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El ajedrecista argentino queda empatado a puntos con el segundo clasificado, termina imbatido, gana en la última ronda al GM Georg Meier y roza los 2400 puntos, con 10 años
Faustino Oro sigue haciendo historia. En el Campeonato Continental Americano, el ajedrecista argentino acaba de completar una actuación memorable, en su primera participación y con solo 10 años. Si en la novena ronda había asegurado su segunda norma de maestro internacional, un logro impropio de su edad, después amplió la capacidad de sorpresa de sus seguidores con dos victorias finales. Acabó en octava posición, empatado con el segundo. Su Elo sube hasta los 2399 puntos, que demuestran que ya tiene la fuerza de un MI. El título caerá en Madrid en unos días o poco después, en cualquier lugar del mundo, pero la progresión de este chico es meteórica y, de momento, imparable.
Por supuesto, hay que mantener los pies en el suelo. La actuación de Oro es sensacional, algo nunca visto en un niño de 10 años, pero como demuestra el ejemplo de Ding Liren, incluso los campeones pueden quebrarse. Fausti tiene una determinación tremenda y no es ni mucho menos tan tímido como el gran maestro chino. Igual sus peligros son otros. De momento, parece bien asesorado, sus padres son un entorno estable y cuenta con el apoyo de un grupo de empresarios, lo que evitará que el talento del muchacho se malgaste, como ha ocurrido alguna vez en España con grandes talentos. El caso de Arturo Pomar es el más sangrante.
Vamos a ver la última partida de Faustino en Medellín, donde necesitaba ganar frente a un gran maestro con más de 2600 puntos Elo si quería tener opciones de clasificarse para la Copa del Mundo. Su victoria fue insuficiente. Ojalá quede alguna otra vía para que podamos ver a Faustino en una competición tan exigente.
Meier, nacido en Alemania pero uruguayo desde 2021, es un experto en la defensa francesa y ha estado entre los cien mejores del mundo. En esta partida, Oro apenas consigue una mínima ventaja en la apertura, pero luego el jugador más veterano se equivoca en la forma de deshacerse de su alfil malo y el niño se lanza al cuello. Cuando tiene que sacrificar un caballo para romper el enroque enemigo, a Fausti no le tiembla el pulso.
La danza final es una demostración de lo bien que calcula. Con dama y torre por bando, los reyes expuestos y los mismos peones, Oro demuestra que la situación del negro es más delicada y culmina una partida casi perfecta.
Da la sensación de que Faustino Oro pudo haber conseguido un resultado incluso mejor en Colombia. No estuvo peor en ninguna partida y aceptó varias tablas un poco rápidas, buenas para asegurar su norma de MI, pero un pequeño lastre en los desempates. Es cierto que la meta de competir por el podio parecía lejana; deberíamos repetirlo en cada párrafo: solo tiene 10 años y le estamos pidiendo que juegue como Magnus Carlsen, quien a su edad no tenía ni Elo.
María José Campos y Candela Francisco, mejores clasificadas
El nuevo campeón americano es el colombiano Roberto García Pantoja, que acabó en primera posición en solitario, con 9,5 puntos. Con un punto menos, hubo un grupo de diez jugadores, entre los que destaca Fausti. La segunda plaza se la quedó el estadounidense Jeffery Xiong (GM desde los 14 años) y el bronce fue para el chileno Cristóbal Enríquez. También se clasifica para la Copa del mundo el estadounidense Kirk Ghazarian, cuarto en Medellín.
La argentina María José Campos fue la mejor clasificada, con 8 puntos y dos meritorias victorias contra dos grandes maestros, Alexander Shabalov y Osvaldo Zambrana. la segunda mejor jugadora fue Candela Francisco, también argentina y campeona del mundo juvenil, que los lectores de Damas y Reyes conocen por esta entrevista. Candela hizo 7,5 puntos y ganó al GM brasileño Santiago Yago de Moura.
A Faustino lo esperamos ahora en el Festival de Ajedrez de Madrid, que se celebrará en España del 10 al 15 de junio y donde intentará conseguir su tercera norma de MI. Podría ser su última oportunidad para convertirse en el maestro internacional más joven de la historia, aunque como dice su padre, lo importante es que siga mejorando y disfrutando.
Antes de marcharte, te quiero pedir un favor