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El pequeño astro argentino supo defenderse ante el chileno Fernando Valenzuela, que no esta dispuesto a regalarle nada al chico. Fausti logró su récord a los diez años, ocho meses y 16 días
Para que el relato fuera aún mejor, Faustino Oro no terminó su hazaña con unas tablas rápidas y complacientes. Necesitaba unas tablas en la última ronda del torneo cerrado de Barcelona para completar su récord, convertirse en maestro internacional con diez años. Sufrió como saben hacer los campeones y acabó cosechando ese medio punto, tan lejano y cercano a la vez. El chileno Fernando Valenzuela ejerció de villano, como debía. Apretó todo lo que pudo y se lo hizo pasar mal a decenas de miles de aficionados, la inmensa mayoría de habla hispana, no solo argentinos.
¿Cómo era el revés de Roger Federer con 10 años? ¿Qué cosas sabía hacer con la pelota Michael Jordan antes siquiera de ser un adolescente? ¿Se podían comparar sus habilidades con las de Fausti? De Lionel Messi sabemos bastante y quizá no es tan disparatado que llamen a Oro el Messi del ajedrez, aunque a algunos les moleste.
En la partida decisiva, que tuvo a miles de aficionados en vilo, Faustino Oro no se sintió cómodo hasta después de la jugada 20. David Martínez, que comentaba la partida en el canal de Pablo Gowezniansky, admitía que por fin estaba un poco aliviado. Valenzuela llegó a tener una línea diabólica para conseguir ventaja decisiva, un aparente sacrificio digno de un gran maestro de élite. Como era natural, no vio la secuencia y Fausti también respiró y empezó a acariciar el título de MI.
Habrá tiempo para todos los análisis del mundo. De momento, celebremos este momento histórico: el pibe de oro completó los 6,5 puntos necesarios en nueve partidas. Para ello tuvo que derrotar a cuatro de los rivales y no perder contra el resto. Es realmente difícil incluso para un adulto, pero Fausti lo ha logrado cuando la mayoría de los chicos solo piensan en otros juegos.
Dentro del juego de Oro, hay muchos aspectos que destacar. Los niños suelen sobresalir por sus habilidades tácticas, por ser capaces de liar a los adultos en la maraña de combinaciones en la que puede convertirse el ajedrez. Faustino demuestra además una madurez increíble. Las imágenes de la retransmisión, en la que lo vemos firmar la plantilla y recoger las piezas después de su histórico éxito, impresionan por la tranquilidad del chico. Un espectador no avisado podría pensar que acaba de derrotar a un compañero de su clase en una ronda cualquiera de un torneo escolar.
Faustino Oro ya ha entrado en la historia del ajedrez y, casi más que su proeza, sobrecoge el aplomo con el que ha abierto sus puertas. Ojalá siga quemando etapas con la misma naturalidad. Como dijo El Divis en la despedida de su retransmisión, «esto es solo el principio».
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