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Gran partida del noruego, que derrotó a Gukesh pese a que el indio jugó casi perfecto. Nakamura venció a Caruana y Sara Khadem estuvo a punto de ganar el Armagedón contra Anna Muzychuk.
Se esperaba con morbo la primera partida entre Magnus Carlsen, número uno del mundo, contra un Gukesh Dommaraju en sus nuevo estatus de campeón mundial. El noruego jugaba en casa, en la primera ronda del Norway Chess. Es un torneo muy original, en el que el ritmo de juego es algo más rápido, hay un confesionario en el que los ajedrecistas comentan las partidas sobre la marcha y las tablas se resuelven con un dramático Armagedón.
Gukesh llevaba las negras y además venía de jugar un torneo poco brillante en Bucarest. La corona aún le pesa o le roza en algún lado. Contra Carlsen, pese a todo, jugó una partida casi perfecta. Ese casi fue lo que le faltó para entablar, después de encontrar recursos de genio, con muy poco tiempo en su reloj.

Lo malo y frustrante del ajedrez es que no basta con hacer 39 jugadas perfectas y una mala. Ese único error puede ser suficiente para caer contra alguien como Carlsen. Este, por su parte, sigue llegando a sus partidas en el último instante, un defecto que en los últimos tiempo parece haber acentuado. El matrimonio y el embarazo no han cambiado nada en este sentido. Tampoco en su hambre de triunfos.
Carlsen-Gukesh, más que una partida
La partida, llena de simbolismo, era mucho más que un duelo normal. Carlsen juega cada vez menos ajedrez clásico, pero siempre que lo hace lucha por mantenerse en lo más alto de la clasificación mundial. Con un esquema londinense, con algo de niebla, pronto se vio sorprendido por su rival, por lo que decidió plegar velas y esquivar cualquier tormenta en el tablero.
En el confesionario, Magnus fue honesto: «¡Me acabo de dar cuenta de que no sé nada!», dijo sobre la cuarta jugada de su oponente. «No estoy ni remotamente mejor», admitió, sinceridad que no le impidió seguir exprimiendo todas sus opciones hasta el último minuto, una virtud que mantiene intacta. Por suerte para el espectáculo y desgracia para él mismo, Gukesh fue tan valiente como de costumbre, no se conformó con igualar y luchó por la victoria. Eso mantuvo la partida viva y le dio opciones al noruego.
Podemos ver la partida:
Después de su victoria, Carlsen publicó un tuit altanero, aunque no tanto como la frase que veremos en el próximo párrafo. «Si vienes a por el rey, mejor que no falles», decía el mensaje, una cita de la serie ‘The Wire’.
A great quote from The Wire pic.twitter.com/z9fBOdbtMd
— Magnus Carlsen (@MagnusCarlsen) May 26, 2025
En el resto de partidas, Hikaru Nakamura doblegó a Fabiano Caruana, quien no quiso aceptar la oferta de tablas de su rival. El primero estuvo un poco altanero cuando explicó el lance. «No estoy seguro de por qué lo hizo. Quizá está frustrado por tantas derrotas contra mí». Naka, por otro lado, ha contado que si no lo hace bien aquí, no estará en condiciones de luchar por jugar el torneo de Candidatos y podría dejar el ajedrez de alto nivel.
En el tercer duelo de la jornada, Wei Yi solo pudo hacer tablas contar Arjun Erigaisi en la partida clásica y perdió el Armagedón. El formato es curioso: 10 minutos para las blancas y solo 7 para las negras, que a cambio ganan en caso de tablas. Wei Yi perdió por tiempo, por cierto.

Torneo femenino
En el cuadro femenino, la única que ganó en la partida clásica fue Humpy Koneru, que aprovechó un error de su compatriota Vaishali Rameshbabu. En el Armagedón, Lei Tingjie se deshizo de la campeona mundial, Ju Wenjun, mientras que Anna Muzychuk derrotó a la española Sara Khadem, que estuvo muy cerda de empezar el torneo dando la sorpresa. Con negras, debió hacer tablas, una tarea más difícil de lo normal en una partida rápida.
En la imagen de arriba, Magnus Carlsen y Gukesh Dommaraju se dan la mano en la primera ronda del Norway Chess. Foto: Michal Walusza
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