran una entrevista muy agresiva, cuando él no tiene demasiada experiencia en su trato con la prensa.
«¿Dónde estaba el responsable de prensa de la FIDE?», pregunta Pein. «¿Por qué se permitió a la NRK interrogar a Alex de esa manera? Un árbitro de fútbol está protegido de los medios de comunicación. Nunca verás una entrevista en la BBC ni en ninguna de las cadenas de televisión, ni siquiera la NBC, que cubre el fútbol en Estados Unidos. Nunca hablarían con un árbitro después de un partido tras una decisión polémica».
Después de esa entrevista, Holowczak empezó a recibir amenazas de muerte de aficionados noruegos. «Creo que este tipo de cosas hay que airearlas», asegura Pein, para que la gente entienda que «hay consecuencias por su comportamiento». «Él era el árbitro principal, tenía un reglamento e hizo lo que decía ese reglamento». Sobre el documento en sí, la opinión de Pein es igual de tajante: «El código de vestimenta era completamente ridículo, mal pensado y elaborado por una comisión que apenas funciona».
«Creo que Arkady Dvorkovich no estaba allí», añade. «Eso es algo que tal vez podamos investigar. Es muy extraño que él no estuviera en el Mundial. Me pregunto si fue un problema de visado. Me pareció muy extraño. Y supongo que el funcionario más antiguo de la FIDE que había era Emil Sotovsky. El castigo fue totalmente desproporcionado. No tiene sentido».
En ese punto, Pein apoya a Magnus Carlsen «al cien por cien», porque no era normal molestarle en mitad del torneo, como a Zhu Jiner. «Es irónico que el único jugador de ajedrez del mundo que ha sido contratado por una gran marca de moda como modelo de pasarela incumpla un código de vestimenta y sea expulsado de un torneo. Eso en sí mismo personifica lo increíblemente estúpido que fue la FIDE en este asunto».
En cambio, Pein no absuelve a Carlsen por su reacción posterior ni en su decisión de pactar con Nepomniachtchi para compartir el oro en el Mundial de Blitz, porque «destruye la integridad de la competición deportiva». Pone el ejemplo de Federer y Nadal empatados a dos sets y con 6-6 en el quinto, que decidieran compartir la victoria en Wimbledon o en algún otro torneo importante. «Sería absolutamente absurdo».
Sutovsky y el código de vestimenta
Dos aclaraciones importantes sobre el conflicto con Zhu Jiner. La ajedrecista apeló su multa y ganó, gracias a la decisión del comité de apelaciones, presidido por Vishy Anand, pero esto le pareció insuficiente. También pretendía que le pidieran perdón por lo ocurrido. «El problema no es solo la multa que se anula, sino que las acciones de los oficiales fueron irrespetuosas y mostraron una falta de comprensión. Esto es una falta de respeto para los jugadores», declaró a Chess.com.
Lukasz Turlej, secretario general de la FIDE, aseguró en otra carta abierta que Jiner tuvo que ser molestada porque llegó con muy poco tiempo de antelación a su partida. ¿Realmente era un problema tan grave como para no esperar a que terminara de jugar? «Es difícil evitar situaciones similares», se justificó Emil Sutovsky, CEO de la FIDE. «Lo estudiaremos todo más de cerca, pero hay una necesidad obvia de un código de vestimenta en los principales eventos de la FIDE. No aceptamos la narrativa de «a quién le importa cómo se vistan para jugar al ajedrez»». «Es el Campeonato del Mundo y esperamos que los jugadores respeten eso».
Sutovsky también dijo que que los ajedrecistas podrían haber planteado sus preocupaciones antes del torneo: «El tema se utiliza a menudo para pintar a la FIDE como un organismo obsoleto al que no le importan los jugadores… y eso es injusto», añadió. Sus aclaraciones son insuficientes, como deja patente Malcolm Pein, y el directivo no explica por qué un problema tan pequeño se resuelve de una manara tan torpe.
El árbitro jefe, por su parte, precisó que ningún árbitro estuvo involucrados en la decisión de multar a Zhu y asegura que la responsabilidad en ese momento se había entregado a «asistentes especiales». ¿Quiénes eran esos asistentes y por qué la FIDE delegó en ellos? Son demasiados puntos turbios y demasiadas contradicciones.
En la imagen de arriba, Zhu-Jiner en el Mundial de Rápidas de 2023, cuando logró la medalla de bronce. Foto: Lennart Ootes
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